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Empezó con 16 años y ahora, con 25, va por su tercer emprendimiento

Actual CEO de Goi, Yaiza Canosa empezó a evidenciar su condición emprendedora a la edad de 16 años. Piensa que lo suyo es una cuestión de actitud y de saber ...

15/03/2018  Ana DelgadoIdeas de negocio

Yaiza Canosa Ferrío nació hace 25 años en Coruña. Licenciada en ADE y con un MBA, siempre quiso compatibilizar los estudios con el trabajo convencida de que esta era la mejor forma de aprender. Actualmente figura como CEO de Goi, su último emprendimiento, pero el primero lo hizo a la edad de 16, cuando presentó una idea a una empresa que la desarrolló e implementó. Posteriormente montó Glue Concept, ahora también propietaria del espacio de coworking Gluework, y Withmenu, dentro de la economía colaborativa.

“Con 19 años crucé el charco”, dice, que es como se refiere al traslado de residencia de su ciudad natal a Barcelona. Allí desempeñó un puesto ejecutivo que le sirvió mucho para entender a las empresas tecnológicas de servicio. Este es el ramo que eligió para montar su primer negocio, ya en Madrid, Glue Concep, una especie de consultora que, a través de la generación de nuevas ideas y conceptos, implementa proyectos empresariales desde cero o fortalece aquellas áreas en las que flaquean. Una vez que se aseguró de que el negocio rodaba ya solo abandonó el proyecto para arrancar otro.

Con 23 años, en 2015, funda GOI, una startup logística que intenta hacerse con el liderazgo en el transporte de portes voluminosos (sobre todo muebles y electrodomésticos) y mudanzas en toda España. Su plataforma ha conseguido ordenar un sector hasta entonces atomizado y con mucho intrusismo ya que, gracias a la tecnología, conecta a transportistas autónomos con usuarios optimizando y abaratando el servicio. Los transportistas de GOI no solo entregan el encargo en el lugar y la hora que señala el cliente, sino también resuelven problemas de montaje e instalación. Es un servicio integral en un segmento que dejaban al descubierto las grandes, que solo realizan repartos a partir de los 40 kg, y donde Goi garantizan profesionalidad, inmediatez y seguridad a costes más bajos.

Los clientes de GOI son las empresas, actualmente más de 25, una cifra que algunos pueden considerar baja de no ser porque hablamos de clientes de la talla de Ikea. Al margen de la red de transportistas, la empresa cuenta ya con 30 empleados en plantilla y, aunque Yaiza se resiste a dar cifras de facturación, sí habla de “bastante más de seis cifras” y asegura que en 2017 multiplicaron por tres la facturación del ejercicio anterior. El siguiente paso, que es el que estudian ahora, es dar el salto al mercado internacional.

Buena, pero no tonta

Pero, a pesar de sus envidiables cifras, dice Yaiza Canosa que si alguien le preguntase qué es el éxito y cómo se llega a él, la respuesta sería: “No tengo ni idea”. Tampoco sabe de dónde le viene la vena emprendedora, sin referente alguno en la familia, pero sí cree que es una cuestión de actitud, una forma de ver la vida “que requiere fuertes dosis de inquietud, inconformismo, valentía y estar un poco mal de la cabeza para lidiar con la frustración y la incertidumbre diarias”. Distingue también entre los malos emprendedores y los ‘saludables’ que son aquellos “que rompen con lo establecido para construir algo mejor de lo que muchos puedan beneficiarse”.

En cuanto a su mayor virtud dice que es “ser buena persona”. ¡Ojo¡, no confundir bueno con tonto, porque advierte Yaiza Canosa que si ve algo que le disgusta o alguien que trabaja mal no le tiemblan ni la voz ni el pulso para corregir estas actitudes. De hecho, en el otro platillo de la balanza, el de los defectos, pone su falta de paciencia que eso de contratar despacio y despedir rápido de la metodología Lean lo ha aprendido ella muy bien. No obstante, asegura que en muy pocas ocasiones se ha visto obligada a echar mano de su autoridad en este sentido porque otra de sus habilidades es saber rodearse tanto de buenos profesionales como de buenas personas. Aquí es donde más orgullosa se muestra convencida como está de que las personas son, además del principal activo de una empresa, lo que marcan la diferencia.

Decir también que Yaiza Canosa ha empezado a interesarse por el mundo de la inversión en startups donde dice involucrarse en los equipos más que ejercer de mera dadora de capital. También por ella apostaron en sus comienzos y, aunque asegura haber pedido dinero solo en dos ocasiones y en cantidades digeribles, cabe recordar que uno de sus padrinos fue Carlos Blanco.

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