Invertir en fincas rústicas se ha convertido en una opción muy rentable tras la crisis derivada de la pandemia. No en vano, estos terrenos suelen mantener unos precios bastante estables, lo que convierte su compraventa en un negocio casi seguro en tiempos de crisis e incertidumbre como el actual.
Pero, ¿cuáles son los aspectos diferenciales que hacen de la inversión en fincas rústicas una actividad muy atractiva? En primer lugar, la ya mencionada estabilidad de los precios. La causa de este fenómeno se encuentra en la estabilidad del sector alimentario. Independientemente de las crisis, este segmento se mantiene fuerte de manera constante. No en vano, todos tenemos que comer…
Además, la versatilidad de las fincas rústicas es otro de los puntos a favor antes de invertir en este tipo de terrenos. Agricultura, ganadería, plantación de viñedos… O el turismo rural, que lleva en alza varios años, son algunas de las principales actividades que pueden desarrollarse si se decide invertir en fincas rústicas.
Antes de invertir en fincas rústicas, es necesario pensar en el uso que se le va a dar. En este sentido, no es lo mismo buscar un terreno para dedicarlo a la agricultura que buscar una finca con la intención de montar un hotel rural.
Desde el punto de vista más técnico, los expertos recomiendan investigar sobre la localización del terreno, así como de la facilidad para instalar servicios como internet, agua, electricidad… Además, antes de invertir en fincas rústicas es necesario comprobar las cargas fiscales que el terreno pudiera tener pendientes, lo que puede convertirse en un punto a favor para rebajar el precio del mismo.
Los hoteles rurales, una salida muy rentable para las fincas rústicas
Si te estás planteando seriamente la idea de invertir en fincas rústicas, la creación de un hotel rural es una opción que no debes descartar en ningún caso. El turismo rural es hoy en día un sector consolidado. La rutina, el estrés de la vida urbana, la contaminación, hacen que unas escapadas al aire libre resulten muy apetecibles, combinando tranquilidad y descanso, comida sana, actividades tradicionales y práctica deportiva, en la mayoría de los casos a precios contenidos.
Actualmente existen más de cincuenta términos distintos referidos a los alojamientos rurales en las varias Comunidades Autónomas. Algunos de los conceptos más habituales son: albergue rural, alojamiento rural, apartamento turístico, apartamento de turismo rural, casa de aldea, casa de pueblo, casa rural, casona, hospedería rural, casa de labranza, masía, masovería, pazo, posada…
¿Qué motiva a un emprendedor a montar su negocio centrado en un alojamiento rural? En algunos casos es la posibilidad de vivir una vida más pausada, en contacto con la naturaleza, en otros la de rehabilitar y rentabilizar un inmueble rural. En este sentido, una casa rural puede llegar a suponer bastante más que un complemento económico. Se estima que la rentabilidad media está entre el 8% y el 10% de la inversión y unas cien pernoctaciones al año se consideran como un buen rendimiento.