La idea de negocio corresponde Marta Sol Molina, graduada por la URV en Administración y Dirección de Empresas, y Sergei Savchak, especialista en ingeniería mecánica de automoción. Todo surge a raíz de una experiencia personal, cuanto Marta decide comprar un coche de segunda mano y, sin experiencia alguna en mecánica, pidió consejo a Savchak.
Pensaron que el mismo problema lo compartirían muchos otros usuarios nóveles de coches. Para atender esa necesidad de mercado insatisfecha crearon NeedCarHelp, una solución que dotaría de seguridad y transparencia al mercado de la compraventa de coches de segunda mano, una especie de personal car shopper con servicio para particulares.
Conforme al modelo diseñado, un car helper, que es como designan a sus expertos, se desplaza hasta el lugar donde se halla el vehículo a la venta para efectuar una inspección en la que se revisan hasta 350 puntos del coche. Aplican un diagnóstico de su electrónica con un escáner profesional, llevan a cabo una prueba de conducción, toman fotografías y vídeos, y lo presenta al cliente en un informe con el que pueda tomar una decisión informada.
La idea la tenían, pero no el capital necesario para su puesta en marcha. Así que la misma fundadora se animó a diseñar una página web corporativa que hoy tilda de “bastante chapucera” y empezaron a buscar partners que les desarrollaran un dispositivo para el diagnóstico electrónico del vehículo. En total, y según los cálculos de Marta Sol Molina, no más de 200 euros para poner en marcha la idea de negocio con la que fueron generando algunos ingresos reinvertidos en el desarrollo del software y el hardware del aparato de diagnóstico, al precio de 2.500 euros cada dispositivo.
La empresa que brilla en las redes
Aunque la idea era buena, el negocio subsistía con más pena que gloria. El despegue definitivo les llegó de forma inesperada, después de subir una noche un video corto en TikTok. Se despertaron con millones de reproducciones y más de 5.000 seguidores en la cuenta. El vídeo mostraba a un cliente que se negaba a conectar el vehículo al servicio de diagnóstico electrónico y se largaba sin más explicaciones.
Esto sucedió el 3 de enero del año pasado y, desde entones, la empresa no para de crecer. De los dos fundadores han pasado a reunir un equipo de nueve personas. Entre todos atienden una media aproximada de 45 solicitudes de revisión de coches a la semana y operan ya en Barcelona, Madrid, Valencia y Alicante con la intención de dar los siguientes pasos en Bilbao y Sevilla. La previsión para el cierre de este año es alcanzar una facturación próxima a los 200.000 euros y seguir creciendo con el equipo.