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El arte de hacer rentable el arte

¿Es posible, a estas alturas, entrar en el sector de la promoción cultural? ¿Puede llegar a ser negocio en España? Ya hemos escrito sobre hacer rentable el espectáculo, pero ¿la ...

26/11/2013  Redacción EmprendedoresIdeas de negocio

Los clientes no están en España. Siempre que tengas esto claro…”. Si te has hecho todas las preguntas de esta entradilla, la respuesta la tienes en esta frase y media. Si ahora mismo pretendes vender gestión cultural a organismos y empresas españolas, como que no te van a abrir la puerta: unos, porque les han recortado los presupuestos a la mínima expresión; otros porque entienden cultura de una forma distinta. La frase entrecomillada, por cierto, no es nuestra, sino de lrene Aláez y Belén Gil, las emprendedoras que han puesto en marcha Unamasuna, una empresa de gestión cultural que coordina exposiciones, desarrolla planes estratégicos y asesora sobre legislación en materia cultural.

“En el exterior es donde hay presupuestos: la ONU, Acnur… La UE no tiene grandes presupuestos, pero para proyectos de cooperación y fondos estructurales, sí. Hay que buscar ahí”, explican. Ahora lo entendemos.

Unamasuna: Gestión cultural con sentido común

“La gestión cultural de España está bien considerada fuera. Es un conocimiento que se puede exportar. Llevamos años de formación y rodaje en algo que en muchos países está empezando. ¿Un ejemplo? Asesorar a Mozambique y Suráfrica en las políticas de industrias culturales. Este tipo de asesorías las llevaban hasta ahora los grandes popes de la gestión cultural, básicamente grandes consultoras europeas”, explica Irene Aláez, una de las dos socias de Unamasuna, que este año, por ejemplo, ha organizado el Congreso Internacional de Comisarios de Arte Contemporáneo.

Una de las principales bazas de su negocio es la estructura. “Arrancamos con consultoría y cada vez nos piden más coordinación y ejecución de proyectos. La mayoría de nuestros clientes son de fuera de España, pero para hacer cosas en nuestro país. Comenzamos con Latinoamérica porque teníamos muchos contactos allí, pero cada vez nos llegan más clientes europeos”, apuntan. Ahora están trabajando también con la Embajada de Noruega. No obstante, no están solas en su sector, aunque sí en una oferta competitiva en precios. “Nosotros podemos ofrecer precios más bajos porque no arrastramos grandes gastos fijos”.

Redacción Emprendedores