Muchas buenas ideas surgen por casualidad. En este caso fue una propuesta del Gobierno mauritano a una pequeña carpintería navarra. “A la empresa de mi marido le propusieron un proyecto para Mauritania: edificación en madera que no requiriera ni clavos, ni tonrillos, ni electricidad, fácil de construir, de transportar, y que al montar y desmontar muchas veces no se estropeara, ni necesitara mano de obra cualificada para montarse, ni tampoco herramientas especializadas. Y también que fuera difícil que desaparecieran piezas en los traslados. Estaban pensados para los puestos fronterizos. Por motivos geográficos y por los habituales cambios en el lugar de los puestos fronterizos en Mauritania se requería de algún tipo de edificación que no se alterase con dichos cambios. Diseñamos un sistema desmontable. Se nos ocurrió una solución”, recuerda Antonia Valdivia.
“Para hacerlo, tuvimos en cuenta criterios de sostenibilidad ambiental y ecológica (como ejemplo, el uso de elementos que proceden del reciclado de los techos de los vehículos que aportan un mayor aislamiento térmico y acústico y abeto laminado procedente de bosques sostenibles) junto con un gabinete de ingeniería. Y patentamos el sistema. Lo llevamos a una ingeniería para ver hasta dónde se podía llegar con las cargas con nuestro sistema y para ver si era viable”, añade. Luego se dieron cuenta que con nuevas ideas y nuevas terminaciones, esta construcción modular tenía más recorrido.
“Se han identificado cuatro grandes grupos de sectores de aplicación para los productos de la empresa. El mercado de la edificación social dirigido principalmente a países en vías desarrollo o países que por distintos motivos requieren de una forma rápida y digna de reubicar a la población o bien espacios donde poder prestar servicios sociales como pueden ser colegios, centros de campaña u hospitales. El mercado de edificación para parcela, como puede ser el de las casas de campo, merenderos, casas de camping (bungalows), establecimientos comerciales en playas y primera o segunda residencia. El mercado de edificación temporal, como pueden ser zonas comunes para la plantilla en obras de gran envergadura, exposiciones itinerantes (museos, atención a pacientes, tomas de datos, stands), etc. El mercado de la edificación funcional dirigido a sectores concretos como puede ser el de la jardinería, o las mascotas (principalmente casetas)”, apunta. Hasta ahora han trabajado en Suramérica, Centroamérica, República Dominicana, Angola y Senegal. A gobiernos y a organizaciones no gubernamentales.
“Al estudiar el mercado y entrar en contacto con clientes nos encontramos con que a todos no les valían los terminados, así que comenzamos a diseñar paralelamente un sistema más urbano, otras terminaciones para llegar a otros mercados. Llegar a otros mercados potenciales adaptando el producto. Luego en otros países nos hemos encontrado con que tienen toda una cultura en torno a la vivienda en madera, y para estos países hemos desarrollado diferentes modelos en los que predominan otros materiales, respetando nuestro sistema constructivo”.