En el caso de Deporvillage es casi obligado empezar por las cifras. Esperaban cerrar el año con una facturación de 20 millones y lo han hecho con 22, un 110% más que en 2015. Cuentan con una plantilla de 100 empleados, 50 en las oficinas y otros tantos en almacén. Su fuerte presencia en los mercados de Francia, Portugal e Italia, además de España, les sitúa ya en la liga europea, y eso que los players son grandes y que han quedado fuera el mundo del fútbol. Dicen que prefieren tomarse las cosas sin prisa, pero sin pausa, así que habrá que estar atentos por si les da por correr.
Solo durante el último Black Friday, salieron de su almacén en Manresa (Barcelona), alrededor de 3.000 pedidos, es decir 250.000€. Obviamente, no todos los días son iguales, pero tampoco son despreciables las cifras de 1.000 clientes diarios y más de un millón de visitas que reciben mensualmente en su página web. Lo que comercializan son más de 500 marcas de 40.000 artículos deportivos, profesionales y no, en las categorías de ciclismo, running, outdoor, natación, triatlón y fitness. La venta es sólo online y, aunque no tienen intención de adentrarse en mundo físico, sí que estudian abrir una pequeña tienda para testear el canal y, en caso de aceptación, se plantearían abrir establecimientos más grandes, pocos, en las principales ciudades españolas.
La ‘niña bonita’ de los inversores
Fundada en 2010 por los amigos, Xavier Pladellorens (CEO) y Àngel Corcuera (COO), el proyecto, que nació casi en broma, fue desde el principio muy bien acogido por la élite de nuestro ecosistema emprendedor. François Derbaix (Toprural), Luis Martin Cabiedes (Cabiedes & Partners), David Tomás (Cyberclik) y los responsables de SeedRocket, son nombres que, desde el principio, están a la sombra de este ecommerce. “Tenemos que agradecer mucho a los inversores y a los mentores que nos han ayudado y han creído en nosotros. Sin su ayuda no creo que hubiésemos llegado donde estamos hoy”, dice Xavier Pladellorens.
Ya en 2015, se incorporarían al accionariado compañías de venture capital, como la de José del Barrio, Samaipata, y la italiana P101 además de alcanzar un acuerdo de media for equity con un grupo de comunicación. Esta segunda inyección de capital es la que sirvió a Deporvillage para dar el salto a la siguiente fase, la de internacionalización y crecimiento (growth stage). Para ello, tuvieron que captar talento senior de otras empresas y expertos en distintas áreas, pero también se han nutrido de su propia cantera para favorecer la promoción interna.
Proyección a futuro
Mantener el ritmo de crecimiento y cerrar el nuevo ejercicio con 35 o 40 millones de facturación, es el deseo que expresa Pladellorens. Con estas cifras ya no cabría hablar de startup, sino de empresa consolidada, y esa es la aspiración del equipo: asentarse en los mercados que ya tienen abiertos, donde entienden que aún les queda mucho recorrido, y, si pueden, algún día, crear su propia marca, como Zalando https://www.zalando.es/, que es un modelo de inspiración. “Montar una empresa es una carrera de obstáculos. En función de la etapa en que se encuentra la empresa, los obstáculos son diferentes, pero siempre hay contratiempos”, dice Pladellorens. Parece que hasta ahora los van sorteando bien.