Para crear su negocio, el matrimonio formado por Margaret Morrison y Allan Goacher siguió la máxima de que a nadie le amarga un dulce. “Nos encantan y, tras volver de un viaje por EEUU, vimos que no podíamos comprar por Internet los deliciosos caramelos que habíamos probado. Así nació CyberCandy”, explica Morrison. Para empezar, no invirtieron dinero, pero sí mucho esfuerzo: “Nos lo tomamos como un hobby, y a finales de 2000, Allan dejó su trabajo para dedicarse a CyberCandy”. Al igual que este matrimonio, los británicos tienen una debilidad por el dulce (están a la cabeza de Europa en consumo). A través de su tienda on line y de las físicas que tienen, estos emprendedores hacen realidad las delicias de los más golosos con dulces de EEUU, Japón, Nueva Zelanda, Australia…, y están buscando un distribuidor para vender también turrón español.