Incluso en sectores tan tradicionales y estables como es el vitivinícola es posible innovar, reinventar las reglas del juego y descubrir un nicho de mercado aún sin explotar.
La prueba está en la compañía Cría Cuervos y en las 20.000 botellas de verdejo que vendieron a los dos meses de su lanzamiento, en diciembre de 2020, y las más de 150.000 antes de cumplir su primer año en el mercado.
Hoy, además de este blanco de Rueda elaborado en La Seca (Valladolid), producen y comercializan un tinto tempranillo Ribera del Duero de viñas en Pesquera del Duero. Ambos pueden adquirirse a través de su página web y en una selección de establecimientos escogidos, como El Corte Inglés, Supercor y, pronto, en Sánchez Romero.
También han conquistado multitud de restaurantes y hoteles repartidos por toda la Península Ibérica y pueden disfrutarse en Liverpool y en la zona norte de Italia. Como parte de esta expansión internacional, la compañía ha entrado en mercados fuera de Europa, en concreto en México, República Dominicana y, en breve, en Estados Unidos.

Reinventando las reglas del juego
La calidad de los productos y su precio asequible han sido determinantes en el éxito de Cría Cuervos. Pero si en poco más de un año la compañía ha conseguido abrirse un hueco en un sector tan conservador y situarse como una de las marcas jóvenes con mayor proyección en el mercado, también es por atreverse a ir contracorriente. De hecho, de ahí viene su nombre, Cría Cuervos, y con él toda la intención de dejar claro que vuelan libres, como remata el conocido refrán.
La empresa es rompedora empezando por cómo nace, que no es ni en una mesa de reuniones ni en una escuela de negocios, sino en pleno confinamiento de la mano de cuatro amigos, cada uno en su casa. Un emprendedor, un Dj, un futbolista profesional y un ex piloto de motos o, para más señas, Javier Muñoz Lazaga, Sandro Ávila, Pedro Obiang y Fonsi Nieto.
Tras muchos días de encierro, muchas charlas por Zoom y muchas recomendaciones de vinos, surgió la pregunta: ¿Por qué todas las marcas tienen un diseño y una comunicación tan carca? Y el tema dio tanto de sí, que decidieron lanzar su propio verdejo con la imagen y el mensaje que a ellos les gustaría encontrar y no veían en ningún lado.
Además, cuentan con unos embajadores de marca que merece la pena destacar, empezando por Rafa Márquez, ex futbolista del FC Barcelona y capitán de la selección mexicana; pero también Jaime Fermosell, jugador revelación del World Padel Tour (WPT), y Adrián San Miguel, ex jugador del Betis, del West-Ham United, y actual portero del Liverpool.

“Brindemos por el aquí y ahora”
El eslogan de la marca, Brindemos por el aquí y ahora, ya define su esencia y manera de ser: joven, indómita, fresca y natural, igual que el público al que se dirige, esa generación millenial tan ‘disfrutona’ del momento, con la que conecta porque habla su mismo idioma.
Si hasta la fecha, para apreciar un buen un vino, había que ser o parecer un entendido capaz de distinguir las notas de frutos rojos bien ensambladas con un toque de madera, con Cría Cuervos lo importante es si está rico o no.
La tradición se respeta durante el proceso de elaboración del producto, porque el objetivo es obtener un vino premium. Sin embargo, una vez se descorcha la botella, desaparece el esnobismo ceremonial que rodea su degustación.
El objetivo ya no es otro que centrarse en el placer de tomar una copa o una botella en cualquier momento o lugar, solo o acompañado. Las etiquetas de su verdejo y su tempranillo así lo proponen: esa copa que te sirves mientras cocinas, perfecto para una barbacoa informal entre amigos o para acompañar la paella del domingo. En resumen: cero afectación, todo naturalidad.
Una empresa con propósito y socialmente responsable
Hay varias características más de Cría Cuervos que conectan con los gustos y exigencias de su público. Por un lado, que es una marca nativa digital, nacida por y para vender online, con perfiles en Instagram y Facebook, las redes sociales preferidas por su target.
Por otro lado, que es una empresa con propósito y socialmente responsable. El corcho es 100% reciclado y la etiqueta de algodón, con lo que no se usa papel para su creación. En cuanto al vino en sí es ecológico, pues en su elaboración no utilizan químicos o productos artificiales en ninguna parte del proceso. Desde la tierra hasta el embotellado, todo es 100% natural, como valoran los consumidores de 20 a 45 años a los que la marca se dirige, tan concienciados con el respeto al medioambiente.
Además, Cría Cuervos patrocina a la Fundación del Real Betis Balompié en Guinea Ecuatorial.
Con todo ello, el equipo ha demostrado que para emprender en el mundo del vino hay que tener visión de negocio y para destacar en este mercado hay que ser creativo hasta el punto de atreverse a saltarse ciertas normas establecidas; no todas, solo las necesarias.

Internacionalizar la marca sin perder su esencia
El primer objetivo de Cría Cuervos de cara a los próximos meses es atacar el retail cualificado de alto impacto en Europa. “Tenemos una marca muy potente, que está gustando mucho, y queremos entrar en los supermercados europeos de alto posicionamiento, para poder ofrecer nuestros vinos en masa, sin por ello perder la esencia ni la categoría que ostentan”, aclara Muñoz Lazaga.
Además, para afianzar su aterrizaje en Estados Unidos, la marca busca cerrar acuerdos con la importante cadena de supermercados estadounidense Whole Foods Market.
En cuanto al lanzamiento de nuevas referencias, tienen previsto sacar al mercado dos vinos más antes de que acabe el año. Uno de ellos elaborado con una uva muy valorada a nivel internacional y muy interesante para el mercado español.
Con estos frentes abiertos, el afán de crecimiento y el deseo de seguir explorando como filosofía de negocio y de vida, la previsión de venta marcada por los socios de Cría Cuervos es llegar a las 500.000 botellas vendidas en 2022.