¿Dónde están? Ten claro dónde están tus potenciales usuarios y ‘atácales’. Explícales cómo pueden sacarle partido a tu app. “Dales herramientas para que te encuenten en los app stores y para que no se pierdan dentro de tu app”, explica Rodelgo, partidario de usar pantallas monográficas, “que con un clic te diga, de forma visual, los elementos de pantalla”. Recomienda también un vídeo tutorial –con un minuto, suficiente– que explique las bondades de tu app, “y mejor en varios idiomas. Y se viraliza bien por Facebook y Twitter”.
¡Anúnciate!
Hazlo en otras app de tu portfolio –si las tienes– y en las más descargadas de tu nicho. Aquí se abre un mundo complejo de formatos publicitarios (banners fijos y expandibles, vídeos, etc., que computan por clic, por visión, por descarga…) y de intermediarios como anunciantes, agencias, redes que venden audiencia, subastadores de espacios, etc. [muy recomendable leerse el ‘Libro Blanco de apps’, de Mobile Marketing Association].
Entre las grandes plataformas publicitarias: la de Facebook y la de Google. O los programas de afiliación de recomendación de app: Tapjoy o Tap for Tap, entre otras. O Leadbolt y Millennial Media, que negocian el precio de los banners.
Recomendadores, blogs y revistas
Para conseguir descargas masivas, recomendadores como Appgratis o Atrappo, que te ayudará a escalar en los rankings. Y promociónate en blogs especializados de Apple y de Android, y por temas (juegos, música, utilidades, etc.).
¿Qué precio le pongo a mi app?
Como señalan los expertos, a no ser que tu app sea de nicho o que aporte de inicio un gran valor a tus usuarios, la estrategia más acertada es el freemium. Y el precio medio más utilizado es de 0,99 dólares. A partir de ahí, esa cifra puede aumentar mucho.
Juan Capeáns, de InQBarna, recomienda, primero, ver por dónde se mueve la competencia antes de colocar un precio a tu app: “Estudia qué está haciendo tu competencia para saber si tienes hueco para ofrecer algo interesante. Te ayudará a tener un rango de precios en el que moverte. También valora el producto que ofreces. Si es muy complejo y, sobre todo, soluciona una necesidad muy latente para los usuarios, entonces puedes subir un poco el precio. Hay una fase clave que es la de prueba-error para ver cómo funciona e ir reorientando la app”.