Está claro que Internet nos hace las cosas mucho más fáciles. Que con sólo un clic de ratón y con nuestra tarjeta podemos comprar cualquier cosa en cualquier punto del mundo. Pero, ¿y si vives en un pueblo pequeño y el más cercano está a 30 kilómetros, tienes 80 años, has trabajado toda la vida la tierra, no sabes nada de Internet y por no tener no tienes ni tarjeta de crédito?
¿Qué haces entonces? ¿Dónde compras la leche si todos los negocios han cerrado?
Leyendo la prensa regional, nos hemos encontrado con un proyecto piloto en la zona norte de la provincia de Valladolid para constituir una red de pequeñas tiendas multiservicio para garantizar un comercio rural mínimo. El proyecto parte de la base de que en pueblos pequeños no es rentable tener abierto un establecimiento de ultramarinos. Por mucha demanda que haya no hay suficiente como para que le resulte rentable a un único emprendedor. Así, la solución pasa por abrir una cadena de pequeños despachos de productos elaborados y coordinados por una cooperativa. En un principio se plantean productos de necesidad (alimentos y parafarmacia), pero también servicios (peluquería).