Vale, reconocemos que es algo rebuscado, pero Álvaro Castelló, un emprendedor de Alcoy (Alicante) nos ha puesto sobre la pista de esta fórmula. A Castelló se le ocurrió, después de pasar por una escuela de negocios suiza, convertir el negocio familiar, un taller de cosido de tapicería para marcas de referencia, al frente del cual estaba su madre, Soledad, en una tienda online en la que se pudieran personalizar, de verdad, sofás (por lo general, en casi todos los sectores, la personalización se reduce a cuatro o cinco patrones en stock).
Y a Castelló se le ocurrió que en lugar de ponerse a fabricar sofás, que no era su negocio, y de buscar nuevos proveedores (en el sector del retail resulta complicado acertar a la primera), ¿por qué no le proponía a los clientes del taller de su madre que ofrecieran sus productos en su tienda online que ellos ya se ocupaban de personalizar?. Es cierto que su idea no vale para todos los sectores, ni negocios, pero…
SOFFING.COM
Venta de sofás personalizados… de verdad

“Muchas empresas, sobre todo en el sector del descanso, en su desesperada búsqueda por conseguir un ahorro interesante respecto a la tienda tradicional, han limitado la capacidad de elección del consumidor y han menguado la calidad del producto para conseguir precios competitivos. Ese es el punto de partida: ampliar la gama de opciones de los clientes facilitándoles la personalización de sofás”, explica Álvaro Castelló, el emprendedor detrás de Soffing.com.
“No hablamos de elegir tu sofá en blanco o negro, sino de combinar tejidos, texturas y colores, elegir un tipo de pata u otro, combinar el hilo del sofá con el color de tus cortinas o incluso elegir el tipo de sentada que quieres que ofrezca tu sofá. Eso es exactamente lo que nos diferencia del resto de tiendas que venden sofás por Internet: la disponibilidad de un amplio abanico de modelos, medidas, composiciones y mecanismos de descanso y la posibilidad de personalizar tu elección”.
¿Entienderon esto sus proveedores? “Cuando les explicamos que queríamos vender por Internet, no nos tomaron en serio, y la primera condición que nos pusieron fue contar con un establecimiento físico para poder trabajar con ellos. Así montamos un showroom para exponer piezas de estas firmas”.
VUELTA DE TUERCA
No es oro…
“Muchos habían intentado vender sofás por Internet, pero los proyectos se quedaban siempre a medias. Nos encontramos numerosas páginas con información desfasada, descripciones incompletas y, sobre todo, nos llamó la atención que en muchas de ellas no se podía comprar sin un contacto físico y sólo vendían sus catálogos, no una verdadera personalización”.