Ahora que incluso el nicho de las infidelidades manifiestas online también tiene hueco a este lado del río Pecos, con el desembarco de propuestas francesas y estadounidenses que elevan los cuernos a categoría de transacción comercial, poco (pensarás) queda por hacer en el mundo del dating. Pues bien, los fundadores de Gruppit.com –la empresa Clan 2000, especializada en redes sociales para singles– se han impuesto popularizar las comidas sociales, que no sólo tienen como objetivo el dating, sino que se abren a todo el universo de los singles que, sencillamente, lo único que puedan querer hacer es buscar amigos que no estén casados y coman perdices y se las partan a sus niños con cuchillo y tenedor. La idea está importada del negocio estadounidense Grubwithus.com y funciona en varias ciudades norteamericanas. Se propone una comida o una cena y, a medida que se van apuntando comensales a un precio cerrado, va apareciendo su perfil para animar al resto. Se paga por adelantado –salvo bebidas– y están prohibidos los móviles.