Al final, Marshall McLuhan va a tener razón: el chicle es el mensaje. Eso es lo que ha pensado la delegación de la agencia de publicidad DDB en Sidney a la hora de promocionar una marca de goma de mascar, Hubba Bubba. La agencia ha llenado las calles de Sidney de carteles para colorear… con chicles. En lugar de tirarlos a la basura o al suelo, proponen colorear clásicos del arte: Van Gogh, Warhol… Como estrategia de promoción es impactante, ¿pero no podría ser también una solución para tener las calles más limpias? Se podría vincular el coloreado ecológico a imágenes emblemáticas de las ciudades. Se convertirían en reclamos turísticos. Se podría vender así a los ayuntamientos…