Informático de profesión, su pasión, desde hace 16 años, es la fabricación de cervezas. Con 40 años, y aprovechando la incertidumbre que atraviesa el sector, David Castro decidió que había llegado el momento de poner fin a su etapa tecnológica –”no quería convertirme en un informático con canas”, dice– y emprender.
Los amigos de mis amigos
“Comencé haciendo cerveza en casa, como el que hace magdalenas o embutido. Fabricaba unos 20 litros para consumir los fines de semana con familiares y amigos. Pero la idea de que ese hobby podría tener una salida profesional, enfocarla como un negocio, la comencé a entrever cuando comenzaron los amigos de los amigos a pedirme que les fabricara cerveza para sus celebraciones. Nadie recomienda una bebida artesana a personas cercanas, si no tiene el convencimiento de que está ante algo bueno”, recuerda Castro.
Desechó, por el coste financiero, abrir un brewpub, una mezcla de micro fábrica de cerveza artesanal y pub, “del que ya hay algún precedente en Madrid. Se decantó por montar una fábrica, de cerveza artesanal de Madrid.
Su amigo, José Ignacio Alonso, con el que había coincidido en varias empresas tecnológicas, se interesó por el producto y se asoció a La Cibeles. Alonso consiguió varios socios más y entre todos invirtieron 450.000 euros. La fábrica, ubicada en la localidad madrileña de Alcorcón, tiene una capacidad de producción anual de 540.000 botellas.
http://cervezaslacibeles.com