Tras años ocupando puestos de diversa responsabilidad en diferentes editoriales y medios de comunicación, Georgina Salgado había llegado a la conclusión de que en el mercado había muchos freelance dedicados a colaborar con las editoriales en la edición de libros y algunas empresas de servicios editoriales pero que, en ambos casos, la
calidad y el cumplimiento de los plazos, así como el compromiso con los clientes (principalmente, editoriales) eran muy inestables.
Demanda del mercado
“Por ello, entendí que no sólo había hueco en el mercado para otra empresa de servicios editoriales, sino que el propio mercado la demandaba, sobre todo, una que ofreciera servicios editoriales con mucha calidad, cumpliendo plazos y a precios competitivos”, sostiene. También descubrió que existía muy poca especialización, excepto en informática o medicina. De ahí, que la empresa de Salgado –Caja Alta Servicios Editoriales– se haya especializado en libros de texto, jurídicos y técnicos. La idea de negocio vio la luz en en septiembre de 2007. Con el apoyo de su marido y la inversión inicial de 20.000 euros, Salgado decidió lanzarse al mercado.
“Para buscar profesionales no sufrí porque contaba con una agenda con años acumulados de contactos (traductores, editores, correctores, diseñadores…)”, asegura. Y para emprender con seguridad, “busqué información en seminarios y cursos para emprendedores de la Comunidad de Madrid y el ayuntamiento, completamente gratuito”, recuerda Salgado.
Entre sus clientes se encuentran editoriales como McGraw-Hill, Mac Millan, Pearson Alhambra y Edebé o instituciones como el Instituto Español de Comercio Exterior o la Universidad Francisco de Vitoria.
