En el segundo trimestre del 2010 Virgin Galactic, que es la primera compañía que ofrece vuelos comerciales al espacio, comenzará a hacer realidad el sueño de todos aquellos que deseen convertirse en pioneros del turismo espacial, y Ana Bru, una de las mujeres españolas más aventureras y emprendedoras, que ha revolucionado el concepto Luxury, ha sido la seleccionada por la compañía de Richard Branson para que su agencia de diseño de viajes singulares, Bru & Bru, comercialice en exclusiva los vuelos suborbitales en España y Andorra.
“Siempre hemos tenido buena relación con Virgin Group, y cuando en el 2004 empezaron a promocionar Virgin Galactic en Estados Unidos, les manifesté mi interés y les pedí que cuando llegaran a Europa me avisaran, porque me gustaría representarlos”, explica.

Con el paso del tiempo, y después de asistir “a una de esas ferias a las que vamos muy pocos españoles”, en la que se entrevistó con la persona responsable de las relaciones públicas de Branson, Ana Bru logró su objetivo. “Conocían de antemano nuestra trayectoria. Me resultó más fácil. Les mostré algunos de nuestros productos, que en ese momento era un catálogo sobre viajes a África, y quedaron encantados. Después de unos meses nos llamaron para comercializar y vender los viajes”, asegura.
PREDICAR CON EL EJEMPLO
Nada como probar el producto antes de venderlo. Ana Bru y su marido, Ramón Segarra, que ya tienen asignadas las plazas 42 y 47, respectivamente, serán dos de los españoles afortunados que irán al espacio en una nave Space Ship Two (SS2) a contemplar la Tierra a 110 km de altura, en un vuelo que durará dos horas y media y en el que podrán experimentar la ingravidez durante cinco minutos.
“Cuando me implico voy hasta el final. Es algo más que se suma a la inquietud por buscar nuevos retos, y si soy coherente con mi filosofía, no puedo recomendar ni vender nada que yo no haya probado antes” señala Ana. Ése es el motivo por el que decide apuntarse para hacer los entrenamientos por adelantado “y poder explicar a mis clientes, en primera persona, lo que se siente dentro del simulador, en qué consiste el vuelo, las bases, el material del que se compone la nave, el perfil de los astronautas… Yo siempre les digo a los clientes que si yo puedo ir, puede ir cualquiera, siempre y cuando goce de buena salud, reúna unas condiciones físicas óptimas y tenga entre 18 y 80 años”.
LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR
No menos saludable tiene que ser el bolsillo del aspirante a turista espacial, ya que en el momento de la reserva debe abonarse un depósito mínimo de 20.000 dólares (el pasaje cuesta 200.000 euros). La cantidad del depósito determinará la prioridad del pasajero para el vuelo y le permitirá asignar el número de asiento.
Los beneficios que obtenga Branson los reinvertirá en mejorar la tecnología en los próximos viajes espaciales y en la bajada del precio de los pasajes (hasta un 50%) en los próximos cinco o diez años. Virgin empezará con un vuelo semanal y conforme se vayan construyendo más naves se incrementará hasta 2, 3 y 4 vuelos al día. En cada uno viajarán seis pasajeros y dos pilotos, y los primeros vuelos saldrán del aeropuerto espacial de Mojave (California).
DENOMINADOR COMÚN
En el perfil de clientes que se han apuntado al viaje espacial hay una característica común: “Sobre todo, son personas relacionadas con la aviación, que entienden del tema, han hecho estas pruebas y están familiarizados con el vuelo. También hay aventureros y gente que ha soñado con ser astronauta, deportistas de élite, altos directivos y personas con inquietudes”.
Una de las cosas que más ilusión le hace a Ana es organizar el primer chárter espacial español para mujeres, “un proyecto muy atractivo que ya está bastante adelantado. Ahora mismo estamos buscando las fechas que irían bien para solicitar la reserva en firme”.
ENTRENAMIENTO LÍMITE
Para viajar al espacio, Ana Bru ha tenido que pasar unas pruebas físicas muy enérgicas e intensas durante cuatro días en el centro aeroespacial Nastar (primer centro mundial de entrenamientos para astronautas y pilotos de caza F-15, F-16…). “Durante mi estancia, los profesionales y expertos de Virgin Galactic me hicieron sentirme como una astronauta en todos los sentidos. Sus atenciones fueron inmejorables. Nos enseñaron a familiarizarnos en vuelos con simuladores dos veces al día hasta llegar al momento del vuelo real (dentro del simulador) con situaciones de ingravidez cero y la reentrada”. La empresaria vivió las mismas situaciones de estrés psicológico que los astronautas profesionales y con continuos picos de fuerza G.
Desde hace meses, Virgin están realizando vuelos de prueba, sin pasajeros, pero con el peso equivalente de la nave nodriza. Tras el verano se acoplará la nave espacial y se harán de nuevo vuelos de prueba para comprobar que todo está perfecto para el primer viaje espacial en el segundo trimestre del año que viene.
En el primer vuelo, que saldrá de una pista del desierto de Mojave (California), irán Branson, sus dos hijos y sus padres. En el resto viajarán los 100 socios fundadores. En diez meses se prevé que hayan viajado todos los socios, y a partir de ese momento podrán hacerlo los demás, ya desde el aeródromo que está construyendo Norman Foster en Nuevo México (EE UU).
