El crecimiento ha sido espectacular: cinco restaurantes en Madrid en menos de tres años y, detrás de ello, Pedro López, que cuenta con el apoyo de la empresa familiar dedicada a la distribución cárnica. Su experiencia profesional en el sector de la alimentación y del mercado brasileño llevaron a López a poner en marcha un concepto de negocio como el rodizio, “muy común en Brasil y poco y mal conocido en España, que hiciera cambiar la idea generalizada que tenemos sobre que los buenos restaurantes de carnes son caros.
Con Brasa y Leña se puede comer carne de calidad a un precio razonable. Y además, toda la que se quiera y, como la lleva el churrasquero del asador a la mesa, siempre caliente y recién hecha”, explica. Con la idea de abrir dos locales más en Madrid, ya planifica la expansión nacional a través del modelo de franquicia. En 2009 –con sólo cuatro locales abiertos– ya facturó unos cinco millones de euros.