“Viendo los excesos acontecidos en España desde 2009 con la venta de acciones preferentes, bonos subordinados, productos estructurados y demás, se detecta una necesidad de que el inversor de a pie tenga a su lado a alguien que verdaderamente vele por sus intereses”. Así y fijándose en el amplio desarrollo de este tipo de asesoramiento financiero en el mundo, le surge a Miguel Puertas la idea de crear esta empresa.
Asset Growth ofrece servicios de asesoramiento patrimonial, seleccionando productos de inversión ofrecidos por bancos y gestoras nacionales e internacionales. Dado que su retribución proviene exclusivamente del cliente se jactan de así poder ser completamente independientes y ofrecer los mejores productos en cada categoría de inversión, evitando con este modelo de negocio el conflicto de intereses.
Arrancaron en 2012 con una inversión inicial de 50.000 euros de financiación propia destinados a capital social de la empresa para adoptar la figura de persona jurídica. Al principio tuvieron el problema de que muchos clientes potenciales consideraban que el servicio que ofrecen es el mismo que da un banco y no le cobran explícitamente por ello, pero “esta mentalidad está cambiando en los inversores españoles”, cuenta este emprendedor.
El público objetivo de esta empresa se concentra en personas que tengan “un patrimonio tal que justifique la dedicación de un profesional a sus inversiones financieras bien por tamaño o bien por complejidad”. Básicamente individuos que poseen inversiones en fondos, acciones o bonos que buscan mejorar la rentabilidad y mejorar las condiciones y comisiones que obtienen de sus entidades financieras, bajo la tutela de un sujeto externo, cualificado y sin intereses ocultos.
Cobran en función de los activos una comisión fija y en algunos casos por requerimiento del cliente, en función de la rentabilidad obtenida “al objeto de alinear al 100% nuestros intereses con los del cliente”, asevera Puertas.