StoreDot ha diseñado una nueva batería para que los automóviles eléctricos puedan recargarse en tan sólo cinco minutos, frente a las media hora mínima necesaria en la actualidad.
Los cálculos de la compañía estiman que la autonomía de esta batería podrá alcanzar los 480 kilómetros, un recorrido que se acerca bastante a la autonomía que se obtiene con una carga de combustible fósil. Teniendo en cuenta que se logra con tan sólo cinco minutos enchufado, este avance podría inclinar para siempre la balanza en favor de los vehículos eléctricos. Según StoreDot, esta batería podría estar lista para su salida al mercado en tres años, tras una intensa fase de investigación y desarrollo.
Otro de los aspectos a favor de esta nueva batería es su seguridad. Con su composición de materiales y la reducción de resistencia en sus celdas, se evitan posibles calentamientos; además no es inflamable.
Este es el primer proyecto tangible para avanzar hacia la nueva generación de baterías que revolucionen la movilidad eléctrica del futuro. Se han realizado promesas similares por otras empresas en los últimos años, pero hasta la fecha, ninguna había ofrecido una demostración tangible de las capacidades de su innovación.
Entre sus primeros objetivos estuvo el desarrollo de una batería y sistema de carga para teléfonos móviles que permitiese recargar en cuestión de segundos. FlashBattery estará pronto en el mercado para smartphones, tras años de desarrollo, pero la firma con sede en Herzliya aplica la misma tecnología para cambiar el paradigma de los vehículos eléctricos, cuyo mercado está limitado por la lentitud en la carga de las baterías y su escasa autonomía. StoreDot promete con su tecnología una recarga de cinco minutos y un aumento sensible en el número de kilómetros de recorrido.
Una de las curiosidades relacionadas con los productos de StoreDot, y específicamente sus baterías, es que el descubrimiento fue fruto de la casualidad. Los nanomateriales-un nanocristal bio-orgánico- que se utilizan como base fundamental de estas baterías se descubrieron en investigaciones sobre el Alzheimer que se estaban realizando por un equipo científico en la Universidad de Tel Aviv tratando de aislar el comportamiento de los péptidos.