Antes de fallecer, a la avanzada edad de 102 años, su abuela quiso transmitirle un último mensaje: “haz algo por salvar estos pueblos”. Se lo dijo en gallego porque la abuela de Juan Carlos Pérez habitaba en la pequeña aldea de Castiñeiro, perteneciente al municipio de San Xoan de Rio, junto a 5 vecinos más, la más cerca otra mujer de 106 años.
Que Juan Carlos Pérez anduviese por allí fue una casualidad. Se había venido de Noruega, su país de residencia entonces, para acompañar a sus padres en otro viaje de regreso al terruño. Estalla entonces la Covid 19 y la contraen los tres. Luego ya, con el estado de alarma declarado y las restricciones a la movilidad, no le queda otra que permanecer en Castiñeiro.
Encantado. Juan Carlos Pérez se alegraba de poder pasar esos momentos tan críticos junto a los suyos. Hijo de emigrantes, nació en Suiza, pero ha vivido también en Barcelona, Madrid y Panamá. En Noruega, su último asentamiento, había creado junto a otros dos socios gallegos –David Ferraz y Gabi Vázquez-, la empresa VPF Scandinavia AS, especializada en el desarrollo de soluciones de software multiplataforma. La experiencia acumulada en desarrollos tecnológicos le serviría ahora para cumplir el último deseo de la abuela.
La idea de crear Aldealista surge a raíz de compartir en redes algunas de las fotos que tomaba en los parajes gallegos cercanos. Muchos, maravillados por lo que mostraban las fotos, se interesaban por el enclave. Se le ocurre entonces crear una aplicación de funcionamiento similar a las de citas pero que, en lugar de hacer un match entre pares, pusiera en contacto a personas con municipios rurales con menos de 5.000 habitantes.
Pueblos que se enamoran de ti
“Me pareció una buena herramienta para hacer visibles pueblos hasta entonces invisibles”, dice Pérez. La dinámica de la aplicación es sencilla. Los usuarios solo tienen en registrarse y descargársela de manera gratuita. Luego indican áreas geográficas de preferencia que quieren explorar o todo el territorio, si no lo tienen claro, y con el tiempo empezarán a recibir fotos en el dispositivo sin que se releve el lugar de origen.
Los usuarios solo tienen que deslizar las imágenes a izquierda o derecha como en las aplicaciones de citas y poner me gusta en las elegidas. La plataforma va registrando preferencias y gustos y, conforme a ellos, al final revela el nombre del pueblo que, según el algoritmo, se ha enamorado de cada usuario. Es decir, con el match de Aldealista es el pueblo el que te localiza, no a la inversa.
La aplicación, según Pérez, está ya presente en 23 países, entre ellos Portugal, Alemania o Suiza. Los pueblos que descubre por el momento son todos gallegos, pero la idea es seguir avanzado con el desarrollo de la aplicación hasta haber introducido a los 6.827 municipios españoles que, según Juan Carlos Pérez, están por debajo de los 5.000 habitantes.

Un proyecto phygital
Al margen de la aplicación, el proyecto cuenta también con un componente físico. Este se basa en la realización de una baldosa que incluye un código QR para todos aquellos pueblos que quieren aparecer en Aldealista. Estos solo tienen que inscribirse, rellenar un sencillo formulario y enviar el escudo del pueblo. Tras un pago único de 720 euros, reciben la baldosa que incluye un código QR gratis para lucir en la fachada del consistorio. Para la empresas de instituciones, púbicas o privadas, existe también la opción de patrocinio y de figurar en el baldosa mediante el pago de 3.300 euros.
Todos los visitantes pueden escanear el código y consultar los sitios que merecen la pena ver, locales donde pernoctar, comer, hacer compras…Contribuyen de este forma a la digitalización de los comercios locales, además de poner a disposición de los municipios estadística de valor para la toma de decisiones. Otro beneficio de la herramienta que resalta Juan Carlos Pérez es la posibilidad de acumular datos para conocer la realidad del territorio rural que, solo en el caso de España, equivale a más del 86% de la extensión nacional.