El caso de Lesley Mattos es el de una emprendedora nata. Sola al frente de la casa y los niños, esperó a que el más pequeño de sus cuatro hijos fuera a la universidad para entrar en el despacho de su jefe y despedirse de su trabajo. “No tenía ni idea de lo que iba a hacer, pero sabía que quedarme no era la solución”.
Pocos días después una amiga le pidió que tomara unas instantáneas de su boda con una Polaroid y que las pegara en un cuaderno para que los invitados pudieran hacer comentarios sobre ellas y sobre la celebración en cuestión…, algo así como la tarjeta que todos los compañeros del instituto firmaban para nuestros cumpleaños, pero más sofisticado. Y ese fue el germen de Adesso Albums. “De vuelta a casa pensé que tenía que haber una forma de que esta idea funcionara, que tuviera un acabado perfecto sin tener que utilizar pegamento, tijeras…”, recuerda Mattos.
En 2002 nació la empresa que había financiado con sus propios ahorros durante dos años “y con otros 111.000 euros aportados por inversores privados. El año pasado rompimos la barrera de ingresos de los 700.000 euros, con muchos beneficios”, dice orgullosa. Adesso Albums no sólo ofrece álbumes para bodas, “aunque este es nuestro principal mercado; cada año en Estados Unidos hay 2,4 millones de enlaces”, sino también cumpleaños, bautizos, aniversarios…
Lo que ha conseguido Mattos es aportar glamour a un producto que ya existía. Los álbumes tienen los huecos preparados para colocar las instantáneas, y con los lapiceros especiales, que también venden, los invitados pueden escribir notas al instante. Y lo mejor de todo es que el cliente se lo puede llevar a casa después de la ceremonia. El márketing viral y la aparición en revistas de novias le ha ayudado mucho y, sobre todo, las recomendaciones: “Quien ha utilizado nuestros álbumes para su boda, también tiene padres que van a cumplir un aniversario de boda, a alguien que va a bautizar a su hijo…”.