La teoría de la “ilusión de Zuckerberg” es uno de los grandes peligros para las personas que están a punto de convertirse en emprendedores. A menudo, tendemos a pensar que nuestras ideas de negocio son mucho mejores de lo que en realidad son, y que bastarán apenas unos pocos meses de trabajo para convertir nuestra empresa en el próximo Facebook. Como es lógico, en la gran mayoría de los casos no se trata de otra cosa que un autoengaño.
Tal y como explica en Entrepeneur el experto Francisco García Pimentel, la teoría de la ilusión de Zuckerberg tiene su origen en “biografías mal explicadas y silogismos mal entendidos, en virtud de que, en efecto, existen personas que se han convertido en millonarios (aparentemente) de la noche a la mañana con ideas de negocio supuestamente sencillas”.
Por decirlo de otro modo, como algunos grandes emprendedores, como el propio Mark Zuckerberg o Steve Jobs dejaron la universidad, tuvieron una gran idea y se hicieron multimillonarios en tiempo récord, si yo tengo una buena idea, también puedo convertirme en un líder del ecosistema emprendedor. Y nada más lejos de la realidad…
La verdadera historia -a pesar de que es cierto que Mark Zuckerberg tuvo una gran idea- está llena de pequeños fracasos y la capacidad para superarlos tras jornadas laborales interminables y serios conflictos durante los primeros pasos de Facebook. En este sentido, todos recordamos las acusaciones de plagio por parte de los hermanos Winklevoss o la violación de los derechos de los alumnos de Harvard al hacer públicas sus fotos.
No eres el próximo Mark Zuckerberg… Pero podrías serlo
Aunque las posibilidades de convertirse en el nuevo Mark Zuckerberg son bastante remotas -por no decir imposibles-, el mensaje que debes tener claro es que una idea de negocio no vale nada por sí misma. Incluso, aunque sea buena. Tal y como explicaba un experto en un artículo de Emprendedores, “una buena idea mal gestionada por un mal equipo no va a ningún sitio. En cambio, hay ideas mediocres que con un buen equipo salen adelante”.
Para conseguir que tu negocio comience a dar beneficios desde cero, tu idea debe basarse en una necesidad real. “Los emprendedores de oportunidad, que trabajan en un sector, detectan una oportunidad de negocio y deciden emprender en ella. Estos proyectos tienen más viso de crecer porque conocen la cadena de valor, a los clientes, al mercado…”, explicaba el experto Borja Piñeiro.
Además, otra de las claves para intentar acercarse al éxito empresarial de Mark Zuckerberg está en los clientes. En este sentido, “está (el cliente) en la cúspide de un proyecto y tienes que aportar valor. Por eso es importante comprender cómo lo conseguirás (funcional, emocional, social…)”
Por último, la tercera clave para poder dar forma a una buena idea de negocio es la flexibilidad del emprendedor. Uno de los mayores enemigos de los emprendedores es la terquedad, empecinarse en la idea. El mercado y los clientes cambian. Al emprendedor le falta información que irá conociendo más adelante. En la medida en la que tenga un buen equipo y sea muy hábil para entender los cambios y adaptarte a ellos, tendrá éxito. Pero no existe la idea del millón de dólares. Es algo flexible, móvil y adaptable”, explican los expertos.