El interés de los ayuntamientos
Como los ayuntamientos no pueden explotar estos servicios –sólo las operadoras pueden hacerlo–, están obligados a convocar un concurso para que una de estas empresas explote la red, cuyo despliegue sí suelen financiar las corporaciones. La innovación de Gowex consistió en ofrecer la posibilidad de gestionar esa red sin coste alguno. “Es un modelo de coinversión público-privado mediante el cual descargamos a los ayuntamientos de unos gastos que, sobre todo en época de crisis, les impediría ofrecer esos servicios”, explica Jenaro García.
El despliegue de las redes
En muchas de las ciudades, Gowex se ha limitado a explotar unas redes que ya existían; en otras se ha hecho, además, con el diseño y despliegue de esa infraestructura. Fue el caso de Burgos, donde instaló las 170 antenas que dan cobertura a las zonas más céntricas de la ciudad. Al contrario del 3G, que funciona mediante la implantación de grandes antenas con cobertura de varios kilómetros, “el despliegue del wifi se consigue con la instalación de pequeñas antenas en semáforos o farolas, a 200 o 300 metros unas de otras“.
Las tres vías de ingreso
El modelo de negocio de Gowex se basa en conseguir los ingresos para pagar los costes de explotación de la red. “Los conseguimos básicamente por el uso que las operadoras hacen de nuestras redes offloading, por la publicidad geolocalizada (puesta por comerciantes o hosteleros) y por las tarifas premium (más de 512 kb) pagadas por algunos usuarios”.
Participación de las operadoras
Por extraño que parezca, la principal vía de negocio de Gowex procede de las grandes operadoras de móviles como MoviStar o Vodafone, que retribuyen a la empresa por usar su red cuando la suya está saturada, el llamado offloading. “De no poder utilizar nuestra red, tendrían que ampliar su propia infraestructura, una inversión que no están interesadas en hacer“. Desde que han empezado a cobrar por tarifa plana, “las operadoras experimentan crecientes dificultades para amortizar el coste de sus redes de 3G, lo que las obliga a buscar alternativas para complementar su infraestructura”, explica García.