
Para José María Cubillo, la victoria de la selección en el Mundial de Sudáfrica “es beneficiosa para la imagen de España, por su alto impacto mediático, difícil de cuantificar e imposible de financiar de otro modo. Influye sobre la identidad, porque genera optimismo –si bien con carácter temporal y difícil de cuantificar– y porque ayuda como elemento de cohesión, reforzando nuestra identidad como un todo, dentro de nuestra diversidad cultural”. Carles Torrecilla, profesor de marketing de Esade, es más optimista: “Nos ha aportado notoriedad espontánea, que no teníamos. Y en un momento ideal ya que los turistas meditaban a dónde viajar. Ni planificado, nos podría haber venido tan bien. La victoria provocará un aumento del PIB. Imagina que nos trae un turista más de cada 20 que venía: es un 5%, y el 5% del 10% del PIB es un 0,5%. Esto no le pasó a Alemania cuando ganó el Mundial, porque ya tiene notoriedad espontánea. Y para capitalizarlo a largo plazo, el Estado tendría que gastarse millones en comunicarlo durante un tiempo y recordar, además, que somos diseño, profesionalidad, trabajo en equipo, creatividad… La notoriedad es importante, pero lo que da ventas a largo plazo es el posicionamiento”.