La respuesta inmediata es No. Ni desde el punto de vista tecnológico ni el cultural ni el de Recursos Humanos ni siquiera el legal estamos preparados para asumir una avalancha de teletrabajo como la que se propone para paliar los efectos del COVID-19. Esto es lo que opina Francisco Javier Blasco, director de Adecco Group Institute.
El último estudio realizado por Adecco Group Institute que dirige el abogado Francisco Javier Blasco Luna ponía de manifiesto que solo entre un 4,5 y un 7% de los profesionales en España se valían del teletrabajo en su rutina laboral diaria. Sin embargo, ahora, a raíz de la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus es una de las principales alternativas laborales que se plantean para paliar sus efectos y mitigar los efectos en la economía nacional. No es solo una cuestión de teletrabajo, está también la formación online, el aumento de la telemedicina para aliviar la carga de los centros sanitarios o el incremento de la compra online para evitar salidas a la calle. ¿Estamos preparados para asumir de golpe esta avalancha de digitalización?
Francisco Javier Blasco Luna pone en foco en lo que atañe al tema del teletrabajo y su respuesta tajante es: “el papel es que lo aguanta todo, pero la realidad NO”. Los motivos que argumenta son varios.
NO TODOS LOS PUESTOS PERMITEN EL TELETRABAJO
Hace años, y así sigue siendo, que el sector terciario es la principal fuente de riqueza del país. A él debemos el 67,7% del Producto Interior Bruto (PIB) y 76% de los empleos de población activa. El turismo lidera el sector, uno de los más se resentirán con el COVID-19. Aún en el supuesto de que no se restrinja en exceso la libertad de movimientos, es el trato personal el que predomina en el sector, algo de descarta de entrada la opción del teletrabajo. Lo mismo puede decirse de la construcción, los transportistas, conductores de metro y autobús, repartidores y cualquier otro puesto que exija un contacto personal directo.
LA TECNOLOGÍA
Para la mayoría de aquellos trabajadores que puedan acogerse a esta modalidad parece que sería suficiente con disponer de un teléfono móvil, un portátil, una buena línea ADSL y, en algunos casos, el skype. Este sería el pack para un trabajo standard. Pero Blasco añade muchas más dudas. ¿Qué servidores tienen contratados las empresas? ¿Está implementada la red corporativa para trabajar en remoto? ¿Estás dispuesto a facilitar las claves de acceso a todos el mundo poniendo en riesgo de la seguridad de la empresa. Más en aquellos casos que trabajan con ETTs?
Cierto que las compañías de telecomunicaciones están arrimando el hombro y ofreciendo su apoyo para hacer del tecnológico un mal menor. José María Álvarez- Pallete, presidente de Telefónica, fue uno de los primeros en poner a la compañía al servicio de la sociedad entendiendo que en una situación de emergencia como la actual “la comunicación se convierte ya no solo en esencial, sino en verdaderamente crítica para poder seguir adelante”. Prioritarios con las medidas adoptadas en Telefónica son los centros sanitarios y hospitales, para que “puedan hacer uso de diagnósticos en remoto para los pacientes”; los centros educativos, para que los alumnos puedan “hacer uso de herramientas de e-learning; y las pequeñas y medianas empresas, para asegurar sus comunicaciones “claves para su funcionamiento, y puedan estar conectados con sus clientes y con sus equipos; y que los trabajadores puedan hacer uso del teletrabajo”, puede leerse en un comunicado suscrito por Álvarez-Pallete.
Ya, como medidas concretas aterrizadas, habla, en lo que atañe a las empresas, de un incremento “sin coste adicional alguno los GB que disfrutan sus clientes Fusión y clientes móvil de Movistar con 30 GB adicionales cada mes, durante dos meses”.
LA PLANIFICACIÓN
Mandar, de la noche a la mañana, a todos los empleados a trabajar a sus casas requiere una planificación empresarial que, hasta ahora, muy pocos tenían prevista. Acostumbrados al ‘presentismo’ laboral, aprender a coordinar equipos en remoto requiere, además de la implementación tecnológica, un tiempo de aprendizaje para empezar a rodar y no ver mermada la productividad. Blasco no se refiere sólo a la planificación de los mandos de las compañía sino también a la de los mismos trabajadores que pueden verse un poco desorientados en el nuevo entorno laboral mezclado con el doméstico. “Luego habría que tener en cuenta las condiciones personales de cada uno. Muchos tendrán que hacerse cargo del cuidado de los niños o de tareas del hogar, sin hablar de que ese escenario idílico que pintan algunos trabajando desde la playa o en un ático lleno de luz, solo se lo pueden permitir unos pocos”.
RECURSOS HUMANOS
En este sentido, una de las contradicciones que observa Blasco Luna se refiere a la reciente legislación que obliga a las empresas al control del registro horario. Una norma que en muchos casos supuso un coste adicional a las empresas y que ahora no pueden trasladar al remoto. De esta manera la medición de la productividad se complica sin hablar de posibles repercusiones en la cuenta de resultados.
LEGAL
En principio, la opción del teletrabajo, desde el punto de vista jurídico, es voluntaria, salvo la existencia de un convenio colectivo que dicte lo contrario. En situación de emergencia podría hacerse una excepción.
En resumen, que en opinión de Francisco Javier Blasco el teletrabajo podría ser un círculo virtuosos que, en ausencia de alguno de los eslabones referidos, podría convertirse, a día de hoy, en un círculo vicioso.