Trabajar la marca empleadora no va de ni mesas de pin pon ni de un aparcamiento de bicicletas ni de poder llevar a la mascota a la oficina. Ninguna de ellas parecen ser medidas suficientes para que Google logre retener a los empleados más de dos años. Al menos eso es lo que ponía de manifiesto un estudio publicado hace dos años por la consultora Paysa, tras analizar las principales empresas tecnológicas del mundo y la rotación de sus empleados. Según este, la media de tiempo que aguanta un empleado en Facebook sería de 2,02 años, la más alta de la comparativa, seguida por Google (1,9 años), Oracle (1,89), Apple (1,85), Amazon (1,84) o Twitter, con 1,83 años de media. Uber, con 1,23 años de media, ocupaba la parte más baja de la tabla.
Lo bueno que tienen todas las compañías citadas es que su fama las precede, así que currículos de candidatos no les van a falta nunca. Peor es el escenario cuando se habla de una pyme o una startup con menos renombre y, sobre todo, con menos recursos para atraer talento. La clave para conseguirlo radica, en opinión de David Padilla, en trabajar la cultura empleadora y mover el foco de los Recursos Humanos del management al empleado.
Eso es lo que ha hecho Padilla con su empresa, Kenjo , un software de Recursos Humanos. Diseñado para favorecer la experiencia de los empleados, Kenjo permite automatizar el trabajo administrativo del departamento a la vez que ayuda a la organización a fomentar una cultura empresarial sólida y que afiance a los empleados midiendo su ciclo de vida, desde el reclutamiento hasta la gestión de personas.
La mayor ronda europea en fase semilla
Enmarcados en lo que se conoce como Business & Productivit Kenjo, una startup hispano-alemana con sede en Berlín, acaba de protagonizar una de las rondas semilla más altas dentro de esta vertical en Europa. La ronda ascendió a 5,1M de euros, liderada por el fondo suizo Redalpine, entre otros. David Padilla duda de haber conseguido la misma cantidad de haberse celebrado la ronda en España, pero lo cierto es que tampoco era dinero lo que estaba buscando la startup en este momento.
Fundada en el año 2018 por el español David Padilla, Kenjo ya venía creciendo desde antes del coronovirus, pero ha sido la pandemia y el salto masivo al teletrabajo lo que les ha procurado un inesperado respaldo. De hecho, las perspectivas que tienen para el cierre de 2010 apuntan a un crecimiento del 300%.
“Nosotros no somos de estar siempre levantando capital. Es algo que requiere mucho tiempo que le quitas al negocio. Sabíamos, sin embargo, que si crecíamos de forma orgánica y eficiente el dinero llegaría sin buscarlo, y así ha sido”, declara Padilla.
Entiéndase, en el caso de Kenjo, lo de “crecer del forma eficiente” por disponer de unas métricas que revelan un coste de adquisición de cliente cada vez más bajo y un churn rate que pone de manifiesto una retención y recurrencia del cliente muy positiva.
En dichas métricas y en el momento actual debieron de fijarse los inversores cuando decidieron contactar con Kenjo. ¿Les venía bien ese dinero para mejorar producto y crecer más rápido? La respuesta fue Sí, pero doblemente condicionada: que la due diligence no se dilatara demasiado y que las condiciones de la ronda fuesen favorables.
Con estos amarres, se proponen ahora en Kenjo acelerar el ritmo de innovación y desarrollo de la plataforma, así como afianzar su presencia en Alemania, España y Latinoamérica. Asimismo, para David Padilla, “la inversión es una clara validación de nuestra propuesta de valor y modelo de negocio”.
La marca empleadora de una empresa para los millennials
La tecnología de Kenjo ha sido concebida pensando en los trabajadores millennials, a quienes se les atribuye ya el 50% de la fuerza laboral en Europa y con muchos puntos en común con la venidera generación Z (nacidos a partir de 1995).
Según Padilla, las motivaciones que mueven a estos colectivos son muy diferentes a los de las generaciones anteriores, cuando se aspiraba a un puesto decente para toda la vida. Ahora, además de una remuneración acorde al desempeño, “miran, igual antes que el salario, las oportunidades para su crecimiento personal y laboral. Buscan también empresas con cierto propósito y un impacto de su trabajo en la sociedad. Se trata ahora de ser una empresa atractiva y adaptarse a las nuevas exigencias de la fuerza laboral, con mucha mayor capacidad de decisión y poder que antes. Para ello hay que crear un proyecto ilusionante, una cultura empresarial sólida y trabajar la marca empleadora porque, competir solo con el salario ya no es suficiente”, sostiene Padilla.
Hasta el momento, la oferta de los proveedores tradicionales de software de Recursos Humanos se ha centrado en la organización de los procesos y el management dejando de lado al empleado. Esta es la debilidad que ha sabido aprovechar Kenjo lanzando un SaaS que, además de digitalizar las operaciones de RR.HH., se adapta a la flexibilidad que demanda una fuerza laboral dinámica que cambia continuamente. La plataforma ofrece una gestión integral de los recursos humanos permitiendo que los equipos trabajen de forma remota, permanezcan conectados con sus organizaciones y posibilitando un control práctico sobre el desarrollo personal y profesional del trabajador, independientemente de dónde se encuentre.
“El trabajo en remoto supone la aparición de nuevos en la gestión de equipos en cuanto al compromiso y satisfacción laboral, la comunicación y cultura corporativa, el rendimiento o la necesidad de patrones de trabajo más flexibles”, concluye Padilla.