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Sonidos Rubio

Que el marketing de guerrilla no es cosa de los grandes lo demuestra esta pequeña selección de iniciativas que han desarrollado distintos empresarios del comercio minorista. Ellos nos cuentan cómo ...

20/12/2012  Isabel García MéndezGestión

Anticipándose al daño que podía hacerle a su negocio la presencia de un gran hipermercado de la electrónica, esta empresa familiar sacó su artillería con un llamativo antieslogan que restaba fuerza al de su competidor.

Sonidos Rubio es una empresa familiar con 31 años de historia especializada en venta de electrónica y electrodomésticos que ya va por la segunda generación. Situada en Badajoz, su tranquilidad se vio truncada hace unos meses cuando el gigante del sector anunció su implantación en el único centro comercial de la ciudad. “Desde que lo supimos, nos pusimos a trabajar junto a la empresa RC&Media en cómo hacer frente al enorme impacto que iba a suponer la llegada de esa gran superficie.

Estuvimos viendo qué habían hecho en otras ciudades cuando se implantaban y buscamos cómo frenar la hecatombe con el escaso presupuesto del que disponíamos. Así que tras darle muchas vueltas, parafraseamos su propio eslogan y lanzamos el nuestro: Nosotros no tenemos ni un pelo de tontos y comparamos precios. Contratamos dos vallas durante 20 días con un gran cartel, más otras dos vallas que son nuestras y que lo tienen de forma permanente. Hicimos alguna cuña en la radio local y diferentes acciones por la ciudad y en nuestros dos puntos de venta”, cuenta Jaime Rubio, propietario de la cadena.

El impacto de la campaña fue tal que hasta la propia competencia acudió a sus establecimientos libreta en mano a “tomar nota de nuestros precios, algo que no habían hecho en ninguna de las otras ciudades donde se han implantado, como nos han confesado colegas nuestros de otras localidades”. Según esas mismas informaciones, la caída que suelen sufrir los establecimientos locales en los primeros meses tras la implantación del gigante ronda el 50%, “nosotros hemos conseguido mantenernos en la facturación”, recalca. No contentos con ello, han decidido poner toda la carne en el asador y están preparando para las próximas navidades una convocatoria de calvos o de personas con la peluca de calvo para conseguir el récord guiness, “ahora mismo estamos en conversación con la organización Guinness y buscando los patrocinadores”.

Isabel García Méndez