Las empresas ya no solo buscan personas expertas, especializadas en un área o con una larga lista de conocimientos técnicos. Hoy en día, y acelerados por el último año y medio de crisis, necesitan más que nunca a profesionales con habilidades personales o soft skills. Expertos y expertas en el ámbito de la formación, nos explican cómo está cambiando la búsqueda de talento en el mundo profesional y cómo desarrollar estas habilidades cada vez más demandadas.
CARMEN RODRÍGUEZ LÓPEZ
Directora de formación de IDEL

En una sociedad cada vez más competitiva es necesario tener mayores conocimientos técnicos y complementarios. A la especialización técnica se le añade la necesidad de dominar idiomas y tecnología entre otras materias.
A la hora de diseñar el CV estos conocimientos o hard skills son los que permiten a una persona acceder a una entrevista o diseñar un plan de negocio. Sin embargo para conseguir el empleo, promocionar en el trabajo, o conseguir el éxito en un negocio es necesario contar con soft skills.
Las soft skills determinan como una persona interactúa en las relaciones con los demás, y aunque, a hace años nos decían que la comunicación, el liderazgo y otras soft skills se tenían o no se tenían, hoy está demostrado que son habilidades que “se entrenan”.
Entre la multitud de habilidades blandas me gustaría destacar una que en estos tiempos de pandemia nos ha puesto a prueba: la capacidad de adaptarse y transformar en oportunidades los cambios.
Esta habilidad requiere cuestionarse algunos principios como aferrarse a nuestra posición de expertos en una materia y convertirnos en principiantes dispuestos a seguir aprendiendo y experimentando.
CAMILA POLENSVAIG
Directora del Grado en Emprendimiento y Gestión de Empresas de la UCJC

Liderazgo, capacidad de gestionar equipos, habilidades comunicativas, pensamiento analítico o resiliencia son sólo algunas de las competencias que las empresas tienen en cuenta a la hora de contratar nuevos perfiles.
Ya no sólo basta con ser experto en una área determinada, sino también tener aptitudes sociales y competencias personales que te aseguren el éxito profesional.
Expertos afirman que hoy, las cualidades personales y humanas de un candidato resultan tan importantes como sus destrezas técnicas y conocimientos, por lo que ¿Cómo hacer para enseñar Soft Skills en las Universidades y potenciar el futuro de nuestros alumnos?
Es necesario trabajar con metodologías activas, otorgar al alumno el papel de protagonista y dejar espacio para la iniciativa y la imaginación de los estudiantes. Fomentar el trabajo en equipo, potenciar la pasión por buscar soluciones a problemas reales y dejar de castigar el fracaso.
Tenemos que dar respuesta a las necesidades actuales y futuras de nuestros alumnos, y no olvidarnos que las “nuevas habilidades” son indispensables para el ámbito profesional y educacional, pero sobre todo para la vida.
NOEMI PEÑA MIGUEL
Profesora Titular de Economía Financiera de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Directora de emprendimiento y transferencia del Campus de Bizkaia (UPV/EHU)

Hoy en día y más que nunca, las personas necesitan desarrollar las denominadas soft skills necesitan desarrollar nuevas habilidades y actitudes y asumir como propios los nuevos retos que se plantean desde la Agenda 2030 para abordar los cambios del planeta.
Desde la Universidad, en concreto desde la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) trabajamos comprometidos con estos retos y con el objetivo de formar al estudiantado en las competencias transversales que promueve nuestra universidad (que están alineadas con la Agenda 2030) y conjugarlas con las competencias específicas o profesionalizantes requeridas por los distintos entes que conformar la sociedad enfocándolas al cumplimiento de los ODS. Buscamos promover un cambio de mentalidad a la hora de facilitar la toma de decisiones desde una perspectiva económica, social y medioambiental.
Por ello dentro del modelo educativo propio de nuestra universidad y dentro del programa Campus Bizia Lab, tratamos de responder a los retos de sostenibilidad dentro de la universidad reforzando las competencias del alumnado tales como, autonomía y autorregulación, compromiso social, Comunicación y plurilingüismo, Ética y responsabilidad profesional, Gestión de la información y ciudadanía digital, Innovación y emprendizaje, Pensamiento crítico y Trabajo en equipo.
Para ello utilizamos simuladores y técnicas como el Design Thinking con el fin de desarrollar el curriculum sostenible del alumnado y mejorar las competencias sociales y profesionales que demanda la sociedad actual. Algunos resultados de esta labor ser recogen en trabajos realizados por el profesorado de la universidad que está involucrado en mejorar estas nuevas habilidades que faciliten la inserción laboral del alumnado.
FELIPE ROMERA LUBIAS
Presidente de APTE

En un mundo cada vez más digitalizado y en el que el anticiparse al comportamiento del usuario o consumidor son factores cada vez más importantes para orientar las estrategias empresariales, se demandan profesionales con altos conocimientos tecnológicos, pero también, con otras habilidades que contribuyan, de forma diferencial, al éxito de la empresa.
Siguiendo a Gardner, nos referimos, por ejemplo, a la inteligencia interpersonal, capaz de comprender a los demás, de saber qué les motiva, cómo trabajan, cómo se colabora con ellos, cómo pueden reaccionar ante nuevos servicios, productos o situaciones o la inteligencia intrapersonal, que nos permite orientar nuestra conducta de la forma más eficaz, así como otro tipo de habilidades como las relacionadas con la comunicación y la creatividad.
Fomentar este tipo de habilidades es uno de los objetivos de los contenidos de APTEFORMA, nuestra plataforma de formación online en tecnologías disruptivas, de la Plataforma Tecnológica Española de Tecnologías Disruptivas y también de nuestro programa Ciencia y Tecnología en femenino, cuya 4ª edición comienza el próximo 26 de octubre.
PASCUAL PARADA
Director académico y de innovación de IEBS Digital School

Si hasta hace poco las empresas contrataban expertos especializados en una única área, esto ha cambiado. Hoy día, las empresas han modificado sus prioridades a la hora de buscar talento por dos motivos principales, primero por la digitalización, que no es sólo tecnología, sino que va de personas capaces de aplicarla y, segundo, la pandemia, que fuerza a las organizaciones a desarrollar nuevos modelos de trabajo.
Esta nueva realidad sitúa a las soft skills como elemento fundamental en la contratación. Se precisa talento capaz de trabajar en equipo y capacidad de resolución de problemas complejos para implantar procesos de transformación integrales y con análisis crítico para entender el contexto. Se precisa talento con capacidad creativa y visión que impulse la innovación de cualquier área de la empresa y, con resiliencia y pasión, capaz de absorber los fracasos y seguir buscando los objetivos sin descanso.
Ya no es suficiente tener un conocimiento experto para aumentar la empleabilidad, se precisan capacidades para actuar y liderar el cambio, ya sea en tu vida personal o profesional.
JOSÉ MARÍA MACÍAS GIL
Director de Soluciones Digitales e Innovación de ESIC Corporate Education

Los cambios que se están produciendo en el ámbito global con motivo de la crisis sanitaria, como no podía ser de otra forma, también están afectando al sector educativo. Venimos de una etapa con un gran auge de la tecnología, donde a los profesionales se les ha exigido un conocimiento cada vez mayor sobre unas tecnologías disruptivas que han crecido de manera exponencial.
La pandemia, además, ha provocado un efecto reflexivo sobre otros ámbitos algo olvidados hasta la fecha como son esas otras habilidades personales que nos permiten afrontar y gestionar los cambios y las situaciones de crisis.
Estos nuevos modelos laborales, que han irrumpido para quedarse, también conllevan que debamos adquirir unas habilidades necesarias en entornos como pueden ser el teletrabajo o la gestión emocional de equipos en remoto.
Hablando de nuevas competencias, el futuro será, hasta donde vislumbramos a percibir, igual que las formas de trabajo, híbrido, alimentando la necesidad de aumentar nuestros conocimientos sobre las tecnologías que nos rodean y acompañados de unas habilidades personales y una actitud frente a la vida muy necesarias para enriquecer la vida profesional.