Los socios del equipo fundador es, precisamente, el punto en el que más se fijan los inversores a la hora de apostar o no por una startup en fase semilla. Se sabe que no les gusta el exceso de ‘buen rollo’, que los socios sean amigos, que medien relaciones sentimentales, la uniformidad de conocimientos, el exceso de ego…pero también es cierto que, en ocasiones, hay equipos que se configuran de manera fortuita, contraviniendo todos los cánones, y luego resulta que funciona. Estos son algunos casos.
En un Campus Party de Londres
El interés por la informática puso en contacto a Adrián Martín (Madrid) con Pablo García-Nieto (Valencia) en Twitter. Esa pasión compartida les llevó posteriormente a solicitar una beca para participar en un Campus Party de Londres que organizaba desde España Alberto Alfonso Pordomingo, empleado de Telefónica. Tras percatarse de que tanto Adrián como Pablo estaban cosechando numerosos premios en el evento, Alberto Alfonso decidió acercarse a ellos para contarles su idea de negocio y ver si animaban a unirse a un equipo. Aunque Alberto Alfonso residía en Barcelona empezó a hablarles del problema que había en el pueblo de Oliete, en Teruel, con un olivar de gran valor y potencial que se estaba perdiendo por el abandono rural. Les propone unirse para buscar una solución digital que posibilitara la recuperación de la actividad agrícola y económica de la zona y aceptan. El cuarto en sumarse al equipo fue José Alfredo Martín, hermano de Adrián, licenciado en Administración y Dirección de Empresas. Tiempo después los cuatro pusieron manos a la obra y empezaron a desarrollar una solución que generase nuevas perspectivas entre pueblo y la ciudad, bisagras que conectaran la ciudad con lo rural y viceversa que sacaran lo mejor de ambos mundos. Así es como surge Apadrinaunolivo.org, una organización que tiene ya 7 años de vida y que ha impulsado lo que algunos califican como ‘el milagro de Oliete’. “La suerte fue que, sin pretenderlo, nos juntamos cuatro con perfiles muy dispares pero complementarios para sacar un proyecto emprendedor adelante y ahí seguimos”, declara José Alfredo Martín, CEO de proyecto.
Socios por Facebook
Javi Fondevila (abogado) y Bernat Ripoll (ingeniero) se hicieron amigos a través de Facebook, pero no se conocían de nada. Les unía la afición practicar deportes de invierno. Hasta que en uno de sus post, Ripoll comentó que estaba desarrollando un software para ayudar a las pequeñas y medianas empresas en las tareas de facturación y contabilidad. Fontdevila, que ya había emprendido un proyecto a los 20 año de edad, supo apreciar el valor que aportaría una solución de estas características así que unieron fuerzas y fundaron lo que hoy es Holded, un software inteligente de gestión para pymes. Actualmente, Holded es una empresa para la que trabajan más de 60 personas y se ha convertido en una de las startups más valoradas por el ecosistema.
En tu pueblo
Las fundadoras de Komvida son Nuria Morales Álvarez y y Beatriz Magro Nogales. Ambas nacieron en Fregenal de la Sierra, un pueblo de Badajoz de 5.000 habitantes, en cuyo colegio se conocieron. Aseguran que siempre habían tenido claro que querían crear algo juntas, “algo que nos permitiera poner nuestro talento al servicio de los demás”, afirman, pero antes tuvieron que pasar algunas cosas. Nuria estudió ingeniería química y Beatriz traducción e interpretación. Fue Bea quien se animó a hacer un recorrido por distintos países del mundo y así es como descubrió en California una bebida que estaba de moda y le llamo mucho la atención: la Kombucha. Llamó a Nuria para contarle su hallazgo y la idea de negocio quedó clara: llevarían la kombucha a España y eso es lo que han conseguido hacer con Komvida, el negocio con el que están triunfando con clientes de la talla de la Reina Letizia.
También la historia de Tamara Istambul y Cristina Porta, fundadoras de Autocine Madrid Race https://autocinesmadrid.es/, se remonta a los años de amistad surgida en su ciudad natal, Granada, aunque hasta hace unos años sus vidas transcurrieran por derroteros muy distintos.
En la universidad
Es uno de los escenarios más frecuentes para fraguar equipos de emprendedores. De Stanford procedían Larry Page y Sergey Brin, los fundadores de Google, cuyos caminos se cruzaron mientras cursaban un doctorado en computación. Por cierto, cuentan que al principio se caían mal, pero que el tiempo limó asperezas y hoy son inseparables. Ya en España, compañeros de Universidad fueron también Alicia Asín y David Gascón, los fundadores de Libelium, o los impulsores Zeleros, Daniel Orient, David Pistoni (CEO) y Juan Vicén. Pompeii nació en 2014 como el proyecto de amigos de la universidad que querían vender zapatillas.
En tu casa
Claudia de la Riva Valls y Julio Ruiz de Alda son los fundadores de Nannyfy y matrimonio. Ambos apostaron por dejar sus respectivos empleos y abordar el emprendimiento después de ser padres, en busca de una necesidad personal. Más grave, a ojos de un inversor, sería el caso de Pisamonas, la firma de calzado infantil que tiene como impulsores a dos matrimonios amigos. Enrique Bretos y Enrique Saiz coincidieron trabajando en el sector turístico y se hicieron muy amigos. Empezaron a organizar salidas con sus respectivas parejas y también “las chicas”, como ellos las llaman, se hicieron amigas. Tema recurrente de conversación en sus encuentros era el de “tenemos que montar algo juntos” así que, después de hacer un repaso por distintos sectores y posibles oportunidades de negocio, hallaron la solución en su propia casa. Tanto María Torres, pareja de Bretos, como la de Saiz, Silvia Orta, con tres hijos cada una, cayeron en la cuenta de lo difícil que era dar con un calzado infantil de calidad y a buen precio. A día de hoy, la empresa va como una bala y afronta una nueva etapa de crecimiento.
En el trabajo
Que se fragüen equipos entre antiguos compañeros de trabajo es frecuente. Bien porque los socios se han hartado de trabajar para terceros, bien porque han detectado una debilidad en el sector o nicho en el que se mueven y se animan a cubrirla con su propio proyecto. Ejemplos hay unos cuantos. Así, Kike, Borja Adanero y Rafael Gozalo, fundadores de la escuela de negocios The Power MBA , se conocieron trabajando en una consultora boutique de negocio. Según cuentan, los tres tenían inquietud por emprender algo grande, y a menudo quedaban para hacer sesiones de brainstorming de posibles ideas que lanzar.
Otro caso corresponde a los fundadores de TravelPerk , Javier Suárez y Avi Meir. Ambos e conocieron trabajando para el portal de viajes Booking y así surgió la idea de crear un negocio enfocado a las empresas y en los empresarios.
Programas para emprendedores
El germen del equipo fundador de Hawkers hay que situarlo en el programa entonces denominado Yuzz, de la Fundación Banesto. Todo comenzó en 2012, cuando Iñaki Soriano y Pablo Sánchez Lozano contaban con 22 años y accedieron al programa de Yuzz España, que ayuda a jóvenes con potencial emprendedor y solo una idea de negocio en el bolsillo. Junto a ellos entraron Alejandro Moreno y su hermano David, cada uno con su propio proyecto. “A los pocos meses de estar allí, Iñaki y yo nos dimos cuenta de que el nuestro era una locura a nivel técnico. Conocimos a Álex y a David, hubo muy buen feeling y abandonamos nuestra idea para unirnos a la suya. Se trataba de una aplicación informática para vender productos de segunda mano con un enfoque muy social, destacando la ‘usabilidad’. Vamos, algo muy parecido a lo que fue Wallapop en sus inicios”, recordaban en otro medio.