Los usos de la tecnología en el mundo de la empresa facilitan cada vez más la automatización de procesos, la obtención y análisis de datos, la organización, la productividad… Y, gracias a la figura del smart contract (o contrato inteligente), también en el ámbito jurídico, uno de los más complicados para el emprendedor.
Pero, ¿qué es exactamente un smart contract? En esencia, se trata de un contrato entre ambas partes, aunque tiene peculiaridades. En lugar de plasmarse sobre un papel, el acuerdo se enmarca dentro de un software o protocolo informático que se encarga de verificar el cumplimiento del mismo por ambas partes, sin la necesidad de que ninguna persona intervenga durante el proceso.
Pongamos un ejemplo. El cliente de una aerolínea firma un seguro de viaje al comprar un billete basado en esta tecnología. Si la herramienta detecta un retraso injustificado entre los miles de datos de la empresa, activa de forma automática el smart contract para que el cliente reciba su compensación de manera inmediata. Es el caso de Axa, que presentó una solución muy similar hace unos años.
Además, otra de las claves de la figura del smart contract es su seguridad. Sus códigos están basado en el blockchain que se desarrolla en el mercado de las criptomonedas, sobre todo en Ethereum. Así, la cadena de bloques garantiza que los datos no puedan modificarse bajo ningún concepto, dando seguridad a ambas partes del acuerdo.

Ethereum, la criptomoneda en la que se basa un smart contract en la actualidad
Aunque los protocolos en los que se puede basar un smart contract son diversos, la mayoría lo hacen usando la tecnología de Ethereum, una criptomoneda creada en 2014 para desarrollar, precisamente, la idea de los contratos inteligentes. Para financiar el proyecto en sus inicios, un crowdfunding recaudó, en 42 días, más de 31.500 bitcoin. Si tomamos el precio actual del total, estaríamos hablando de unos 718 millones de euros, lo que demuestra el enorme potencial y la confianza de los usuarios en esta red.
Como principal ventaja, un smart contract basado en Ethereum es capaz de ejecutarse por sí mismo, sin la necesidad de mediadores, gracias al blockchain. Estos contratos inteligentes están escritos en un código que puede ser visible en caso de necesidad, y es inmodificable debido al carácter descentralizado de la criptomoneda.
Estas características no dejan lugar a la interpretación subjetiva de un contrato. En este sentido, Ethereum puede ser muy útil para realizar transacciones en nuestro día a día, como el cobro de una herencia -el contrato permitiría que el dinero se transfiriera automáticamente a las partes correspondientes- o la compraventa de un coche. Todo ello sumado al interesante ahorro en honorarios de diferentes tipos de intermediadores.
Por último, la respuesta a la gran duda si quieres comenzar a utilizar algún smart contract en tu empresa. ¿Cómo lo hago? ¿Hace falta contar con conocimientos de programación? Aunque es recomendable, existen plataformas que te permitirán crear tus contratos inteligentes sin necesidad de ser un experto en blockchain o lenguaje informático. En este sentido, las SCP (smart contracts platforms) y los SCMS (smart contract management software) son las siglas que debes tener presentes para aprovechar todas las ventajas de esta tecnología.