Creador del mayor grupo español de servicios, Eulen, un conglomerado que factura más de 1.500 millones de euros al año y emplea a 90.000 personas, Álvarez ha demostrado una singular capacidad de reacción para su edad.
A principios del año pasado tuvo que hacer frente a la acometida de sus propios hijos, que querían desplazarle de la presidencia. Dueños del 35% de las acciones de la compañía, pero con mayoría en el consejo, cinco de sus siete vástagos, liderados por Juan Carlos, lograron apearle de la presidencia. Ni corto ni perezoso, Álvarez acudió a los tribunales y recuperó su cargo de presidente y su control sobre Eulen. Pese a ello, la facción díscola de su familia sigue manteniéndole alejado de otro de sus negocios, Vega Sicilia, de la que el empresario no ha recuperado el control.