Algunas marcas como Bimba & Lola, El Ganso o Kling, han continuado creciendo a un buen ritmo a pesar de la época que se vivía en España. Nos preguntamos cuál ha sido su “modus operandi” para lograr sortear la tormenta y conseguir destacar en un escenario difícil. Se lo hemos preguntado a los emprendedores que están al frente de las mismas y estos son las claves que nos han revelado. Léelos a continuación.
1. Seducir a un cliente cada vez más infiel
Existe un dato que explica por qué las nuevas marcas han conseguido conquistar a muchos clientes y es el cansancio que estos sienten hacia las marcas veteranas , por lo que deciden buscar la novedad. Además, muchas de las firmas existentes eran marcas de nicho que no supieron adaptarse a la evolución vital de sus clientes.
Para Papo Kling (creador de la marca Kling), “según su clientela va madurando y cambiando de perfil sociológico (porque empiezan a trabajar), van perdiendo esos clientes sin que puedan ganar otros nuevos”. Dicho de otro modo, el teenager que hace años compraba una marca adolescente, hoy es un profesional que busca otro tipo de ropa. “El nuevo teenager –recuerda Kling– ya no conecta con la marca que compraba su madre o su hermana mayor”.
2. Crecer con pocos medios y mucha sensatez
Uno de los trucos de los nuevos emprendedores de moda ha sido evitar los planes de expansión demasiado ambiciosos. Esto se dio porque nacieron en una época donde el crédito era inexistente y no tuvieron la oportunidad de endeudarse. De este modo, se vieron obligados a comenzar a gestionar mejor los medios de los que disponían.
“Muchas de las firmas más veteranas crearon grandes estructuras, algo que en Trasluz –comenta Javier Martínez Zaldo– hemos tratado de evitar. Ahora mismo hay 25 personas trabajando en la empresa. La idea es que con 30 seamos capaces de facturar el doble”.
Papo Kling (en la foto) cree que esas empresas “fueron víctimas de la fiesta crediticia que asoló España y que les llevaba a confiar en la banca para multiplicar su negocio”.
3. No apostar por las calles prime
Ir paso a paso y sin prisa ha sido una de las máximas de estos empresarios. En lugar de buscar inversiones externas, han apostado por sus negocios y han tratado de crecer despacio.
Martínez Zaldo decidió, además, apostar íntegramente por la franquicia en Trasluz para evitar inversiones. Igual que Pablo López, de Silbon, quien explica que “podríamos tener ya más de las seis tiendas de que disponemos, pero preferimos ir paso a paso, consolidando la red existente antes de abrir más”.
Algunas de estas nuevas marcas tampoco apuestan por las calles prime, en las que tendrían que pagar alquileres imposibles. “Preferimos situarnos en calles de segundo nivel, como Velázquez 13, en Madrid, al calor de la zona prime y hacer un esfuerzo de marketing, para que la gente nos vaya conociendo, a través de nuestra web y de las redes sociales”, explica Pablo. Otra de las tácticas utilizadas por Silbon es “abrir primero en locales de costes reducidos, para luego trasladarnos a otros mejor posicionados”.
4. Un sector con la competencia debilitada
Papo Kling ni siquiera oculta una de las ventajas, para él inmejorables, de la crisis: “Ha servido para anular buena parte de la competencia potencial que hubiéramos podido sufrir”. Otro de los efectos fue abaratar los alquileres. “Locales que antes se alquilaban a 15.000 euros, y luego se vaciaron, ahora están a 6.000” explica un experto del sector.
“Es la diferencia entre ganar dinero, o no ganar ya que muchos de los precios anteriores eran exorbitantes”. También Martínez Zaldo opina que “el momento actual es bueno para crecer por los bajos alquileres, en comparación con los de antes, lo que “compensa en parte que la financiación sea más difícil”.