Es imposible asumir una subida del IVA de 13 puntos porcentuales, pero podemos darle al cliente mucho más de lo que recibía antes. Como la Sala Russafa de Valencia, que ha diseñado una serie de incentivos para compensar la subida del precio de la entrada y captar a los clientes que habitualmente no van al teatro.
Dar más por entrada
Para empezar, la entrada incluye el regalo de un postre y un cava en un restaurante del barrio. “Es un establecimiento que acaba de abrir y que se quiere promocionar. El coste de este regalo lo compartimos y así ganamos los dos”, explica Juan Carlos Garés, gerente de la sala. Además, “estamos creando una red de locales asociados en los que los clientes puedan conseguir entradas para el teatro y al revés, que mis espectadores puedan obtener descuentos de
los comercios y restaurantes del barrio”.
Además, “con cada entrada le ofrecemos una tarjeta a la que hemos llamado Vacuñación cultural. Es un documento que permite obtener una función gratis. Después de cada cuatro, la quinta te sale gratis”.
Hacer la cultura mucho más atractiva
Para ahorrarle dinero al cliente, están creando otros incentivos para diferenciarse y ofrecer una experiencia única. “Cuando entran, les ofrecemos un té o un caldito. Y en las butacas tienen una manta, para que se sientan como en casa. Queremos dar un punto hogareño a nuestro teatro. Además, estamos diseñando menús que estarán relacionados con la función que se represente. Así, el teatro se convertirá en un restaurante cuando acabe la función. El público podrá comer en el escenario, ver las tripas del teatro. Queremos que participen y que se sientan parte del proyecto. Es un momento en el que a todos nos cuesta gastar, y gastar en ocio y cultura cuesta más que hacerlo en comida. Si queremos seguir invirtiendo parte de nuestro dinero en cultura, tiene que ser atractivo. Si formo parte de un proyecto cultural, me va a resultar más facil repetir”, explica este empresario teatral.
¿El resultado? “Lo cierto es que no hemos notado la caída de público”.