Esta firma de muebles se acogió en 2009 a un concurso voluntario de acreedores, del que ha salido en marzo de 2012. Su director general, Salvador Uixera, explica el problema y las claves de la recuperación.
Origen de la crisis: sin liquidez
“La falta de liquidez vino provocada por el cierre de la financiación a corto plazo. En agosto de 2009, nos desapareció más de un 40% de esta financiación”. La falta de liquidez “dio lugar a un proceso de refinanciación global que no llegó a buen fin y la posterior presentación de concurso”.
Vía de salida: desapalancamiento
La deuda, principalmente con los bancos, no procedía de problemas con el mercado sino “de un esquema habitual en la empresa: la expansión entre 2005 y 2008, en la que se abrieron más de 200 tiendas abanderadas”. Por eso, la estrategia consistió en aumentar la liquidez y reducir la deuda con dos tipos de acciones:
– Contables: “De efecto inmediato, como el mayor estímulo al pago inmediato de nuestra red de distribución, vía aumento del descuento financiero”.
– De gestión: “Ligadas con la eficiencia de la empresa y plan de viabilidad, que generan liquidez a medio y largo plazo”.
Clave de la gestión: normalidad
Durante los dos años que duró el concurso, se acometieron distintas acciones de efectos a corto y medio plazo. En todo el proceso fue fundamental:
– Expertos externos. “Se unieron al equipo directivo la consultora Improven y el abogado concursalista Isabel Iborra, para incorporar sus puntos de vista en todas las acciones”.
– Máxima normalidad posible. “Inicialmente se vivieron tensiones lógicas con la red de colaboradores, pero con el tiempo se fue normalizando la situación”.
– Ajustes suaves. Se realizaron ajustes internos “condicionados por un mercado recesivo y a la baja”.
Resultado: vuelta a la expansión
El convenio concursal “implica una quita entre el 30 y 50% y un plan de pagos entre cinco y ocho años. De todo ello resultará un efecto de desapalancamiento a lo largo de todo ese periodo”.