Se las conoce por el nombre mitológico de unicornios. Son compañías con valoraciones de mercado superiores a los 1.000 millones de dólares. Se caracterizan por su rápida escalabilidad e implantación internacional y por un alto componente tecnológico para el desarrollo y crecimiento de sus modelos de negocio disruptivos.
Cuando en noviembre de 2013, Aileen Lee, fundadora del fondo de capital riesgo Cowboy Ventures, habló por primera vez del ‘Club del Unicornio’ solo había ‘censadas’ 39 compañías cuyas valoraciones de mercado superaban los mil millones de dólares cada una. Todas eran tecnológicas y tenían su sede en diferentes ciudades de los Estados Unidos de América.
Seis años después, y según el informe realizado por la compañía CB Insights, la lista ya ha superado la cifra de 400 unicornios… aunque estamos seguros que si te das una ‘vuelta’ por la web que aloja el citado informe, esa cifra irá aumentando.
Los sectores de actividad también se han ampliado, aunque en todos ellos, la tecnología sigue siendo un componente esencial en sus desarrollos, y la nacionalidad de esos unicornios alcanza ya a otros 25 países más, entre los que se encuentra España con una única representación –de momento–: la de la empresa Cabify, con una valoración de 1.400 millones de dólares.
[* Glovo acaba de anunciar una nueva ronda de financiación de 150 millones de euros, superando así una valoración de 1.000 millones de dólares, lo que la convertiría en el segundo unicornio español].
Los futuros unicornios
No obstante, como asegura Carlos Blanco, multiemprendedor y fundador de Encomenda Smart Capital, “el primer unicornio español fue eDreams, empresa liderada por Javier Pérez y Mauricio Prieto, entre otros. También tenemos el caso de Letgo [que aparece en el citado informe como una compañía ubicada en EEUU], que sin ser empresa con holding en España, tiene la mayor parte del equipo en Barcelona y varios de los fundadores y directivos principales son españoles”.
Y una de las empresas españolas que apunta en la dirección óptima de convertirse en unicornio en poco tiempo es –según Blanco– “Glovo, que, aunque no esté en ese ranking todavía, está firmando una nueva ronda que va a ser de valor unicornio y medio. Incluso, pienso que Glovo puede tener en poco tiempo una valoración superior a la de Cabify”.
En esa línea, Blanco sostiene que hay sectores que están acaparando mucha más inversión a nivel internacional como ehealth, proptech, el sector de la movilidad o el fintech, “aunque en España hemos hecho pocas fintech buenas, a diferencia de París y Londres. Por ejemplo, en el sector proptech tenemos compañías que están creciendo muchísimo como Spotahome, Badi o Housfy, que podrían ser candidatas el día de mañana a llegar a ser unicornios. Y en el sector de la movilidad, como ahora lo son Cabify y Glovo, otras lo puedan ser también como onTruck o GOI. Estoy convencido que en los próximos meses tendremos algún que otro unicornio y que en uno o dos años vista tendremos entre 5 y 10 unicornios”.
Cuidado con las etiquetas
En su caso, Jaime Novoa, analista del fondo de venture capital K Fund, además de Glovo, también pronostica como potenciales unicornios a Devo, Typeform, Red Points o TravelPerk, entre otros.
“Aunque, como todas las predicciones, intentar pronosticar los futuros unicornios que hoy son empresas pequeñas, es muy complicado. No hay que olvidar que lo de los unicornios es un poco artificial. El hecho de que una empresa valga 1.000 millones en el mercado privado te indica que, probablemente, la compañía sea grande, que genera ciertos ingresos y que tiene cierta tracción, pero el tema de la valoración es algo bastante artificial hasta el punto de que hay fondos que suben esas valoraciones para poder ponerse la etiqueta de ‘unicornio’, y creo que eso no es muy saludable”.
En opinión de este experto, lo de ‘unicornio’ hay que verlo con cierto recelo: “Es un tema muy manido en prensa y también por el propio mercado, por lo que, al final, es una etiqueta un poco artificial. Es cierto que llegar a esas valoraciones te indica que la empresa es grande, pero eso no permite asegurar con rotundidad que una compañía de 1.000 millones sea más saludable que otra de 500 millones de valoración. Es una etiqueta un poco peligrosa y, de hecho, hay varias empresas que han tanteado con salir a Bolsa y tenían valoraciones superinfladas en el mercado privado como puede ser WeWork [que paralizó su salida a Bolsa el pasado mes de septiembre] o Uber [que se estrenó en Wall Street el pasado 10 de mayo y está experimentando caídas]. La Bolsa o el mercado público, como lo llaman en EEUU, es un poco más racional mientras que el privado, en el que estamos los fondos de venture capital, es un poco más irracional. Nuestro trabajo como inversores y el de los emprendedores es crear empresas y crear negocios que aporten valor de alguna forma a los mercados”.
¿Cómo se valoran?
Pero, ¿cómo puede valer una empresa, por ejemplo, 75.000 millones de dólares como la china Toutiao, que encabeza el ranking elaborado por CB Insights? En el mercado privado, “que es donde actúan fondos de capital riesgo como K Fund, esas valoraciones se establecen en torno a oferta y demanda. Muchas veces, la empresa quiere una valoración X y el inversor a veces está dispuesto a pagar esa valoración X a ese precio y otras veces, no, y se negocia a la baja”, apunta Novoa.
Blanco añade que “la valoración no la marca una facturación. Si es una compañía cotizada en Bolsa, la valoración la marca su cotización en el mercado bursátil. Y si es una compañía que no cotiza, la valoración la marca la última operación de inversión al precio que esté marcado. Ahí podríamos entrar a discutir si las valoraciones de los fondos de capital riesgo son correctas o no, porque esas valoraciones en algunos sectores se basan en múltiplos, otros en los que las valoraciones están muy vinculadas al negocio de esa empresa y el mercado acepta unos rangos de valoración y hay otros sectores donde es absolutamente especulativa, como, por ejemplo, el valor de WeWork que era absolutamente especulativo con respecto al negocio que estaba moviendo esa compañía”.
¿Por qué hay pocos unicornios españoles?
Según Blanco, hay varias explicaciones para responder a esta cuestión. “Una es que el mercado de capital riesgo en España tiene poco más de 10 años de vida, mientras que el de Reino Unido tiene más de 20 o más de 50, el de Estados Unidos, con lo cual hay un proceso lógico de madurez del mercado”.
Por otro lado, a los emprendedores españoles les ha costado tener la mentalidad de internacionalizar sus proyectos. “Hasta ahora, en los últimos años, hacíamos demasiadas compañías locales, que pensaban en España y un poco en otro mercado y ahora están saliendo compañías nuevas como Cabify, Glovo o Housfy, que desde el segundo o tercer año de vida están saliendo a otros países. Hace años, una startup española tardaba entre 5 y 6 años en ‘abrir’ en un segundo país. Ahora, las startups españolas, como las tres anteriores, ya han abierto negocio en varios países en el segundo o tercer año. La diferencia es que ahora ya hay una cierta madurez de los emprendedores y cada vez son un poco más ambiciosos, provocado a su vez porque cada vez hay más fondos de capital riesgo internacionales invirtiendo en España y estos fondos son los que están metiendo presión a los emprendedores para crecer fuera. Estamos teniendo más opciones de ser unicornios gracias a la entrada de inversión internacional en España que es la que está ayudando a generar un ecosistema muy potente en Barcelona y Madrid”.
Novoa subraya que también es cierto que la mayoría de fondos de capital riesgo españoles invierte, normalmente, en lo que tiene a su alrededor. “Probablemente, hay fondos españoles como Seaya Ventures, Nauta Capital, Samaipata o All Iron Ventures que invierten fuera de España, incluso algunos de esos fondos tienen oficinas en capitales europeas. En nuestro caso, desde K Fund, invertimos en algunas startups extranjeras. De las 26 compañías que tenemos, tres son extranjeras. No vamos a estar en París, Londres, Berlín o Estocolmo, compitiendo con los fondos locales para entrar en compañías locales, porque no estamos allí, carecemos de una red de contactos… es muy raro que lleguemos a esas oportunidades antes que los fondos internacionales”.
En ese sentido, Blanco añade que, a pesar de que hay fondos españoles que invierten fuera, es complicado “porque si no tienes socios locales que conozcan muy bien esos mercados no te llegarán las buenas oportunidades. Estamos en un momento en el que los proyectos buenos tienen exceso de inversores. Y si estás muy introducido en un mercado, te permite poder detectar oportunidades. Y si me voy con un fondo español a invertir, por ejemplo, a Francia o Alemania, las buenas oportunidades se las van a quedar los fondos locales”.
El análisis
La semana que viene te ofreceremos el ranking elaborado por CB Insights con 400 unicornios. Somos conscientes que ese número, a medida que pasan los días, ha aumentado. De hecho, ya hay otra lista con medio centenar más de unicornios de futuro, en la que, por cierto, tampoco hay ninguna otra startup española.
Centrándonos en las primeras 400 compañías del ‘Club del Unicornio’, el primer lugar de la lista lo ocupa la empresa china Toutiao, centrada en Inteligencia Artificial, con un valor de mercado de 75.000 millones de dólares. Le sigue la también china Didi Chuxing, que opera en el sector de la automoción y el transporte, con un valor de mercado de 56.000 millones. Y, en tercer lugar, la estadounidense JUUL Labs, especializada en consumidor y retail, con 50.000 millones de dólares.
El cuarto lugar es para la también estadounidense y controvertida WeWork, de alquiler de oficinas, que aparece con una valoración de con 47.000 millones, y que ha tenido problemas en los últimos meses con el aplazamiento de su salida a Bolsa; con la dimisión de su fundador para no perjudicar esta operación; con el valor al que estaban dispuestos a pagar los inversores, muy por debajo del señalado por la compañía, y su cancelación indefinida.
Y después, a mucha distancia, un grupo de compañías encabezadas por Airbnb, con 29.300 millones; Stripe, 22.500; SpaceX, 18.500; Epic Games, 15.000; Grab, 14.300; DoorDash, 12.600; Palantir Technologies, 12.180; Bitmain Technologies y Samumed, con 12.000 cada una; Wish, 11.200, y Global Switch, 11.080 millones de dólares.
Grupos más amplios
Con un valor de 10.000 millones, hay 6 unicornios: Infor, DJI Innovations, One97 Communications, Go-Jek, Beike Zhaofang y la brasileña Nubank. Con 9.000 millones, Coupang y Guazi. Y con 8.000 millones de dólares, la fintech Coinbase.
En el grupo de los 7.000 millones, hay 8 unicornios: Instacart y Robinhood, 7.600 cada uno; SenseTime, 7.500; UiPath, 7.100, y Snapdeal, Roivant Sciences, Tokopedia y Argo AI, con 7.000 cada uno.
En el de 6.000 millones de dólares, hay otros 6 unicornios: Tanium, 6.700; Compass, 6.400; Magic Leap, 6.300; Samsara Networks, 6.200, y Manbang Group y Unity Technologies, con 6.000 millones cada uno.
A partir de ahí los grupos de unicornios por valoración de mercado se amplían en número. En el de 5.000 millones de dólares, hay 11 unicornios. En el de 4.000 millones, otros 11. En el de 3.000 millones de dólares, el número de unicornios llega a 36. El penúltimo, que es el de los 2.000 millones de dólares de valoración, engloba a 56 unicornios. Y, por último, el más numeroso, el grupo de unicornios con valoraciones que se mueven entre los 1.900 y los 1.000 millones de dólares engloba a 247 empresas, entre las que se encuentra la española Cabify, que ha captado desde el año 2012 unos 477 millones de dólares de inversores como Seaya Ventures, Otter Rock Capital, Rakuten Capital, GAT Investments, Endeavor Catalyst, Liil Ventures, The Venture City y AngelList,entre otros inversores.
Por países y sectores
Estados Unidos sigue siendo el líder entre los unicornios, con 195; seguido de China, con 99; y ya más alejados, Reino Unido, con 21; India, con 19; Alemania, con 10, y Corea del Sur, con 9. En otro grupo, están Israel, con 6; Francia, con 5; Brasil, Indonesia y Suiza, con 4 cada uno; Australia y Japón, también con 3 cada uno, y Hong Kong, Colombia, Singapur, Sudáfrica y Suecia, con 2 cada uno. Y en último lugar, con un solo unicornio, Canadá, Estonia, Filipinas, Países Bajos, Luxemburgo, Malta, Portugal y España.
En cuanto a los sectores de actividad, fintech cuenta con 47 unicornios; comercio electrónico y software y servicios de Internet, con 46 cada uno; Inteligencia Artificial, 44; salud, 29; cadena de suministro, logística y delivery, 28; automoción y transporte, 25; móvil y telecomunicaciones, 21; consumidor y retail, 18; gestión y análisis de de datos, 17; hardware, 14; edtech y viajes, con 12 cada uno; marketplace, 2, y 28 unicornios más, enclavados en el grupo de ‘Otros negocios’.
¿En qué se caracterizan?
Como contábamos antes, un unicornio es una empresa con una valoración en el mercado privado –el de los fondos de inversión– a partir de los 1.000 millones de dólares. Otra cualidad que caracteriza a este tipo de compañías es su alto componente tecnológico. Eso no quiere decir que sean empresas tecnológicas cien por cien como tal, pero sí es cierto que la tecnología es un componente esencial en todos sus procesos de desarrollo de negocio.
En tercer lugar, son compañías con una alta mentalidad internacional desde el minuto cero. El objetivo de sus equipos fundadores es buscar una rápida escalabilidad tanto del modelo de negocio como de su implantación en diferentes mercados. Muchas de ellas, primero, a través de socios locales, ya sean otras empresas o socios inversores locales, y después con estructuras propias.
Otra característica de estos unicornios es que buscan el apoyo financiero de grandes fondos internacionales, que no solo les ayuden económicamente para el desarrollo de planes ambiciosos y de crecimiento rápido, sino que también les aporten contactos muy interesantes para entrar en nuevos mercados. Así, entre los grandes inversores destacan Sequoia Capital, Khosla Ventures, General Catalyst, Andreessen Horowitz o Accel Partners.
La formación técnica y la experiencia, un grado
Contaba Aileen Lee, allá por 2013, cuando habló por primera vez del ‘Club de los Unicornios’, que los unicornios orientados al consumidor eran más abundantes y habían creado más valor en conjunto, mientras que los unicornios orientados a empresas se habían vuelto más valiosos en promedio y ofrecían un mayor retorno de la inversión. Probablemente, esas dos afirmaciones aún hoy se mantengan, aunque con pequeñas matizaciones, dependiendo del mercado, pero lo que sí ha seguido una misma línea en el tiempo es lo que tiene que ver con el perfil de los fundadores.
Así, recordando las palabras de Lee, “los unicornios de nuestra lista, generalmente, no fueron fundados por nuevos empresarios sin experiencia, sino por equipos de cofundadores con una gran formación y con años de experiencia trabajando juntos en otras startups tecnológicas”. Casi el 80% de los unicornios tenían, al menos, un cofundador que había creado una empresa previa y la mayoría poseía títulos técnicos universitarios.
Cabify, el único unicornio español… de momento
Probablemente, la clave del éxito de Cabify esté en complejas y sesudas decisiones estratégicas que han llevado a la compañía, fundada por Juan de Antonio, Vicente Pascual, Sam Lown, Adrián Merino y Francisco Montero, a estar presente en 12 países, a tener ya más de 25 millones de descargas y a contar con una plantilla de 1.500 personas. Pero, tal vez, lo que explique de un modo más terrenal su explosivo crecimiento es que “desde que montamos esto, gran parte del objetivo era pasarlo bien. De manera, que no es sólo una relación profesional sino también de amistad entre los fundadores que ha trascendido. Así, hemos tratado de incorporar a gente que compartiese los mismos valores de compromiso, de ganas de hacer, de trabajar y de pasarlo bien”. Eso nos contaban los fundadores de Cabify hace unos meses.
Si quieres conocer de primera mano quiénes forman parte del ‘Club de los Unicornios’, pincha aquí y podrás descargarte un documento con todas ellas.