La velocidad en las entregas se ha convertido en un must para el sector del comercio online. Y para dar gusto a ese consumidor más exigente, ha surgido lo que algunos llaman la tercera generación del ecommerce: el Q-commerce o Quick commerce.
Packlink, la plataforma de comparación y contratación de envíos de paquetería para particulares y empresas, nos cuenta en qué consiste y cuáles son sus ventajas.
La innovación ágil
El quick commerce garantiza al cliente entregas muy rápidas: de 15 minutos a 2 horas. Nacido inicialmente en el sector de la alimentación y para cubrir necesidades básicas durante la pandemia, poco a poco ha ido involucrando a más y más sectores. Su fuerza radica en una red capilar de almacenes locales en áreas adyacentes a las de compra.
La entrega de productos se realiza de forma rápida gracias a la proximidad a los almacenes logísticos, por el uso de los medios utilizados para las entregas (principalmente e-bikes, patinetes eléctricos o bicicletas) que no se ven afectados por el tráfico de las grandes ciudades y, por supuesto, por una tecnología cada vez más orientada al consumidor que, a través del big data, permite un análisis en profundidad de las preferencias de los consumidores.
Las ventajas del quick commerce
Ventajas que conviene considerar tanto para el consumidor final como para las empresas de comercio online. Y para el medio ambiente, algo que exige cada vez más el consumidor actual.
Velocidad y calidad
El primer factor a considerar es la rapidez de las entregas: para el consumidor es una de las variables más relevantes en la elección del comercio electrónico. Según un estudio reciente de Packlink, el 55% de los españoles cree que la velocidad de entrega es una característica importante a la hora de elegir un comercio electrónico.
Además, el quick commerce pone a disposición del usuario una gran variedad de productos, manteniendo la ventaja del consumo de proximidad. Quizás sean menos opciones en comparación con los grandes marketplaces o el comercio electrónico tradicional, pero está garantizada una mayor calidad.
Logística de proximidad e inclusión
A través de los almacenes repartidos localmente en las inmediaciones del cliente, el comercio rápido es capaz de cubrir las entregas que se realizan más rápido y de manera más eficiente. Por lo tanto, esto se convierte en un incentivo incluso para que las pequeñas empresas locales participen en este proceso. La pequeña librería del barrio, el restaurante de la esquina de casa o la tienda de teléfonos se convierten ahora en parte activa del proceso, sin correr el riesgo de ser aplastados por los gigantes del sector. Esto permite, por lo tanto, forjar alianzas entre las plataformas logísticas y las pequeñas empresas de la zona, con una democratización del comercio en línea.
Movilidad sostenible
Según el último estudio de Packlink, el 75,6% de los encuestados tiene en cuenta el compromiso medioambiental y social de una marca en su elección de compra online y el 63,9% asegura que estaría dispuesto a pagar un precio extra por un embalaje de paquetes y envíos que fuera respetuoso con el medioambiente, lo que demuestra que conceptos como la sostenibilidad y el impacto medioambiental está cada vez más en el centro de las elecciones de los consumidores.
El comercio rápido fomenta el uso de vehículos eléctricos como e-bikes, patinetes y ciclomotores eléctricos, reduciendo las emisiones de CO2 y, precisamente por su naturaleza, se concentra en áreas geográficamente más pequeñas, reduciendo la distancia entre los almacenes y el cliente final. De esta manera, se mejoran las entregas de última milla, con ahorro de combustible y un menor porcentaje de contaminación del aire.
Una cuestión muy a tener en cuenta ya que, según estimaciones de Statista, el número de vehículos de reparto a nivel mundial pasará de los 5.3 millones actuales a 7.2 millones en los próximos diez años, lo que supondrá alcanzar más de 25 millones de toneladas de emisiones de CO2.
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