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Qué deben buscar los emprendedores en su asesor o asesora legal

El 2021 ha sido un periodo de consolidación de la confianza del cliente hacia su asesor, que durante año y medio le ha demostrado su profesionalidad, lealtad y entrega. En ...

10/11/2021  ProDespachosGestión

El 2021 se recordará como el inicio de la recuperación tras la covid-19, que cambió nuestras vidas a todos los niveles, para bien y para mal. Para bien, por la solidaridad y la entrega, y para mal, por las pérdidas humanas. Ha sido un año de vuelta. De volver al trabajo presencial, de volver a relacionarnos con los clientes sin una pantalla de por medio, de volver a sonreír, aunque sea con una mascarilla puesta. En este punto, la vacunación ha tenido mucho que ver, sobre todo la gente que ha entendido desde el primer momento que, o íbamos todos juntos o nos quedaríamos muchos por el camino. 

Hemos dejado en nuestras casas el “yo”, para velar más que nunca por el bien general. Poco puede conseguirse si cada uno va tirando el carro hacia la dirección que solo a él o ella le conviene. El 2021 ha demostrado que solo en los países en los que todos han ido a una en el tema de las vacunas, han podido salir adelante.

El virus trajo muchos cambios en la forma de relacionarse asesores y clientes, así como en su modo de trabajar. El sector legal demostró estar muy preparado tecnológicamente, se adaptó con facilidad y continuó prestando sus servicios con la misma profesionalidad de siempre. Pero, en algunos casos, la digitalización fue precipitada. Por ello, el año que estamos a punto de cerrar ha servido para hacer las cosas con calma, mejorar y consolidar. También para darse cuenta de lo importante que es proteger nuestros datos frente a los ciberataques, reorganizarse y aprender de los errores. 

La parte humana de la profesión

Aunque la digitalización y las nuevas tecnologías están suponiendo sustituir en ciertos trabajos mecánicos la figura del asesor o asesora, también les permiten dedicar más tiempo a ese trabajo que jamás podrá ser sustituido por un programa o un ordenador. Cada vez se da más importancia a la parte más humana de esta profesión. El asesor o asesora tienen más tiempo para poder hacer un trabajo de mayor calidad y personalizado.

No nos cansaremos de decir lo importante que es tener a un profesional del asesoramiento jurídico muy cerca para poder tomar las decisiones acertadas, dentro del ordenamiento. Para poder anticiparnos, y evitar males mayores. Para prevenir la catástrofe en ciertos casos. Y sobre todo, para estar en paz. Para tener la tranquilidad de que todo lo hemos dejado en buenas manos. 

Es importante saber rodearse de gente que sabe más que nosotros en ciertas cuestiones. Es fundamental tener buenos asesores, actualizados y al día. El ordenamiento cambia a una velocidad vertiginosa y solo aquellos profesionales que están atentos podrán dar los mejores consejos. 

¿Cómo debe ser mi asesor? 

Asesorar a un emprendedor que pone en marcha un nuevo modelo de negocio implica contar con profesionales con conocimientos multidisciplinares que puedan ofrecer un servicio jurídico y económico global. 

Detrás de un caso de éxito de un proyecto emprendedor suele haber un buen asesoramiento, lo que incluye tener bien atados todos los flecos legales del negocio.

Pero, ¿sirve la asesoría tradicional para dar respuesta a este nuevo “cliente”? 

El profesional que asesora a este tipo de proyectos tecnológicos/innovadores requiere de un conocimiento específico de ciertas áreas del derecho, pero también conocer las necesidades particulares del emprendedor, de manera que pueda dar solución y anticiparse a los distintos escenarios a los que se va a enfrentar el negocio. Su perfil debe ser tan disruptivo como el de los emprendedores a los que va a asesorar.

La perfecta persona consejera

Las competencias que debe cumplir un asesor que quiera sobresalir en el mundo emprendedor son:

• Capacidad para predecir los cambios y evitar los problemas legales. 

• Mentalidad innovadora y emprendedora. 

• Ser rápido y ejecutivo en las respuestas y los consejos.

• Saber rodearse de buenos profesionales, especialistas en sus ámbitos (fiscal, laboral, mercantil, propiedad intelectual, ayudas, financiación, planes de negocio…). 

• Foco en el cliente y en su crecimiento. 

Finalmente, las tres preguntas que un emprendedor debería plantear en el “casting” de búsqueda de un buen asesor serían las siguientes: 

1) Como asesor/firma, ¿por qué le interesa trabajar con nuestra empresa? (“Sabe algo de ella, de nuestro sector o negocio”). 

2) ¿Qué ventajas o beneficios obtendré si trabajamos con su firma? (“No me explique todavía los servicios, solo hábleme de sus ventajas o aspectos diferenciales”). 

3) ¿Qué información necesitará para elaborar una propuesta que se adapte a nuestras necesidades? (Con esta pregunta sabrá si la propuesta es estándar o a medida). 

Espero que encontréis a vuestro asesor y os deseo muchísimo éxito en vuestro camino hacia el éxito: tanto a los emprendedores que iniciáis ahora vuestro camino, como a los que lo hicisteis hace unos años.

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­Glòria Moles Pallejá, abogada y responsable de contenidos de ProDespachos