Para esta empresa, el precio no es sólo importante como herramienta de marketing, ¡es que es la materia prima con la que trabaja! “Cuando alguien alquila una vivienda tiene en cuenta muchos criterios: por cuánto la alquila su vecino; como la suya es mejor, pues más cara; cuando ya la tuvo alquilada, por cuánto fue; cuánto quiero sacarle al piso; cuánto estoy pagando de hipoteca… Cuando ya tiene un precio cerrado dice: y un poquito más por si me dejan de pagar. Nuestro servicio es una garantía de cobro puntual de un alquiler. Cobramos al inquilino y pagamos al propietario. En muchos casos, resulta más rentable bajar 100 euros el precio y alquilarlo en 15 días y cobrar todos los meses el día 5 a buscar un inquilino a un precio más alto… porque cuando llega es el único dispuesto a pagar y tú ya no eliges”, explica Gustavo Rossi, co–fundador de este negocio, en marcha desde hace cuatro años.
Nuevo modelo
¿Cómo cobras un modelo de negocio que no existe como tal, aunque sí hay productos sustitutivos? “Es un concepto que no existía. Había inmobiliarias que hacían una intermediación inmobiliaria: ponían en contacto a unos y a otros, se llevaban unos honorarios, pero no tenían implicación en el contrato. Había compañías de seguros que asumían una prima de riesgo en caso de incidente. Y otra opción era el aval bancario, que garantizaba varios meses en caso de impago. Nuestra herramienta establece medidas preventivas de selección de inquilinos y eso no existe. Nos basamos para fijar el coste en la intervención inmobiliaria, son honorarios aceptados por el público, que es una mensualidad del precio, que la marca el mercado –ahí ni innovamos, ni aplicamos nada–. Con esto se subvenciona el coste real del servicio”, explica.
¿Cuál es tu servicio?
“El nuestro no se basa en localizar al inquilino… ¡empieza cuando localizamos al inquilino!: llevamos a cabo un filtrado, una selección de candidatos, ponemos medidas preventivas para evitar morosidad –tenemos morosidad cero–, y, a partir de ahí, aplicamos unas normas actuariales del riesgo –como una aseguradora– que tienen las operaciones por volumen: esas normas nos indicaban que podíamos asumir una morosidad de hasta un 1,2%, y se fija una prima –sobre el precio– del 5% ante la posibilidad de impago por las herramientas de selección de inquilinos con las que trabajamos. La innovación está en la garantía de cobro. Es la que primamos con un 5% sobre el valor de la renta. Estableces el máximo riesgo permitido por normas actuariales y le sumas el coste que nos genera, y lo repartimos en función de la previsión de contratos que abramos. Si partimos de que el coste de estructura es un 3%, más el margen de beneficio, será de un 5%. Todo esto con morosidad cero, porque si llegáramos al máximo que podemos asumir de morosidad, se modificaría el precio”.
Sustitutivos
“Estudiamos el mercado para ver productos sustitutivos y, a partir de ahí, tomamos nuestras referencias para fijar los precios… Pero ahora nos damos cuenta de que nuestro precio tiene mucho recorrido”