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Residencia 3ª edad

El incremento de la esperanza de vida, junto a otros cambios sociales, así como las ayudas para las familias que ofrece la nueva Ley de Dependencia, han provocado el constante ...

13/06/2008  Redacción EmprendedoresGestión

El incremento de la esperanza de vida, junto a otros cambios sociales, así como las ayudas para las familias que ofrece la nueva Ley de Dependencia, han provocado el constante incremento en la solicitud de plazas en residencias de la tercera edad. Entra en un negocio con mucho futuro, pero busca tu hueco cuidadosamente, ya que cada vez hay más competencia entre estos centros.

    El incremento de la esperanza de vida, junto a otros cambios sociales, así como las ayudas para las familias que ofrece la nueva Ley de Dependencia, han provocado el constante incremento en la solicitud de plazas en residencias de la tercera edad. Entra en un negocio con mucho futuro, pero busca tu hueco cuidadosamente, ya que cada vez hay más competencia entre estos centros.

    Un fenómeno ineludible en nuestra sociedad actual, y para algunos bastante preocupante, es el cada vez mayor envejecimiento de la población. El número de personas mayores va aumentando –la esperanza de vida ha subido–, con lo que el número de usuarios potenciales de los servicios de residencias de tercera edad ha crecido. Esto, unido a profundos cambios sociales que afectan a las familias (la incorporación de la mujer al trabajo, las familias de un solo progenitor…), ha generado en las últimas décadas una necesidad muy concreta: el cuidado y atención de nuestros mayores. Este hecho ha provocado un notable incremento de la oferta. Hay que añadir a estas circunstancias que la Ley de dependencia aprobada recientemente contempla ayudas económicas para las familias con personas dependientes, lo que supone la oportunidad para muchas de ellas de acceder a estas residencias.

    UN NEGOCIO BASTANTE RECIENTE

    “Nos encontramos ante un sector muy reciente, que se ha ido desarrollando en los últimos quince años. Al principio, casi cualquiera abría una residencia pensando que era un negocio muy rentable, aunque realmente no fuera así.

    En la actualidad, nos encontramos en un momento en el que ha entrado mucha competencia en el sector, sobre todo en las grandes ciudades. Los precios se están ajustando, por todo ello, a la baja”, explica Modesto López, gerente de AC Solidarios (91 600 26 33).

    “El sector tiende a buscar una mejor calidad en el servicio, asociada a una mejor relación calidad-precio. También se tiende a hacer residencias medianas y grandes. Muchas pequeñas desaparecerán porque no pueden hacer frente a todas las exigencias administrativas ni competir con las instalaciones de las grandes. Desde mi punto de vista, considero que debería fomentarse la per manencia de residencias pequeñas puesto que hay usuarios que las prefieren”, aclara López.

    ANÁLISIS DEL SECTOR

    Nos encontramos ante un sector muy atomizado, en el que la gran mayoría de empresas son pymes. “Para una empresa pequeña es muy complicado crecer por la competencia de las grandes, debido a la bajada de precios que disminuye la rentabilidad, el incremento del precio del suelo, etc.”, explica Modesto López.

    Para intentar estudiar el sector y su estructura, podemos establecer varios tipos de clasificaciones de los centros: por el número, por el tipo de usuario, por el tipo de plazas, por el tipo de financiación de la plaza, y, por último, por el tipo de gestión. A continuación te ofrecemos un breve resumen de las tipologías:

    • Clasificación por el número. Podemos dividirlo a su vez en pisos tutelados –en ellos viven un máximo de seis u ocho personas juntas–, pisos vigilados –la persona vive en un apartamento propio y suele estar asociado a un centro de día–, residencias pequeñas –con un número de usuarios de hasta 40 plazas–, residencias medianas –de entre 40 y 100 plazas–, residencias grandes –suelen tener entre 100 y 200 plazas– y residencias muy grandes –entre 250 y 300 plazas disponibles–.
      • Clasificación por tipología de usuario. Las dividiremos entre residencias para válidos –aquellas cuyos usuarios son independientes para las actividades de la vida diaria–, asistidos –los usuarios tienen dependencia física, funcional o mental y precisan ayuda para las actividades diarias– y mixtas –son las residencias que incluyen personas asistidas y válidas.
        • Clasificación en cuanto al tipo de plazas. Pueden ser permanentes, temporales, diurnas o centros de día y plazas socio sanitarias –el residente ingresa en la residencia directamente desde el hospital–.
          • Clasificación según el tipo de financiación. Encontramos en este grupo plazas públicas –financiadas por la Administración Pública, la Autonómica o la Local, en donde el usuario aporta aproximadamente el 80% de su pensión–, plazas privadas y plazas cofinanciadas –al 50% la Administración y el usuario–.
            • Clasificación según la modalidad de gestión. Tenemos la residencia pública, la privada y la concertada, cuya gestión es en parte pública y en parte privada.
              • Clasificación según la atención. Podemos clasificarlas en generales –que atienden a ancianos con todo tipo de problemática– y específicas –que centran su atención en un colectivo con patologías determinadas–.

                Redacción Emprendedores