Bar Reynolds en Madrid, Central Perk en Nueva York, Cheers en Boston, el Bar de Moe en Springfield o el inolvidable Rick ́s Café, regentado por Rick Blaine (Humphrey Bogart) en Casablanca. Todos son negocios de ficción, que aún siendo de mentira, los conoces como si estuviesen a la vuelta de la esquina de tu casa.
Pero no sólo de cafeterías, bares y clubs viven las mentes de los guionistas. Existen otras empresas ficticias que bien podrían merecerse (sólo algunas) un buen plan de negocio en la vida real.
En el cine habitualmente se narran historias, reales o ficticias, pero sin ningún afán doctrinario. Las conclusiones corren a cargo del espectador. Así que ya sabes, la próxima vez que vayas al cine o veas una serie de ficción en la televisión, disfruta del momento, pero no pierdas tu punto de vista de emprendedor, y toma nota porque aquí puede estar el germen de una idea de negocio…
Para irte adelantando el trabajo, en este reportaje te reseñamos un puñado de empresas y productos que han aparecido en la pequeña y en la gran pantalla.
Monstruos SA, de la película del mismo nombre
La principal fuente de energía del mundo de los monstruos son los gritos de los niños humanos cuando se asustan. Para recolectarlos, la compañía cuenta con un equipo de asustadores de élite profesionales que se encarga de recoger “estos valiosos recursos naturales”. El sector ha entrado en crisis y se presiona a los asustadores para conseguir más gritos. Al final dos de sus empleados (Sulley y Mike) descubren una fuente de recursos naturales más valiosa: la risa de los niños.
¿Funcionaría en la vida real? Monstruos, SA, descubre una nueva energía nada contaminante, mucho más rentable y poco costosa, ya que no tienen que invertir en adaptar los procesos de la cadena de trabajo. Reactiva el negocio y salen de la crisis. Un valor positivo de la empresa: escucha a sus trabajadores y les incentiva.
La fábrica de chocolate Wonka en ‘Charlie y la Fábrica de Chocolate’
Aunque un tanto excéntrico, Willy Wonka representa a un empresario al que todos admiran, excepto sus enemigos y competidores que, claro está, le odian. Y es que Wonka aparece entre los 15 personajes (de ficción) más ricos de la listaForbescon una fortuna de 2.000 millones de dólares. La fortuna yla fama mundial son obra de su fábrica de chocolate y caramelos que desarrolla chucherías “increíbles”: helados que no se derriten, caramelos y chicles que no pierden el sabor… Sin embargo, la empresa no siempre conoció tiempos buenos, ya que otros chocolateros de la competencia, envidiosos por el éxito de Wonka, enviaron espías a su fábrica para hacerse con las recetas secretas de sus dulces y golosinas. A punto de llegar a la ruina total, Wonka decidió despedir a toda su plantilla y cerrar la fábrica. Tras un largo viaje (según sabemos después, de negocios) decide iniciar nuevamente la actividad de la fábrica y comercializar nuevos caramelos. Esta vez, nadie sale o entra a trabajar de ella porque allí viven y trabajan los Oompa Loompas a cambio de granos de cacao.
Wonka pone en marcha una estrategia de marketing que sólo cobra sentido al final de la historia. Wonka promete una visita guiada de su fábrica a cinco niños para que conozcan cómo funciona, así como un suministro vitalicio de chocolate. Los afortunados serán aquellos que se presenten con uno de los cinco billetes dorados escondidos al azar en sus chocolatinas Wonka. Sólo uno de ellos, Charlie Bucket, honesto y humilde, es merecedor del mejor de los premios: ser el heredero de la fábrica.
¿Funcionaría en la vida real? La historia de Willy Wonka y su fábrica de chocolate es un ejemplo de negocio de éxito que vivió etapas de crisis pero que supo reponerse y continuar adelante. Wonka no sólo vendió un número muy importante de chocolatinas gracias a su campaña de los billetes dorados (maniobra imitada por empresas reales), sino que además se enfrentó a la competencia y al “robo” de ideas originales replanteando su estrategia. Y buscó un heredero digno para sucederle en el negocio (aunque la primera “criba” fue absolutamente aleatoria). Sin olvidar que al final se ha hecho realidad porque en EE UU la compañía Nestlé comercializa caramelos y dulces con la marca Wonka.
Daily Planet, diario de Metrópolis en ‘Superman’
Muchos son los que conocen este periódico aunque jamás lo han leído. Se trata de uno de los diarios dela ciudad de Metrópolis en el que trabaja como reportero Clark Kent, identidad secreta del superhéroe Superman. La redacción y sus oficinas se ubican en el corazón de la ciudad, en un edificio que se caracteriza por tener en lo alto un enorme globo con anillo (todo un derroche de marketing de marca). En el Daily Planet trabajan también Lois Lane, su mejor reportera; Jimmy Olsen, fotógrafo, y el inolvidable editor en jefe, Perry White, que pide a su equipo de redactores que busquen la noticia de Superman cueste lo que cueste. Todo por ganar lectores y batir récords de ventas.
¿Funcionaría en la vida real? El Daily Planet tiene similitudes con el famoso y reconocido periódico estadounidense The New York Times. Además, representa de forma bastante fiel los espacios, el ambiente y los perfiles de personas que trabajan en esta profesión, con reporteros estrella y otros con trabas de “chico en prácticas”, como Clark Kent.
Compañía Acme, en los dibujos animados de la Warner
Una empresa que, ni más ni menos, hace de todocomo explican sus siglas en inglés: American Company that Makes Everything.El Coyote es su principal cliente (y casi con toda seguridad, el único), que le solicita por correo diversos productos para capturar al veloz Correcaminos. Los artilugios son, en muchos casos, defectuosos o con instrucciones de uso demasiado complicadas, que unido a la poca habilidad del Coyote, es éste quien acaba sufriendo las consecuencias más nefastas: desde quemaduras hasta aplastamientos pasando por golpes o huesos rotos en el fondo de un cañón (las escenas suceden en el desierto del sudoeste de EEUU).
¿Funcionaría en la vida real? Mientras que en la ficción parece tener éxito con un único cliente, en la vida real sería todo un desastre, que con toda seguridad podría salvarse si sus productos se vendiesen como artículos de broma.
Cyberdine Sistems Corporation en ‘Terminator’
El 26 de agosto de 1997 el programa informático SkyNet, adquirido por el ejército de los Estados Unidos para controlar el arsenal militar del país sin necesidad de que intervengan humanos, comienza a considerar al hombre como una amenaza mortal. Este ‘fallo’ informático deriva en un holocausto nuclear.
¿Funcionaría en la vida real? Diseñar máquinas para misiones peligrosas evitando pérdidas humanas, es un buen negocio. Además, trabajar para el ejército (Gobierno) reporta contratos interesantes. Sólo una sugerencia: que no tengan conciencia.
Cerveza Duff en ‘Los Simpson’
“¡Por el alcohol! ¡La solución de todos nuestros problemas!” vocifera Homer Simpson cuando bebe su cerveza favorita, Duff. Este vocablo significa ‘trasero’ y simboliza lo defectuoso o inútil. La cerveza, una de las más famosas del mundo, tiene su planta de elaboración en Springfield. El toque secreto de su característico sabor radica en las aguas cristalinas procedentes de los manantiales Duff, aunque en realidad están contaminadas por la central nuclear. Hay más de 25 versiones de la cerveza. ‘Duffman’ es su mascota.
¿Funcionaría en la vida real? La marca está ligada al apellido Simpson. Sirva como ejemplo el del empresario Lion Nathan que en 1990 elaboró una cerveza llamada ‘Duff Beer’ pero fue denunciado por la 20Th Century Fox. En Guadalajara (México) un joven emprendedor sacó al mercado una cerveza con el nombre Duff, adquiriendo la patente para su país.
Confecciones Meyni en ‘Cuéntame cómo pasó’
Nace como una pequeña tienda de ropa de barrio cuyas socias eran Mercedes Fernández (Me) y su amiga Nieves Carranza (Ni). En la trastienda confeccionan los modelos diseñados por Mercedes. Aparece Don Pablo, empresario corrupto, y se convierte en socio aportando una gran suma de capital que permite reconvertir el negocio y atender pedidos de grandes almacenes. El negocio no prospera debido a la crisis del petróleo.
¿Funcionaría en la vida real? Destacan los diseños originales a precios asequibles acordes con la mujer de entonces. Una inyección de capital que permite el crecimiento del negocio. Sin embargo, hay que saber con quién te asocias.
Construcciones N.Y. en ‘Cuéntame cómo pasó’
A finales de los años sesenta, Don Pablo, un empresario de la época franquista prepotente, corrupto y adepto al régimen, crea su propia empresa, Construcciones Nueva York, a través de la cual lleva a cabo numerosos timos y estafas, dejando sin ahorros a muchos compradores. Don Pablo nombra director adjunto de la empresa a Antonio Alcántara, padre de familia y antiguo empleado suyo en una imprenta, que no sospecha las verdaderas intenciones del mezquino empresario.
Cuando salen a la luz las estafas, Don Pablo intenta culpar a Antonio Alcántara, ya que éste daba fe, sin saberlo, de los actos corruptos de la empresa, apareciendo su firma en todos los documentos.
¿Funcionaría en la vida real? Una constructora en la que los objetivos de la empresa es el enriquecimiento a costa de los demás, a través de la estafa, es tan sólo, y desafortunadamente, noticia en los telediarios y periódicos de la actualidad.
Fábrica de Obleas, ‘El milagro de P. Tinto’
Alguna vez hemos podido hacernos preguntas tan simples como: ¿Quién fabrica las hostias que se ‘reparten’ en la celebración de una misa? Porque realmente se ‘reparten’ unas cuantas. Aquí tenemos una ‘auténtica’ fábrica de obleas en el sentido más industrial. No se sabe desde cuándo existe, aunque uno de los operarios, el maquinista Crispín, afirma llevar setenta y cinco años trabajando en la empresa. Está totalmente automatizada, es decir, una máquina realiza todo el proceso de elaboración… pero es necesario cierto personal para que vigile las máquinas, “por si salta el automático”, según afirma este mismo trabajador. Uno de los lanzamientos estrella son las obleas con sabor a pizza. El protagonista, P. Tinto, hereda el brillante negocio al morir su padre, pero no sabe llevarlo adelante.
¿Funcionaría en la vida real? Al margen de los problemas de transición dentro de una empresa familiar en los que la nueva generación ni está formada, ni interesada en el negocio familiar, es una buena muestra de cómo hay que innovar con productos ‘tradicionales’ y de cómo hay que abrirse a nuevos mercados. En la vida real, la oblea, que se fabrica en panaderías (y no de forma industrial), es la base de muchos platos, sobre todo en la cocina japonesa.
Agencia Luna Azul, detectives en la serie ‘Luz de Luna’
El origen de la historia es un tanto rebuscado. La famosa modelo internacional Maddie Hayes (Cybill Shepherd) descubre un día que su administrador le robaba y que lo único que le queda es una agencia de detectives llamada Luna Azul dirigida por David Addison (Bruce Willis), un hombre de carácter atrevido y un poco caradura . Maddie decide seguir adelante y hacer de su agencia de detectives la mejor de la ciudad. En la empresa también trabajan Agnes Digesto, una recepcionista algo torpe, enamorada de Herbert Viola, un aspirante a detective.
¿Funcionaría en la vida real? Su principal problema es que la dueña no conoce el mundo policial y detectivesco y su continua implicación, algo torpe, dificulta las “investigaciones”. La figura del director es un acierto.
KITT en la serie ‘El Coche Fantástico’
Gracias a este automóvil muchos niños descubrieron que su reloj de pulsera podía servir para algo más que dar la hora. Conocido como KITT (Knight Industries Two Thousand), el coche fantástico era un Pontiac Firebird Trans-AM modificado. Su blindaje molecular era indestructible, llegaba a alcanzar los 320 kilómetros por hora, se conducía por sí mismo y, cómo no, hablaba. Entre sus habilidades más espectaculares se encontraba la hazaña de conducir sobre dos ruedas.
¿Funcionaría en la vida real? Los últimos modelos de coches en el mercado se parecen mucho a KITT: hablan a través de un ordenador, te enseñan el camino y se conducen casi solos… pero no son fantásticos.
El Bar Casi Ke No, en la serie ‘7 vidas’
Esta es la historia de Gonzalo, un hombre indeciso y lleno de dudas (de ahí el nombre del local), que tiene uno de los negocios más populares en España: un bar, pero con un toque moderno y actual. Sus clientes rondan los 25-30 años y está ubicado en una gran ciudad como Madrid. Gonzalo no es el mejor ejemplo de empresario, ya que, aprovechándose de su buen corazón y carácter ciertamente indeciso, le engañan constantemente proveedores y clientes. Tiene como empleada a Aída, una mujer de mediana edad separada con dos hijos, a la que le cuesta llegar a fin de mes porque el sueldo que le paga Gonzalo no es para tirar cohetes. Al final, su mala gestión le lleva a perder el bar y convertirse paradójicamente en empleado del mismo.
¿Funcionaría en la vida real? Casi Ke No es un negocio “desastre”. Necesitaría una gestión más ordenada y consecuente. Y los sueldos de los empleados deberían ser más equilibrados. Un ejemplo a… ¡no seguir!
Galletas Sunset Cookies en la película ‘Granujas de Medio Pelo’
La tienda de galletas con mayor éxito que se ha abierto en Nueva York tiene como emprendedor a un auténtico granuja de medio pelo, Ray, que convence a su mujer, Frenchy, para que se encargue de fabricar sus deliciosas galletas caseras. En realidad, la tienda es una tapadera para excavar un túnel desde el sótano hasta la caja fuerte de un banco próximo y llevar a cabo el robo más “genial”. El éxito es rotundo: mientras que el túnel no les lleva a ninguna parte, las galletas de Sunset Cookies se convierten en las más deseadas por el público neoyorquino. Un año después, y a través de la fórmula de la franquicia, la pequeña tienda se convierte en un auténtico “imperio” de la galleta: Sunset Farms. Cuentan con una inmensa fábrica, disponen de una flota de 600 camiones y de una estrategia de marketing de lo más original y “efectiva”: incluyen publicidad en revistas eróticas (Playboy, Penthouse y Hustler).
¿Funcionaría en la vida real? Sunset Farms entra en quiebra por una estafa gigante perpetrada por los contables de la empresa. Trapos sucios aparte, la empresa cuenta con una idea de negocio sencilla y de éxito: un producto de sabor ‘casero’ que consigue seducir a los consumidores.
Viñedos Falcon Crest en la serie del mismo nombre
No busques en ningún mapa del mundo el Valle de Tuscany, donde se encuentran los viñedos de Falcon Crest, pues es una zona ficticia que emula al real Valle de Napa, cerca de San Francisco, donde se producen los mejores vinos de California (EE UU). El negocio pertenece a una familia rica y adinerada, los Channing, cuya matriarca es Angela Channing. Los Channing se enfrentan a los Gioberti, que poseen un viñedo que Ángela considera suyo.
¿Funcionaría en la vida real? Muchas de las bodegas son empresas familiares. Es un negocio muy competitivo que implica más investigación que rencor.