Montar un negocio con un modelo de suscripción puede tener más sentido que nunca en 2022. El consumidor cada vez está más dispuesto a pagar por consumir deportes, entretenimiento, música… O, incluso, obtener ciertas ventajas a la hora de comprar en Internet, como en el caso de Amazon.
Sin embargo, no todos los negocios son aptos para lanzarse al mercado bajo el modelo de suscripción. En este sentido, el cofundador de Netflix, Marc Randolph, ha querido recordar cómo fue la transición de la compañía hasta convertirse en el gigante del entretenimiento mundial que es hoy.
Aunque poca gente no ha utilizado Netflix alguna vez o sabe de su existencia, no siempre fue así. Durante su primer año de vida, la compañía se dedicaba al alquiler de películas por correo ordinario, algo que no terminaba de arrancar. Por eso, decidieron ir más allá e implementar un modelo de suscripción digital, en el que el cliente paga una cuota fija a cambio de poder acceder a un catálogo de contenidos en streaming.
Casi dos décadas después del lanzamiento del modelo de suscripción de Netflix, muchas compañías han copiado la idea del gigante del entretenimiento. Los datos les avalan, pues han conseguido mantener más de 213 millones de suscriptores de pago en todo el mundo.
Así, Netflix es la compañía precursora del modelo de suscripción, que puede ser el futuro del emprendimiento digital. No en vano, algunas encuestas apuntan a que el 78% de los consumidores cuentan, al menos, con un servicio de suscripción mensual.
¿Qué debes tener en cuenta antes de lanzar un modelo de suscripción?
Sin embargo, lanzar un negocio bajo el modelo de suscripción no es una garantía de éxito. Como emprendedor, Marc Randolph identifica tres preguntas fundamentales que debes hacerte antes de poner en marcha el proyecto.
¿Hará tu producto más fácil de usar? Lanzar un modelo de suscripción no tiene demasiado sentido, según Randolph, si no sirve para que tu producto sea más fácil de usar por los consumidores. «El problema es hasta qué punto tienes que contaminar completamente tu producto para que funcione así», explica el cofundador de Netflix. «La contaminación del producto es el mayor error que puede cometer una empresa al pasar a un modelo de suscripción».
En su caso, el cambio de modelo en la compañía sirvió, por un lado, para que los usuarios pudieran consumir tanto contenido como quisieran a cambio de una cuota al mes; y, por otro, para aumentar significativamente la retención de clientes.
El tiempo y el precio. Este punto es uno de los más importantes antes de lanzar un modelo de suscripción. Para Randolph, el emprendedor debe tener en cuenta cada cuánto necesita un cliente su producto, y el precio que está dispuesto a pagar por una suscripción recurrente. En este sentido, no todos los servicios son aptos para funcionar en un modelo de suscripción y, en otras ocasiones, existen desajustes entre el margen mínimo de la empresa y el precio que los clientes están dispuestos a pagar de manera recurrente.
¿Varias opciones o solo una? Por último, si las dos primeras preguntas apuntan a que tu modelo de suscripción será viable, el cofundador de Netflix invita a que te preguntes si ofrecer varias opciones de suscripción podría tener sentido en tu empresa. «Hay infinitas posibilidades de jugar con esas variables para que dos empresas ofrezcan un servicio idéntico y se posicionen de forma totalmente diferente en su forma de dirigirse al mercado», concluye.