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Mobbing: las perversas estrategias del acosador en el trabajo

¿Qué es el ‘mobbing’? Los expertos lo definen como psicoterror laboral u hostigamiento. 

07/06/2018  Redacción EmprendedoresGestión

Las razones que convierten a un jefe respetado o a un compañero de trabajo en un acosador pueden ser muchas y muy variadas. Por eso, hay momentos en los que las empresas deberían estar más atentas a las actitudes de sus empleados. Situaciones de crisis, como una fusión, de carga de trabajo o de reducción de la jornada sin bajar el nivel de producción pueden hacer aflorar estos comportamientos. Momentos de presión, en definitiva.

Más papistas que el Papa

Algunos ejemplares de acosadores psicológicos se escudan en una falsa fidelidad hacia la empresa: tienen que deshacerse de un trabajador que por alguna razón ya no resulta rentable para la compañía. Es el modelo del “más papista que el Papa”. Llevan su tarea más allá de lo que sus jefes le han pedido. Los trabajadores no encuentran apoyo cuando se quejan a los superiores.

¡A mí me lo va a decir!

A veces, los estudios universitarios son una barrera infranqueable, sobre todo para quien no los ha cursado. Algunos jefes y mandos intermedios se sienten amenazados cuando un titulado superior es asignado a su departamento. Comienzan por menospreciar sus años de estudios y terminan por rechazar todas sus propuestas con el bonito argumento de “¿para eso has estudiado?”.

El verdadero problema es que a veces los universitarios se terminan preguntando lo mismo.

Inseguridad para todos

Otras veces, un jefe apreciado, incluso simpático, de buen corazón y preocupado por el personal a su cargo percibe como una amenaza la presencia de un nuevo trabajador. Por alguna razón, generalmente relacionada con la organización (desorganización, más bien) del trabajo, o por discrepancias y malentendidos sobre la forma de resolver las cuestiones, los argumentos del empleado producen inseguridad en el jefe. Éste aprovecha su buena reputación y relaciones para tratar de hundir y humillar al nuevo empleado y su trabajo.

El tonto útil

Es el peor espécimen: hace daño sin ser consciente de ello, e incluso se permite bromas al respecto.

Buscando soluciones

Un titán en la oficina

– Se debe identificar la conducta de hostigamiento, tratando de comprobar que es algo que solamente pasa al afectado, y que no es general.

– Documentar y registrar las agresiones de las que se es objeto. Reunir elementos de prueba que más adelante pueden ser determinantes en un tribunal.

– Hablar y hacer públicas las agresiones de las que se es objeto. Comentar la percepción de hostigamiento con compañeros, superiores, directivos…

– Evitar entrar al trapo del agresor con resentimiento. En algunas ocasiones, si se hace frente al agresor éste puede cesar en su acción.

– Proteger el espacio de trabajo de manipulaciones interesadas. Guardar los datos, limitar el acceso a archivos importantes, cerrar los cajones…

– Tratar de evitar el aislamiento del grupo. Hacerse ver y notar en lugares de uso común y opinar abiertamente sobre cualquier cuestión.

– Evitar comprender y justificar a los hostigadores. Huir de razonamientos autodestructivos del tipo “a lo mejor tiene razón” o “ya no sirvo para esto”.

– Aceptar que se está en una situación de desequilibrio personal y psicológico y buscar ayuda médica y profesional. Evitar la destrucción psíquica a cualquier precio.

– Desarrollar una fuerte autoestima a prueba de hostigadores, mediante el incremento de la propia empleabilidad, la capacitación profesional o la formación.

Respaldo familiar en casa

En este momento necesitamos ayuda, pero sobre todo nuestra autoayuda, racionalizando la situación. No debemos dejar que afecte a nuestra autoestima.

– Habla de la situación con tu familia, que no crean que se trata de una manía persecutoria que has inventado porque estás quemado en el trabajo o porque te han cambiado de despacho o de compañeros.

– Reconoce con tu pareja cuáles son tus motivaciones en el trabajo, así como tus expectativas. Contrasta el precio que tienes que pagar por ello y reorienta tus prioridades si es necesario.

– La alimentación juega un papel importante en nuestra vida, por eso es recomendable variarla, evitando alcoholes, excitantes, quesos fermentados y vinos añejos. Intenta comer más ligero y natural, lácteos sin fermentar, pastas, frutas, verduras y pescados.

– Haz deporte. Apenas 30 minutos al día, aunquesea caminar a paso rápido. Se puede combinar con técnicas de respiración, como las basadas en la respiración abdominal, varias veces al día.

– Aborda la situación con naturalidad y sin dramas. Valora como un apoyo externo y transitorio la asistencia a las consultas de especialistas médicos.

– Plantea y valora en casa la posibilidad de reducir tus expectativas de consumo y de cambiar de trabajo. Se trata de reducir la presión del entorno más cercano sobre la persona sometida a presión en el trabajo.

Redacción Emprendedores