“Teníamos una tienda alquilada en la calle Autonomía desde 1983. En su día era una buena zona, pero ahora lo llaman Chinatown, además hicieron un carril-bus. Tras dos años de búsqueda, en abril del año pasado trasladamos esa tienda a la calle Iparraguirre, junto al Guggenheim, y mantenemos otra en el casco viejo”, explica el gerente, Pello Hernando.
El nuevo local ha permitido a esta empresa familiar dar un giro al negocio.
Calle exclusiva. “Es una zona de alto nivel adquisitivo, con mucho turismo y gente que va de paseo o a tomar potes. Hace un año, el alquiler costaba entre 3.000 y 4.500 euros, pero ahora los precios han caído hasta un 50%”, explica.
Nuevo público. En Mendiko Etxea estaban acostumbrados a un público técnico: montañeros que ya tienen todo el equipo y buscan una pieza concreta. “En la nueva tienda, los clientes son distintos: aquí hay muchos esquiadores que se van de vacaciones a Nepal para hacer trekking de campo base. Me compran todo el equipo; incluso hay quienes ya lo tienen pero quieren otro nuevo. Y vienen personas que ven unas deportivas en el escaparate y se las compran porque les gustan. Eso no pasaba antes ni aunque pusiéramos carteles de 70% de descuento”, confiesa.
[pullquote align=’center’]“En este barrio hay que ofrecer un trato más formal que en el casco viejo y un mayor servicio al cliente”[/pullquote]Actividades. “En este barrio hay que ofrecer un trato más formal que en el casco viejo y un mayor servicio al cliente. Además del material, buscan información. Así que, como el local es más amplio, hemos habilitado un espacio donde organizamos conferencias, cursos de iniciación y salidas a la montaña”.
