La planificación de tu carrera debe empezar por un análisis lo más objetivo posible. Puedes recurrir a un experto en desarrollo profesional o intentar marcarte tu propio camino con un examen sincero y crítico sobre tu trayectoria anterior y la situación actual.
El objetivo del plan de carrera es fijar una meta a la medida de tu ambición, capacidades y posibilidades en el mercado a corto y medio plazo. Al hacerlo, debes considerar todos los factores: experiencia y competencias, objetivos profesionales, necesidades económicas y familiares, expectativas y motivaciones de cambio, tu grado de satisfacción con el puesto actual, las oportunidades de un cambio inmediato, tu nivel de empleabilidad y las posibilidades de desarrollo en el puesto actual y en posiciones futuras.
1. Intenta ser más visible dentro de tu empresa
Cuando surge una promoción, lo habitual es que se piense primero en quienes ya tienen un puesto de responsabilidad o en quienes ocupan las posiciones más visibles.
Estrategia
Vincula tu puesto al core business de tu empresa. Los puestos menos vinculados a la generación del negocio son los que menos valor tienen en la organización. Para hacerte imprescindible, intenta que tus responsabilidades estén directamente relacionadas con la actividad principal de la empresa.
Asume actividades relacionadas con el cliente. Al margen de la actividad de la empresa, el departamento comercial y el servicio al cliente se encuentran en el punto de mira de quienes toman las decisiones en cualquier organización. Las personas que están en áreas comerciales tienen más posibilidades de destacar que una persona que está en un área administrativa, por una razón muy sencilla: Si un comercial vende más, todo el mundo lo sabe. En cambio, en un departamento administrativo es muy difícil destacar porque seas quien mejor hace las facturas.
No concentres todas tus energías en trabajar. En las empresas no destaca quien más trabaja, sino el que más aporta. Y esto se mide por la satisfacción de la jerarquía con su trabajo y porque las personas que están en la cabeza de la empresa sean capaces de identificarlo.
Créate buena reputación. Si eres muy bueno y nadie lo comenta, es imposible que llegue a oídos de quienes toman las decisiones. Asegúrate de que se conocen tus logros y de que se habla de ti en niveles superiores.
Amenazas
Jefes obstructivos. Si eres un profesional muy valioso puedes llegar a generar envidias en tu propio jefe. O hacerte imprescindible para salvarle el puesto, si se trata de un directivo mediocre. El buen jefe suele ser generoso con sus empleados, les permite sobresalir y destacar en su carrera. El mal jefe, en cambio, si tiene un buen empleado, intenta retenerlo porque le saca su trabajo adelante. En estas situaciones lo mejor es marcharse a otro departamento o a otra empresa.
Puestos obsoletos. Los puestos muy limitados en responsabilidades, en exigencias de habilidades y en conocimientos son los que más fácilmente se quedan obsoletos dentro de cualquier organización, pero la actitud también influye en el valor de cada puesto. Las oportunidades tienen más que ver con las personas, que con el puesto en sí. Si una persona se quede obsoleta, tiene menos valor dentro de la compañía, es porque personalmente no se ha puesto unos objetivos ambiciosos.
Falta de relaciones. Si tus superiores no te piden nunca tu opinión o no invierten en tu formación, es que no te tienen en cuenta. Intenta acercarte a ellos pidiendo un consejo, pregunta a tus compañeros qué imagen estás proyectando en la empresa y fomenta las relaciones con quienes puedan invitarte a participar en una reunión importante o en los encuentros informales. El networking es imprescindible para estar al día de las oportunidades.
2. Si no puedes ascender, realiza desplazamientos horizontales
El desarrollo profesional no se mide sólo por ascensos o movimientos verticales dentro del organigrama de la empresa. Pasar a un puesto de igual nivel, pero que exija nuevas responsabilidades o un perfil de competencias más complejo, es una forma de desarrollo real que marcará positivamente tu futuro.
Estrategia
Cambia de departamento. Cambiar a un área distinta a la que has estado vinculado dentro de la empresa es una opción arriesgada, pero si el cambio es coherente, te permitirá adquirir nuevos conocimientos sobre el funcionamiento de la organización y podrás desarrollar nuevas competencias profesionales. Es, también, una oportunidad para demostrar tu capacidad para aprender y adaptarte a nuevos entornos y situaciones.
Apuesta por las divisiones de mayor dimensión. Puedes marcharte a una división nacional de tu compañía ocupando el mismo puesto, pero que te permita aprender nuevas formas de hacer las cosas. O que tenga mayor volumen de trabajo y te ayude a asumir mayores responsabilidades. No es lo mismo ser el responsable comercial de un equipo en Madrid o Barcelona que estar en un mercado más pequeño.
Acércate a la toma de decisiones. También puedes pedir un movimiento horizontal que te acerque al cuartel general de la organización. Si tu puesto está en una división alejada de la toma de decisiones, será más difícil que consigas los proyectos importantes para el futuro del negocio.
Desarrolla un mercado nuevo. Solicita tu traslado a un mercado virgen y que tú puedas desarrollar ocupando el mismo puesto. Será un puesto más fácil de conseguir que si solicitas un ascenso, pero en una división que parte de cero tendrás mayores oportunidades de crecimiento.
Amenazas
Miedo al cambio. Es posible que tengas dudas sobre si un desplazamiento horizontal concreto es o no una promoción real. Para pisar sobre seguro, analiza si el cambio puede resolver una necesidad coyuntural de la organización, qué correlación existe entre tus funciones actuales y las nuevas y si tienes las competencias necesarias para asumir el cambio.
Empezar de cero. Cambiar a otro departamento puede suponer algo así como empezar de cero. Si el departamento asigna los ascensos por antigüedad, puedes ser también el último en la lista cuando surja una promoción.
3. Márchate a una división internacional de tu misma compañía
La experiencia y los conocimientos adquiridos al pasar por una división internacional son un valor seguro para desarrollarse profesionalmente. Sobre todo, en las empresas que se mueven en mercados globales y que necesitan profesionales capaces de integrar equipos multiculturales.
Estrategia
Solicita el cambio a una división internacional. Marcharse a una división internacional da muchísimo nivel a los profesionales, sobre todo en España, donde la gente es muy reacia a la movilidad geográfica. Los motivos familiares terminan frenando el cambio a pesar de las oportunidades profesionales que se puedan perder.
Teniendo en cuenta que se trata de puestos con menos competencia, estos desplazamientos son especialmente interesantes para quienes no han alcanzado posiciones de responsabilidad o acaban de aterrizar en la empresa. Si das el perfil, no dudes en proponer tú mismo tu marcha. La experiencia internacional puede ser un motor para acelerar tu carrera.
Identifica oportunidades de negocio que puedas aprovechar tú. Las oportunidades existen, pero hay que saber identificarlas y desarrollarlas. Analiza qué oportunidades podría aprovechar tu empresa en otros mercados e intenta convencer a tus superiores de que te permitan desarrollarlo tú mismo. Hace años, los profesionales de las grandes empresas que se marchaban a Sudamérica tenían mayores oportunidades profesionales. Ahora, sin embargo, es mejor buscarlas en el Este y en Asia. Si tu empresa quiere ir al este, es una oportunidad inmensa para el profesional que se marche y sea capaz de desarrollar un negocio emergente.
Amenazas
Las dificultades del retorno. Si no has pactado bien las condiciones de tu regreso, puedes tener problemas para encontrar un puesto que se ajuste a las nuevas responsabilidades adquiridas en el exterior e, incluso, un puesto del mismo nivel que dejaste al marcharte. A la vuelta pocos tienen asegurado su puesto, pero hay que volver a recordar que la gente que no asume riesgos no encuentra oportunidades en su vida. Viajar cinco o diez años a otro país te proporcionará un valor añadido profesionalmente que puede ser fundamental. Sobre todo, porque ahora el mercado no es España, es Europa. Y hay que entender cómo piensan los directivos de las multinacionales y cómo van los mercados.
Expectativas demasiado altas. El paso a una división internacional te permite conocer nuevas culturas y otras formas de hacer las cosas, pero muchas veces estos conocimientos no tendrán una aplicación práctica directa o inmediata en la división española. Otro problema añadido es que nadie puede garantizarte que al volver vayas a conseguir un ascenso.
4. Consigue los proyectos que aporten más valor a tu empresa
En la mayoría de las empresas, la carrera profesional ya no se basa en categorías profesionales, sino en una sucesión de proyectos. Tu participación o no en ellos debe formar parte de tu plan de carrera.
Estrategia
Detecta los proyectos clave. Tienes que saber siempre cuáles son las líneas estratégicas de tu compañía, cuáles son los departamentos y los proyectos clave para el futuro del negocio e intentar participar en ellos. Si te quedas dentro de departamentos que poco a poco tienen menos valor añadido, que quizás la empresa podría vender o ceder, te estás perdiendo los trenes más importantes.
Desarrolla proyectos de varios departamentos. Estar implicado en proyectos interdepartamentales te dará mucha notoriedad dentro de la empresa, te ayudará a aumentar tus contactos internos y te permitirá conocer mejor cómo se trabaja en otros departamentos para valorar si tienes un perfil profesional que te permita aspirar a otros puestos. Cuantos más departamentos y funciones conozcas, mejor disposición tendrás para tomar decisiones de más valor.
Oblígate a asumir riesgos. Los nuevos retos, los proyectos difíciles, son una forma de salir de la zona de confort y una oportunidad para ser más flexible y desarrollar tu capacidad de aprendizaje. Las organizaciones cambian a la velocidad de la luz, cada día más. Tienen más oportunidades los profesionales con mucha flexibilidad y que pueden saltar de un proyecto a otro.
Vincula un futuro ascenso a un proyectos difícil. Si tus superiores te piden que desarrolles un proyecto de gran responsabilidad o un cambio que nadie puede asumir, intenta negociarlo de manera que se pueda ligar a un futuro ascenso.
Amenazas
Proyectos sin futuro. Huye de los puestos relacionados con áreas que se puedan subcontratar. Es más fácil que puedan desaparecer de la empresa. Para no caer en proyectos sin futuro, analiza en qué departamentos invierten más tus superiores y a qué áreas se está reclutando más personal para sacarlos adelante.
Proyectos difíciles. Si tienes fama de sacar adelante proyectos complejos, tarde o temprano tendrás que desarrollar alguno aparentemente imposible, salvo para tu propio jefe. Estos retos se deben tomar como una oportunidad para demostrar lo que vales. Si no la coges, no sabes si va a pasar otra. Lo fundamental es que al asumirlo todo el mundo sea consciente de los riesgos, que trabajes el tema bien y que, si fracasas, seas capaz de explicar las causas.
Si el proyecto sale mal. Puedes quedar tocado de cara al futuro, pero siempre te volverán a dar la oportunidad de demostrar que sigues en plena forma. Lo que se valora es que una persona sea capaz de asumir riesgos, que no tema liderar proyectos de envergadura, aunque puedan salir mal.
5. Desarrolla habilidades o conocimientos poco frecuentes
El valor de cada empleado está directamente relacionado con las dificultades para sustituirlo por otro profesional igual o mejor. En muchos casos, ser un “tipo raro” es un valor en alza.
Estrategia
Detecta la oportunidad de nuevas especialidades. Analiza si existen necesidades muy especializadas que nadie puede cubrir dentro de la empresa. Por ejemplo, averigua si puede ser necesario crear un puesto dedicado al e-marketing, al marketing con causa social, al desarrollo sostenible o la gestión de la diversidad. Este tipo de oportunidades suelen estar relacionadas con nichos de mercado emergentes y que puedan ayudar a ampliar las líneas de negocio de tu empresa. Para detectarlas, es posible que tengas que hacer un cambio radical en tu forma de analizar y relacionarte con tu empresa. El 80% de los profesionales se pregunta qué le aporta la empresa o cómo puede usarla, cuando hay que acostumbrarse a pensar al revés. Las personas que pueden evolucionar muy rápidamente son quienes se plantean qué pueden aportar a la compañía. Y eso requiere hacer un cambio radical en la filosofía de los directivos.
Desarrolla las habilidades menos frecuentes. También puedes ganar en empleabilidad desarrollando las habilidades clave para el éxito y que más escasean en el mercado laboral. Entre los directivos españoles escasean los que tienen habilidades para gestionar a las personas que tienen a su cargo. La mayoría tienen dificultades para crear equipos y para gestionar sus propias relaciones a todos los niveles de la organización.
Existe también la oportunidad de desarrollar habilidades como la visión global del negocio, para marcar hacia dónde debe ir la compañía, en qué productos y mercados invertir, cómo posicionarse en el mercado…
Amenazas
Desarrollar un perfil demasiado técnico. Enfocarte hacia áreas demasiado especializadas puede llevarte a encasillarte en un perfil excesivamente técnico, lo que podría frenar tu capacidad para crecer profesionalmente. Entre las principales causas de fracaso directivo destacan el peso de un perfil muy técnico, ya que a estas personas les cuesta cambiar de rol a medida que van aumentando sus responsabilidades, tienen dificultades para delegar las tareas y para orientar a las personas hacia los objetivos marcados. Además, estos directivos suelen descarrilar al aplicar esquemas de resolución de problemas técnicos que ya no son válidos en ese nivel.
Rigidez profesional. Otro motivo frecuente de carreras truncadas, es la sobredependencia de una habilidad, lo que se traduce en la incapacidad para desarrollar nuevas habilidades clave para los puestos de más responsabilidad. La rigidez profesional también reduce la capacidad para gestionar áreas interfuncionales.
6. Elige bien a tus compañeros de fatigas
El refranero español es muy sabio y aquello de que “a quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija” tiene una gran dosis de realidad en el mundo empresarial. La buena o mala “fama” de las personas de tu equipo (iguales y superiores) pueden condicionar tu trayectoria profesional.
Estrategia
Intégrate en equipos de alto rendimiento. Si tienes que dirigir un nuevo proyecto o asumir algún tipo de responsabilidad, intenta rodearte de los mejores sin ningún temor a que te hagan sombra. Al contrario. En las empresas, los equipos que cumplen con creces con sus objetivos son de sobra conocidos por los mandos superiores. Si se te vincula al equipo de las estrellas, tendrás más fácil tu progreso en la organización.
Analiza cómo marca tu jefe tu trayectoria profesional. La credibilidad de tu jefe puede afectarte profesionalmente. Intenta averiguar si cuenta con la confianza y el apoyo de sus superiores. Si es así, busca su confianza y ayúdale a crecer; es posible que piense en ti cuando tenga que formar nuevo equipo en un nivel superior. Si no es así, al menos habrás tenido la oportunidad de aprender de un buen maestro. La gente con una trayectoria profesional de éxito, consolidada, que además demuestre tener conocimientos, puede ser para ti un ejemplo a seguir. Y, sin duda, puede marcar tu trayectoria profesional. Busca dentro de la organización a quienes puedan servirte de referencia.
Amenazas
Perder tu punto de apoyo. Estar muy vinculado personalmente a alguien puede dejarte “huérfano” si se marcha de la organización o arrastrarte en su caída. Si tu jefe confía en ti y te integra dentro de su equipo, tu trayectoria profesional dentro de la compañía irá en ascenso. Pero en el momento en que ese equipo o esa persona deje de cumplir con las expectativas, eso también te puede arrastrar a ti. Porque normalmente tú estás en lo más alto cuando tu jefe está en lo más alto, y bajas cuando él baja.
Arrastrarte en la caída. No siempre será posible evitar la caída, pero en todo caso, debes ser inteligente y ver cómo va evolucionando esa persona. Si te ha permitido crecer profesionalmente, pero ves que ya no existen más posibilidades de ascenso, lo mejor es pedirle un cambio dentro de la empresa o buscarte otro reto profesional fuera.
7. Diseña tu trayectoria para conseguir una visión global de la empresa
Si tu objetivo final es ascender a los puestos más altos de la empresa, orienta tu carrera a los puestos que te permitan adquirir una visión global de la organización.
Estrategia
Pasa por el mayor número posible de áreas. Si has pasado del departamento comercial al de marketing, y después estás en finanzas, tienes mayores posibilidades de ascenso que si te quedas en el mismo durante años. Al pasar por varios departamentos dentro una compañía consigues una visión global del negocio, sabes hacia donde se orienta la empresa y aprendes a reaccionar. Si te resulta difícil cambiar de área, puedes hacer proyectos integrados con otras divisiones. Si soy de marketing, puedo valorar cómo hacer un intercambio entre marketing y producción, conocer qué impacto tienen los presupuestos de marketing para los costes financieros, intentar estar siempre en conexión con los otros departamentos y cada vez que hay un lanzamiento de un producto o una nueva inversión participar, estar atento, leer los documentos , informarse…
Vincula tu actividad al mercado. Busca, sobre todo, los puestos que te proporcionen información real sobre el mercado. Por ejemplo, en los puestos comerciales, de marketing o los de compras, en las empresas de distribución, se desarrolla mucho la visión global del negocio, porque estás más en contacto directo con el cliente final. Y el cliente es quien está demandando un tipo de producto, de servicio, o de tecnología…
Amenazas
Quedarte desubicado. Cambiar de un departamento a otro dentro de una organización es una buena forma de tener reputación de camaleón dentro de la empresa, pero hacerlo con demasiada frecuencia o en distintas empresas puede perjudicar tu currículo. Como mínimo hay que estar dos o tres años en un mismo puesto para saltar de un puesto a otro. Cambiar cada año, además de impedir aprender bien el negocio, puede dar la sensación de que no encajas en la organización o que no te implicas en los objetivos marcados.