¿En qué se parecen un saco de azúcar, un barril de etanol, un retal de tela y un profesional común? Aparentemente en poco. Habrá quien piense que el profesional no pinta nada en esa lista. Sin embargo, desde el punto de vista empresarial, hoy por hoy son todos lo mismo: productos genéricos, commodities susceptibles de sacar algún valor de ellos pero con un escaso peso específico. Eso es al menos lo que dicen los teóricos del llamado personal branding (o marca personal), un concepto y unas técnicas que pretenden ayudar a los profesionales a poder despuntar en un mercado cada vez más homogéneo.
Consigue que te elijan
«El objetivo de una marca personal es convertirte en el profesional con el que todo el mundo quiere trabajar”, afirma Andrés Pérez Ortega, consultor que trabaja desde hace años en la divulgación de estas estrategias de posicionamiento personal. Porque de eso se trata: de aprender a posicionarte en tu especialidad igual que cualquier marca comercial.
El origen del término personal branding hay que buscarlo una década atrás, en un artículo de Tom Peters publicado en la revista Fast Company, donde este gurú ya presagiaba un nuevo entorno laboral en el que reinventarse en forma de marca personal representaba una clara ventaja competitiva.
Antes de que te lleves las manos a la cabeza ante semejante cosificación de los profesionales, conviene aclarar que, según los defensores de la marca personal, ésta no consiste en tratar a las personas como cosas sino, al contrario, reivindicar la relación tú a tú: “En un contexto donde todos los productos son parecidos, se acaba volviendo a la gente. Es importante que las empresas se den cuenta de que un profesional con marca ofrece más valor que uno commodity”, apunta Pérez Ortega.
Descubre tu valor
Pero para crear tu marca lo primero que necesitarás es preguntarte quién eres y qué ofreces. No debes perder de vista que lograr tus objetivos profesionales pasa por satisfacer una necesidad del mercado. “Tienes que ser útil, aportar algo que te haga relevante”, añade Ortega.
- Analiza tu materia prima. Aunque parezca elemental, algo tan simple como sentarte a hacer un inventario de tus puntos fuertes y habilidades puede ser un buen punto de partida. Recuerda que toda marca de éxito posee unos atributos reconocibles y tú debes identificar los tuyos. Para orientarte en ese ejercicio, en la siguiente doble página encontrarás un resumen de algunas de las cualidades que más demanda el mercado, así como unas pautas de en qué situaciones pueden resultar de utilidad. No te autoengañes tratando de proyectar en ti lo que consideres un modelo ideal: nadie puede ser bueno en todo.
- Busca las diferencias. “El problema –puntualiza Pérez Ortega– es que hoy día todo el mundo es licenciado, domina varios idiomas, etc.”. No queda otro remedio que ofrecer “algo más”. Como apunta la experta en márketing de nuevos formatos Neus Arqués en su libro Y tú, ¿qué marca eres?, “no se trata de ser mejor que el resto, sino de sacar partido de aquellos valores propios que nos hacen distintos”.
- Actúa de forma coherente. Si quieres contar con una buena reputación, has de ser capaz de generar confianza en tu entorno. En palabras de Pérez Ortega, “a las personas no nos gustan las sorpresas y uno compra lo que le transmite seguridad, por esa razón en la construcción de una marca es importante ser coherente y consistente”.
Personal branding: qué es y qué no es
Aunque el personal branding comparte algunos rasgos y herramientas de conceptos como el márketing, el coaching o incluso la asesoría de imagen, la principal diferencia está en su intención y alcance. “Si no tienes claro lo que ofreces, por muy arreglado que vayas no va a servirte de mucho. Igual que si eres un profesional muy competente, pero no sabes cómo hacerte visible”, aclara Pérez Ortega. Para delimitar su ámbito, en el libro Marca personal este experto hace una enumeración de todo lo que ésta no es: “No es una herramienta de autoayuda que pretenda conseguir la felicidad con unas cuantas recetas. No es una forma de hacerte famoso. No es la forma en que te vistes, tu aspecto exterior o asesoría de imagen. No es una herramienta de búsqueda de empleo. No es un sistema de manipulación”.
Hoja de ruta para crear tu marca personal
A partir del contacto con la diversidad de emprendedores nacionales e internacionales que participan en la Startup Competition y se reúnen en cada edición de South Summit, la cita más importante del ecosistema emprendedor del Sur de Europa, los expertos de Spain Startup-South Summit han elaborado un decálogo para guiar la construcción y difusión de la marca personal de los emprendedores y su influencia en el éxito de su startup.
1. Descubrir los propios valores: «¿Quién eres? ¿Qué ofreces? ¿Qué aportación realizas al mercado? ¿Qué te hace diferente? Estas son las primeras cuestiones que debe plantearse un emprendedor para construir su propia marca personal y así definir los valores que lo hacen relevante y diferente del resto. Es importante hacer una lista con los puntos fuertes y débiles: atributos que el propio emprendedor ha de identificar como suyos, sin caer en el error de proyectar en sí mismo valores ideales con los que realmente no se identifica», explican.
«¿Cuáles son los atributos personales más demandados? Creatividad, carisma, eficacia, especialización, adaptabilidad, ética, polivalencia o rapidez. ¿Todos valen para crear la marca personal? Depende de la situación, la tipología del proyecto y, por supuesto, las propias capacidades personales», continúan.
2. Búsqueda de contactos: «De nada sirve ser muy relevante profesionalmente si nadie te conoce. El networking es, por lo tanto, un factor clave para generar visibilidad y desarrollar la marca personal. ¿Cómo generar estos vínculos relacionales? Es fundamental retomar contactos anteriores, organizar eventos propios y asistir a ferias, congresos o seminarios del sector, donde ‘dejarse ver’ y al mismo tiempo conocer a los profesionales más relevantes de ese ámbito. Ser prescriptor de otros que forman parte de tu red de contactos, realizando algunos favores o apoyando a alguien de manera altruista, siempre puede ser una ventaja para fortalecer y crear nuevos vínculos», argumentan.
3. La actitud: «La perseverancia es una cualidad fundamental de cualquier emprendedor para sacar adelante su proyecto. En este caso, juega un papel fundamental la gestión del fracaso y qué consideración tiene en la sociedad. Muchos emprendedores han fracasado antes de triunfar, como Juan Urdiales, cofundador y CEO de Jobandtalent, quien tras fundar su primera empresa junto con dos compañeros de facultad, decidió salirse del proyecto. Tiempo después co-fundó la plataforma de búsqueda de empleo, que ya ha obtenido importantes rondas de financiación por inversores internacionales», añaden.
4. Experto en una determinada materia: «Como emprendedor en un ámbito profesional concreto hay que compartir los conocimientos sobre el sector para posicionarse como un experto y fortalecer su reputación y prestigio profesional. Ofrecer contenido e información de calidad será fundamental para lograr ser un experto. Una forma de demostrar ser un auténtico gurú consiste, en muchas ocasiones, en saber dominar un lenguaje apto para todos los potenciales receptores, ser claro, conciso y concreto, no abusar de tecnicismos y utilizar un vocabulario siempre positivo», siguen.
«Para llegar hasta ahí, siempre suele haber un largo camino. Allan Grant, speaker del próximo South Summit, lleva siendo un apasionado del desarrollo de software desde que diseñó con siete años su primer juego. Entre los 13 y 18, dedicó 10.000 horas a codificar juegos online con miles de jugadores. Ya en la universidad, fundó una empresa de desarrollo web y no paró hasta convertirla en una compañía rentable con más de 50 empleados. Ahora Allan está volcado en Hired, un mercado en Internet en el que las empresas más importantes pueden competir por hacerse con el mejor talento técnico (ingenieros de software, diseñadores, científicos de datos y gestores de productos)», comentan.
5. Mezcla de canales: «¿Dónde ofrecer este contenido? ¿Cómo crear valor? Para que un emprendedor forje su marca personal hay que ser activo en cualquier canal. Por tanto, la mezcla de offline y online es la sinergia perfecta», anotan.
«Internet es una herramienta accesible, útil y que no exige muchos recursos a nivel económico. Pero sí esfuerzo, constancia y una importante dedicación. Además, no todo vale; hay que adaptar cada mensaje. Cada espacio tiene sus propias características: vocabulario, tono o público objetivo. Y prestar especial cuidado al contenido que colgamos online; cualquier mensaje o comentario inapropiado se paga caro en el mundo digital. Otro de los errores de muchos emprendedores es considerar Internet como un mero escaparate y olvidar la interacción con el resto de usuarios. La Red es sinónimo de conversación y a golpe de clic podemos acceder a consumidores, inversores, posibles socios estratégicos u otros emprendedores», indican.
«El canal offline es también una de las mejores formas de construir la imagen personal. El emprendedor no puedo olvidar ‘salir a la calle’ y establecer relaciones cara a cara o participar en los medios de comunicación como un experto en su sector», concluyen.
6. Dejar huella: «Que el fundador de una empresa sea reconocido y tenga un fuerte impacto en la sociedad, hasta llegar a convertirse incluso en un icono, siempre es una importante ventaja. ¿Qué requisitos son necesarios para lograr dejar esa huella? Por un lado, ser fiel a los propios valores y, al mismo tiempo, tener claros la misión, visión y objetivos a perseguir. En definitiva, mantener un rumbo firme y defender lo que se cree. Este doble perfil es lo que permitió, en gran parte, el éxito de Steve Jobs», comentan.
7. Coherencia, autenticidad, naturalidad y transparencia: «Son principios básicos para la creación de una marca personal sólida y sincera. Para contar con una buena reputación es imprescindible saber transmitir credibilidad, coherencia, seguridad y construir un discurso transparente, que genere confianza. La naturalidad y adaptación del mensaje a nuestras formas y maneras son también premisas fundamentales», dicen.
8. Construcción del storytelling personal: «¿Qué historia hay detrás de un emprendedor? ¿Cuál es su trayectoria profesional? ¿Cómo darla a conocer? ¿Cómo crear un discurso verosímil y que capte la atención? El personal branding no es improvisación, es estrategia, por lo que es aconsejable el asesoramiento profesional para descubrir la historia, desarrollarla y comunicarla. “Se trata de construir una historia auténtica, con valor, diferente y que genere interés”, asegura Álex Barrera experto de Press 42 en storytelling y. Por lo tanto, el storytelling personal es una obligación para los emprendedores si quieren despertar la atención, seguridad y notoriedad de su proyecto, sobre todo en las fases iniciales», plantean.
9. Tiempo y recursos: «El personal branding se crea y moldea poco a poco y ha de ser afrontado como una inversión a largo plazo y que requiere paciencia. Para evitar malgastar tiempo y dinero, hay que conocerse bien a sí mismo, no vender ‘humo’ y saber identificar qué tiene realmente cabida en la creación del storytelling personal. La medición del impacto generado permitirá ver cómo evoluciona la marca personal, la aceptación que tiene y plantear posibles mejoras», ponen sobre la mesa.
10. La marca personal sobrevive a la profesional: «Que una startup deje de existir significa el fin de una marca profesional, pero la personal sobrevive, porque va unida al emprendedor más que al proyecto. Invertir en personal branding es hacerlo también en visibilidad para futuros proyectos», concluyen.