x
Contenidos exclusivos, revista física
y muchas más ventajas

Una bolsa a la medida de las pymes

El objetivo que impulsa a las pymes a salir a este nuevo parqué es el mismo que lleva a las grandes empresas a cotizar en el Ibex 35: atraer capital ...

13/06/2011  Redacción EmprendedoresGestión

El objetivo que impulsa a las pymes a salir a este nuevo parqué es el mismo que lleva a las grandes empresas a cotizar en el Ibex 35: atraer capital sin recurrir al sistema financiero ni al capital riesgo. Sólo que aquí pueden acceder empresas que jamás podrían soñar con entrar en el mercado tradicional.

“El MAB es una pieza que faltaba en el sistema financiero para facilitar el acceso a financiación a las pymes que puedan tener un crecimiento importante y de cara a los inversores, ofrecerles la posibilidad de invertir en negocios que antes no estaban representados –o lo estaban muy poco– en la bolsa tradicional. Se trata de sectores muy atomizados, como juguetes, biotecnología, nuevas tecnologías, negocios ligados a la salud… En este mercado pueden cotizar empresas de todos los sectores y tamaños”, explica Antoni Giralt, presidente del Mercado Alternativo Bursátil (MAB).

– Ganar notoriedad
Además de la inyección de liquidez, la salida al MAB aporta “otros aspectos importantes, como la notoriedad y la confianza. Cuando una pyme se acerca a una gran empresa, si además de decirle que está liderando tal mercado o que tiene tales grandes clientes puede añadir que está en el MAB, está transmitiendo la idea de que es una compañía que cumple con las exigencias de transparencia y de control del mercado de valores. Que es una compañía profesionalizada. Y eso ayuda a fortalecer su posición en el mercado”, comenta Fernando Beltrán, socio y asesor financiero de Grant Thornton.

En el poquísimo tiempo que lleva funcionando (desde 2009), un total de 14 pymes han salido a cotizar al MAB y otra está a punto de hacerlo (Lumar Natural Seafood). El año pasado, el primer ejercicio completo de este nuevo parqué español, las 12 empresas que lo integraban obtuvieron 63 millones de euros en total. Entre ellas, firmas conocidas como Zinkia o Imaginarium, pero en España existen 5.000 pymes que estarían en condiciones de cotizar en él.

– Empresas ambiciosas
Aunque tal y como explica Antoni Giralt “no se han puesto muchas limitaciones para la entrada en el MAB. No hay un mínimo de capital, ni exigencia de beneficios ni de facturación”, lo cierto es que cualquier pyme no está preparada para acceder a este parqué. En realidad, como sucede con la salida a cualquier otro mercado bursátil, las propias exigencias del proceso ya suponen una barrera importante. “Cuando uno sale al mercado, se convierte en una empresa pública en el sentido de que se exige más transparencia, los accionistas tienen que hacer un esfuerzo de profesionalización de la gestión”, comenta el presidente del MAB.

Esta exigencia, ya de por sí, se convierte en la prueba del algodón de cualquier aspirante. “Hemos estado con bastantes empresas que han querido salir al MAB y no han podido hacerlo. Cuando comprenden el esfuerzo y la transformación que supone dentro de la organización, no tienen la motivación suficiente para hacerlo. Otras no cumplen los requisitos, por el perfil de la empresa o porque la fase del negocio no es la adecuada. Por ejemplo, si son empresas en crecimiento, pero que de repente han tenido un bache, no se lo recomendamos”, explica Fernando Beltrán.

– Dinero y fama
A estas alturas ya te habrás dado cuenta de que plan de expansión y crecimiento son las palabras mágicas para determinar si una empresa es una buena candidata para acceder a este nuevo parqué. “El nombre completo del MAB es Mercado Alternativo Bursátil para empresas en expansión. Ese nombre define muy bien cuál es el proyecto que estamos planteando y el tipo de compañías que salen a este mercado. En realidad son empresas que necesitan financiación para acometer un plan de crecimiento, nunca para resolver problemas de liquidez a corto plazo o problemas de circulante”, advierte Antoni Giralt.

Precisamente esa capacidad para acometer un plan de negocio ambicioso es lo que va a determinar el éxito de la puesta de largo en esta bolsa a la hora de atraer inversores. “Para que tengan éxito, deben tener un perfil de crecimiento claro y un modelo de negocio diferencial. En el caso de Imaginarium, por ejemplo, hay que explicar al inversor que éste no es un negocio juguetero, sino de retail. No tiene nada que ver con Toys r´us que, si analizas sus resultados, el 80% de sus ventas se concentran alrededor de las Navidades. Mientras que si miras Imaginarium tiene cierta estacionalidad pero también mucha estabilidad en ventas a lo largo de todos los meses. Son negocios distintos. Esto es algo fundamental. Si quieres tener éxito debes explicar muy bien qué es lo que hace que tu negocio tenga una estrategia dirigida al crecimiento y en qué consiste”, asegura Fernando Beltrán.

– Marca reconocida
Para este experto en inversiones también resulta fundamental “tener una marca conocida. A Imaginarium y Zinkia les ha ayudado mucho en su salida. Zinkia, por ejemplo, tiene un valor en bolsa súper alto con respecto a lo que vende. Es una compañía que tiene unas ventas bajas, con unos beneficios bajísimos y que vale en el mercado más de 40 millones de euros. Están haciendo una gran labor para que los inversores entiendan que hay un valor futuro muy alto dentro de Zinkia y éstos lo han entendido”.

Aquí Beltrán pone sobre el tapete una cuestión clave y es que el funcionamiento del MAB no tiene nada que ver con el del Ibex 35. “El inversor no debe esperar lo mismo que en la bolsa tradicional. Aquí la inversión se basa en el proyecto, en lo que puede ser la compañía en el futuro, más que en lo que es a día de hoy. Para quienes buscan rentabilidad a corto plazo, no es el mercado para invertir. Es mejor que se vayan al tradicional, donde compras unas acciones un día y las vendes al siguiente”, dice Giralt.

En definitiva, al inversor hay que explicarle que en el MAB asume más riesgos, que debe ser paciente para recuperar su inversión y que a cambio la rentabilidad puede ser mucho mayor. “Si inviertes en compañías que tienen una historia de resultados con un dividendo, como Telefónica, sabes que tendrás una rentabilidad de un 4%, pero que a lo mejor puedes tener un 10%. En una compañía en la que su valor se basa sobre todo en lo que va a generar en el futuro, ya no es un 10% de beneficio lo que puedes esperar, es un 18% o un 20%. Para que el valor se consolide y la rentabilidad se consiga, lo lógico es que el inversor sea consciente de que debe esperar al menos dos o tres años”, apunta Fernando Beltrán.

Aunque algunas pymes dudan sobre la oportunidad de salir o no al Mab, por el desigual comportamiento de las compañías en el parqué y por la falta de capitalización en estos momentos para el inversor, todos los expertos coinciden en que la evolución del nuevo mercado está dentro de lo esperado en número de firmas cotizadas y que a medida que se vayan uniendo más y se aprenda a corregir pequeños errores, se llegará al nivel del Alternext, que lleva 6 años funcionando.

Redacción Emprendedores