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¿Subir precios o no subirlos?

Los empresarios andan estos días revueltos a cuenta del IVA y de su inminente subida. Y con razón. Se enfrentan al dilema de si subir o no los precios. Tomar ...

03/05/2010  Redacción EmprendedoresGestión

Los empresarios andan estos días revueltos a cuenta del IVA y de su inminente subida. Y con razón. Se enfrentan al dilema de si subir o no los precios. Tomar uno u otro camino se antoja una decisión complicada, sobre todo por el escenario económico en el que nos movemos. Si se opta por trasladar ese aumento impositivo al público, puede ocurrir que se resienta un consumo que ya, de por sí, ha languidecido en los últimos tiempos.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en enero las ventas del comercio minorista han descendido el 4,5%, cifra que en las pequeñas cadenas se sitúa en el 5,4%. La otra alternativa pasa por asumir el incremento, no mover los precios y así incentivar la demanda. Esto implica reducir un margen comercial que la gran mayoría de firmas ya ha estrechado debido a la crisis, hasta el punto que algunas ya no pueden tocarlo más. Conscientes de ello, los expertos que hemos consultado piensan que las compañías se verán obligadas a repercutir la subida (en su totalidad o en parte) al consumidor.

La recomendación de Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC), muestra a las claras que es necesario hilar fino: “La receta consiste en buscar fórmulas de ahorro y de reducción de costes para, de este modo, trasladar al público la subida lo menos posible”.

Agilidad mental
No se puede dudar que poseer una estrategia bien definida y no regida por la inmediatez resulta de vital importancia. Eladi Ferrer, profesor del EAE y director de Comercio Internacional de Conserves Ferrer, alerta de lo contrario: “Los planes de fijación de precios estables sufrirán efectos cortoplacistas”.

Una realidad difícil, sí, pero que no nos debe paralizarte ni desviarte de la norma establecida. Martin Boehm, director del Bachelor in Business Administration de la IE University, ilustra tal filosofía con un ejemplo sencillo, pero tremendamente gráfico, relacionado con el 1 de julio. “En mi opinión, una estrategia equivocada es esperar a esa fecha para subir los precios. Quizás lo más inteligente sea incrementarlos poco a poco, pero desde ya mismo, pues a lo mejor la gente no está tan sensibilizada con el tema. Del mismo modo, también sería interesante esperar al otoño, cuando el público no focalice tanto su atención en el asunto”.

¿Subir precios o no subirlos?
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