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Impulso a la competitividad

Un comercial que consigue comunicar mejor su mensaje, un mecánico que descubre de dónde vienen la mayor parte de las averías de un motor, un gerente de un comercio que ...

30/06/2008  Redacción EmprendedoresGestión

Un comercial que consigue comunicar mejor su mensaje, un mecánico que descubre de dónde vienen la mayor parte de las averías de un motor, un gerente de un comercio que aprende nuevas formas de gestionar el stock… “Si un curso está bien pensado y es práctico, se gana dinero al día siguiente porque el empleado produce más”.

Así destaca Iñigo Babot, profesor de la Universidad Ramón Llull (URL), la importancia de la formación continua, una herramienta que los empresarios tienen en su mano para lograr importantes ventajas.

Por una parte, a corto plazo se obtienen mejores resultados en el trabajo diario y, por otra, es una forma de motivar y fidelizar a los profesionales, porque “los buenos empleados siempre piden formación: invertir de verdad en este aspecto es una forma de retenerlos”, destaca Babot.

Baja participación
En definitiva, una formación continua ajustada a las necesidades de la empresa contribuye a aumentar su competitividad. Sin embargo, las cifras indican que las pymes, sobre todo las más pequeñas, prestan poca atención a este aspecto. Según datos de la Fundación Tripartita, la entidad encargada de impulsar y coordinar la ejecución de las políticas públicas en materia de Formación Profesional, en 2007 sólo 74.881 micropymes (empresas de entre 1 y 9 empleados) se beneficiaron de las bonificaciones a las cuotas de la Seguridad Social, el sistema por el que el Estado subvenciona la mayor parte de la formación continua.
Se trata de sólo el 5% de las 1.432.000 micropymes que existen en España.
Estos datos no son absolutos, pues existen algunos programas de ayudas y subvenciones a la formación a los que las empresas pueden recurrir, en lugar de solicitar las bonificaciones a la Seguridad Social. En cualquier caso, los expertos de la Fundación Tripartita señalan que se trata de un retrato bastante fiable del estado de la formación continua.

La situación no es mejor entre el resto de las pequeñas y medianas empresas, las de entre 10 y 250 trabajadores. De éstas, sólo 58.787 han aplicado las bonificaciones según figuran en los registros de la Fundación Tripartita.

Barreras superables
El hecho es que “más de 1.355.000 micropymes faltan por acceder a las bonificaciones”, destaca Antonia Fernández, directora de Atención al Usuario y Apoyo a Pymes de la Fundación Tripartita. “Las pymes se encuentran con importantes barreras de acceso a la formación, entre las que destacan el coste, la falta de tiempo y disponibilidad y, sobre todo, la cultura de la empresa: muchos empresarios no entienden por qué tiene que perder el tiempo uno de sus empleados. Ocurre de manera especial entre las micropymes, en las que, si falta uno, se paraliza la cadena de producción”.

Para que el problema no sea el coste, existen diversas alternativas, gestionadas desde la Fundación Tripartita para la Formación Continua.

Cursos gratuitos. El mercado cuenta con numerosos programas financiados con subvenciones públicas. En muchos casos se trata de formación de alta calidad, ofrecida por cámaras de comercio, servicios de empleo de las comunidades, ministerios o instituciones educativas, públicas o privadas.

Ayuda a la financiación. En ocasiones, la oferta gratuita es demasiado generalista. Si se busca algo más concreto y adaptado a las necesidades de la empresa, también se puede recurrir a cursos no subvencionados y financiar la mayor parte de su importe mediante bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social.

Deducible de la cotización
El sistema de formación, regulado por el Real Decreto 395/2007, de 23 de marzo, (BOE n. 87, 11/04/2007) y por las disposiciones que lo desarrollan, permite a las empresas que invierten en la formación de sus empleados descontarse parte del precio del curso de sus cotizaciones por formación profesional a la Seguridad Social. El porcentaje de bonificación es variable según el tamaño de la pyme. En cualquier caso, conviene informarse en la Fundación Tripartita (www.fundaciontripartita.es), que ofrece asesoramiento de forma personalizada.

Para saltar el resto de las barreras, los expertos recomiendan recurrir a la formación on line, una metodología que ya está ampliamente desarrollada en España.

“En 2007, más de dos millones de usuarios han realizado un curso de e-learning”, afirma José Lozano, presidente de AEFOL, asociación dedicada a impulsar esta formación.

Se trata de “un sector joven, dinámico y de enorme futuro, que crece a una media superior al 35%. Durante el año pasado se han alcanzado los 700 millones de euros de facturación”, asegura Lozano.

De hecho, los entornos cada vez más intuitivos están contribuyendo a superar el tradicional rechazo a utilizar ordenadores en algunos sectores y grupos de edad. Una reticencia que se puede superar fácilmente “con sesiones presenciales, visitas virtuales guiadas para que vean que es sencillo, ayuda telefónica…”, sugiere Francisco Sánchez Osorio, responsable de Estudio e Investigaciones de la Fundación Tripartita. De hecho, si se explica bien, acercarse a las nuevas tecnologías se puede convertir en un estímulo extra para el empleado.

Redacción Emprendedores