Puede parecer que con la tecnología que hay detrás de cada proceso en el hotel de futuro corramos el riesgo de derivar en un servicio más frío e impersonal, pero lo que se persigue es justo lo contrario. “Las máquinas van a hacer el trabajo más rutinario, el que no aporta valor, mientras que el trato de los profesionales con las personas va a ser mucho más cercano, más directo. Van a estar allí donde las máquinas no llegan aportando talento, pero también transmitiendo empatía y emociones”, resume Carlos Domínguez, responsable de nuevas tecnologías y operaciones tecnológicas en el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH), el resultado que tendrá la fusión del hombre con la tecnología en el hotel del futuro.
Para verlo más claro, ITH recreó en el espacio Fiturtechy, en la última edición de Fitur, lo que podría ser un simulacro del hotel del futuro. Un ambiente agradable con mucha tecnología detrás. Todo ello interconectado y con soluciones nacionales que, al contrario de lo que algunos sostienen, ponen de manifiesto que España está preparada para revalidar su puesto en el podio mundial del Turismo. “Me gusta decir que cuando te crees que sabes las respuestas, la vida te cambia las preguntas. Esto es lo que ha sucedido con la pandemia, que las cosas que veníamos haciendo muy bien ahora igual no tienen el mismo encaje porque el consumidor a cambiado. La buena noticia, es que estamos preparados para afrontar ese futuro”, sostiene Domínguez mientras nos acompaña en ese recorrido por el hotel del futuro.
Un hotel nuevo para un consumidor nuevo
El lobby: Olvídate de barreras físicas y de los mostradores de recepción porque lo primero que te vas a encontrar al entrar a un hotel es un amplio espacio amueblado con cómodos sofás, pantallas gigantes, una luz ambiental y un recepcionista que se va a sentar contigo para darte la bienvenida y explicarte el funcionamiento. El tema audiovisual cobra especial importancia dada su facilidad para generar emociones y ambientes.
El check-in. Vas a poder ahorrarte las colas y hacerlo tu mismo a través de un sistema de biometría, como el reconocimiento facial. El mismo sistema que luego te facilitará el movimiento por el hotel sin necesidad, por ejemplo, de identificarte con el número de habitación o la llave cada vez que acudes al desayuno.
Las llaves: Vas a poder abrir la puerta con tu habitación con el teléfono, una pulsera u otro mecanismo que no sea la llave convencional, esa que sueles perder u olvidar dentro de la habitación.
La habitación. Aquí todo domotizado, desde las sábanas hasta el baño. Las camas contarán con un elevador para evitar malas posturas a las personas que se encargan de la limpieza diaria de la habitación. El colchón también inteligente, tanto que dispone de sensores que miden la calidad de tu sueño conectados a una app que te lanza recomendaciones para dormir mejor, como los diseñados por Pikolín. Se incluye también marketing olfativo y ambiental personalizado, de manera que si haces uso el servicio musical y del sistema del sistema de climatización una vez, no te va a hacer falta marcar las pautas de nuevo porque cada vez que regreses a la habitación te la vas a encontrar con la temperatura, el tipo de música y el olor que te gustan.
El baño. Un 3 en 1 con un sistema, como los que han desarrollado en Roca, que hace las funciones de inodoro, bidé y cisterna a la vez. Se incluyen también mecanismos de eficiencia energética que evitan, por ejemplo, el despilfarro de agua.
La ropa de cama y toallas también llevan chips incorporados lo que permite controlar la ropa que sale a lavandería y la que entra. El textil seleccionado para la exhibición era de Resuinsa, una firma valenciana con más de 40 años de experiencia en el sector hotelero donde desarrollan tejidos inteligentes, como unos antibacterianos con propiedades virucidas y todos aptos para el lavado industrial y sin perder de vista la sostenibilidad.
El bar: Aquí puede ser un robot como el desarrollado por la empresa Dax Robotics el que te sirva una cerveza o un helado, uno de sus numerosos robots diseñados para el canal Horeca. Y como recuerda Carlos Domínguez, está la robótica utilizada para los usos internos de un hotel, ayudarles a sacar más trabajo y mejorar la experiencia del cliente, pero no para sustituir a las personas que van a dedicarse a tareas de mayor cualificación.
La mesa interactiva. Sin moverte de la mesa ni esperar a que te atienda un camarero, la mesa de convierte en una pantalla gigante con la que puedes interactuar pidiendo el menú, mandando la comanda a cocina y, mientras te sirven, puedes entretenerte con algún videojuego, consultar las noticias o consultar todas las instalaciones y servicios del hotel. Llegado el momento de pagar, también puedes hacerlo desde uno de los extremos de la mesa introduciendo tu tarjeta.
Aclarar también que la intención de toda esta exhibición tecnológica de que la hizo uso ITH, lejos de transmitir que el futuro del sector está en manos de la máquinas, querían subrayar cómo la tecnología puede ayudar en ese proceso de adaptación. “Pero las personas van a seguir estando ahí porque, por suerte, hay cosas donde la tecnología no llega”.