El conflicto entre Rusia y Ucrania ha terminado por estallar en la madrugada de este jueves, después de que las tropas rusas comenzaran una operación militar en el Donbás. Este movimiento podría ser el comienzo de una guerra con graves consecuencias en el corto, medio y largo plazo para la economía de todos los países que, de una forma u otra, participan en el conflicto, incluyendo a España.
Justo después del ataque, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha comparecido ante los medios de comunicación, anunciando sanciones severas para Rusia y con la sospecha de que movilizará a las tropas americanas para participar en la contienda. “Putin ha comenzado una guerra premeditada de consecuencias catastróficas”, ha declarado.
Ante esta situación, el Consejo de Seguridad Nacional de España se reunirá en la mañana de este jueves en La Zarzuela, bajo la presidencia del rey Felipe VI, para decidir la estrategia a seguir. Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acudirá esta tarde a la reunión extraordinaria convocada por el Consejo Europeo donde se establecerá la postura de la UE en la guerra que acaba de comenzar en Ucrania.

Las consecuencias de la guerra ya se notan en la economía española
El estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania ya ha desencadenado los primeros efectos en la economía española. El primero de ellos tiene que ver con el desplome de las bolsas europeas. En el caso de España, el Ibex-35 ha abierto el mercado perdiendo un 4,22%, la mayor cifra desde el estallido de la pandemia en la primera mitad de 2022.
Además, si uno de los grandes retos a los que se enfrentan las empresas es el encarecimiento de las materias primas, que ha desencadenado una gran crisis de suministros, el estallido de la guerra en Ucrania ha empeorado algo más la situación. El gas natural se ha encarecido un 30% en apenas unas horas, mientras que el precio del barril de petróleo Brent ha sobrepasado los 100 dólares, lo que podría desencadenar un crecimiento aún mayor en el precio del combustible.
Los efectos de la guerra podrían agravar aún más la crisis del sector del transporte de mercancías, que no pasa por su mejor momento ante la tremenda escasez de conductores -hacen falta unos 15.000 solo en España- y el encarecimiento de los precios del gasóleo. Esta crisis cobra aún más importancia, teniendo en cuenta que el comercio electrónico y el auge del delivery depende mucho de este sector.
¿Y en el medio y largo plazo?
En el medio plazo, las consecuencias de esta guerra podrían ser todavía más nocivas para las empresas españolas. Tal y como explican algunos expertos, el problema principal reside en perder a Rusia como proveedor. “El punto importante es que Rusia es el proveedor más importante de la UE de algunas importaciones cruciales, que no pueden ser sustituidas rápidamente o que directamente no pueden ser reemplazadas”.

En este sentido, Rusia suministra alrededor del 45% de las reservas de gas natural de la Unión Europea, que ahora mismo cuenta con una reserva de solo el 35% de su capacidad. Con respecto al petróleo, las cifras son similares, lo que podría suponer un grave problema para el tejido productivo europeo.
Mirando al largo plazo, las perspectivas son algo mejores. Teniendo en cuenta que Rusia tiene como principal cliente para sus exportaciones a Europa, la guerra con Ucrania y las sanciones derivadas podrían suponer un fuerte freno para la economía del país. De forma previsible, la UE buscaría alternativas para su suministro energético, lo que lastraría la presencia de Rusia en este mercado.
Las 10.000 empresas españolas que miran la guerra con preocupación
Además de la crisis de materias primas que la guerra entre Rusia y Ucrania agrava, y cuyas consecuencias afectan a todos los sectores de actividad, en España hay 10.000 empresas muy preocupadas por el conflicto que acaba de estallar.
Se trata de las compañías españolas que se dedican a la importación o exportación de productos con Rusia. Una de las más afectadas podría ser Inditex, teniendo en cuenta su posición predominante en el sector textil, que será uno de los que más sufran las consecuencias de la guerra junto al químico.
A estos dos les siguen los bienes de equipo y las bebidas y el tabaco, que representan el 12% de las exportaciones de España a Rusia. Sin embargo, las consecuencias son limitadas. Las relaciones comerciales entre los dos países han ido enfriándose durante los últimos años, hasta alcanzar una cifra de 10.000 millones de euros entre 2017 y 2021, por debajo de otros países como Rumanía, Suecia o Brasil.
En cualquier caso, el inicio de la guerra en Ucrania todavía es incipiente, por lo que será el desarrollo del propio conflicto lo que marque la agenda de la UE, Estados Unidos y Rusia durante los próximos días.